Capítulo 32

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Los días para Katniss se habían tornado más suaves desde aquel abrazo que había compartido con Peeta, ahora gozaban de una confianza absoluta, realmente comenzaba a fortalecerse aquel torpe acuerdo de amistad que habían acordado, solían verse a ratos en el almuerzo, sin importarles lo que los demás pensasen y a la salida, él siempre iba en la búsqueda de la chica y ella disfrutaba de aquello, los momentos eran sumamente divertidos cuando Peeta se hallaba cerca, siempre la intentaba hacer reír y siempre lo conseguía, ni siquiera ella misma conocía que podría llegar a reírse tan alto, y los fines de semana procuraba siempre ir por ella y reunirse en aquel parque abandonado donde en algún momento Katniss había pasado su infancia, cada rincón se encontraba cargado de nostalgia y recuerdos solitarios y tristes, que poco a poco eran remplazados por nuevos momentos con Peeta, parecía que el tiempo volaba cuando se reunían las horas que pasaban juntos, los fines de semana para Katniss eran escasos y efímeros.

-No puedo creer que ya se esté ocultando el sol -dijo Peeta en un susurro mientras observaba a una Katniss que estaba a su lado, ambos reposando debajo de un árbol.

-Lo sé, es un completo fastidio.

-¿Es un fastidio que oscurezca?

-No. Es un fastidio que te tengas que ir, sería mucho mejor si te quedaras, me hace muy bien que estés aquí conmigo.

Las palabras habían salido de sus labios sin ser meditadas, pero a ella no le importo, por primera vez en su vida comenzaba a sentir la seguridad de poder decir lo que pensaba sin tener que detenerse a pensar en si estaba bien o no, ahora simplemente lo soltaba, aquel miedo que la atormentaba respecto a expresarse se comenzaba a esfumar, si no decía lo que sentía, como iba a esperar que el resto la comprendiese, además el chico con el que se hallaba la comprendía a la perfección, no necesitaba dar explicaciones, la confianza que ambos habían construido, dejaba al descubierto sus emociones y no necesitaban decir demasiado para que el otro entendiera lo que sucedía.

-Opino lo mismo Kat, todo parece mucho más sencillo cuando estas aquí, contigo puedo decir todo lo que pienso y lo entiendes demasiado bien.

-Hagamos todo más sencillo Peeta y observemos el atardecer, ¿te parece?
Él asintió, y ella se recargo en su hombro mientras observaban desde un rincón de aquel lugar olvidado al sol ocultarse entre los grandes edificios lejanos de la ciudad, ninguno tenía prisa por irse, ni por separarse.

*****

La profesora Wiress una mujer algo avanzada en años impartía clases a un conjunto de alumnos que no tenían mucho interés por aprender, eran contados los que realmente estaban tomando nota, y la pobre maestra que tenía incluso que hacer uso de un aparato auditivo para poder elevar su capacidad para escuchar, no podía hacer demasiado para poner en su lugar a sus alumnos poco interesados, dos chicas aprovechando la situación se levantaron de sus asientos y de la manera más sigilosa posible buscaron la manera de llegar hasta el asiento donde Katniss Everdeen muy concentrada tomaba apuntes respecto al tema de la clase, una de las chicas se tuvo que poner frente a ella para que se percatara de su presencia.

-Hola Kat -anunció una de ellas sin siquiera molestarse en hablar en voz baja, se aprovechaban de la deficiencia auditiva de la profesora para poder charlar con la chica de la que todos hablaban en el instituto.

-Estoy tomando notas, ¿necesitas algo? -el tono de Katniss era sumamente respetuoso, algo que era digno de admirar de la joven, teniendo en cuenta que para ella las clases eran muy importantes.

-Descuida Kat, solo queremos saber algunas cosillas, esta es la única clase en la que Cashmere y yo coincidimos contigo, es el momento idóneo -sonrió, mientras se sentaba en el asiento de enfrente, la otra muchacha no busco asiento, así que esperaba ansiosa con las manos en los bolsillos de sus jeans.

©Eres Mi Salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora