Capítulo 35

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Con miedo Katniss salió cautelosa de su clase, una clase donde su concentración había sido escasa, sus apuntes nulos, no podía pensar con claridad y menos después de haber besado por primera vez a Peeta, planeaba ir a esconderse a la biblioteca, así no se lo toparía, tendría tiempo para pensar en cómo sobrellevar todo lo que vendría después de probar los labios del chico, era tanto lo que les había costado construir toda esa amistad para que ahora un beso pudiese tirar por la borda todo lo obtenido, esperaba que la bibliotecaria le brindará la oportunidad de ocultarse ahí, hasta que supiese que hacer o hasta que él la encontrase, su lado más racional le gritaba que era una completa boba por tenerle miedo a encontrarse con Peeta Mellark, “¿por qué habría que temerle a ese chico que le había hecho pasar el fin de semana más hermoso de su vida?” con sus besos y toda esa ternura que le había proporcionado a manos llenas durante los pasados días no tenía razón alguna para huir, pero su lado más desconfiado le decía que él no iba a estar dispuesto a estar con ella en público.

Él la había besado y hubieron más besos después, besos tan intensos y perfectos, que ella creía que los había imaginado y que se había vuelto loca de remate, no sabía si él iría en su búsqueda, si sentía la misma inquietud por saber qué pasaría con su amistad. Quizá y eso no era necesario, ese beso que compartieron antes de que azotara la lluvia era todo lo que se necesitaba, lo que quebró aquella brecha que los separaba, Katniss pensaba que tal vez eso hasta daba la posibilidad de un noviazgo, el sonrojo al pensar en aquello la hacía ponerse de todos los colores posibles ante la vergüenza de visualizarse como la chica con la Peeta Mellark andaría de la mano por ahí, después de que esos pensamientos tan perfectos la acorralaran, decidió que lo mejor era ir a la biblioteca y en la primera oportunidad huir a casa, no le importaba el hecho de que quizá su madre estuviese ahí, era mejor que tener que enfrentarse a Peeta, pues ella creía que no podrá resistirse y lanzarse en sus brazos en busca del calor de sus labios, le mortificaba hasta los huesos que este le rechazará, que no quisiera besarla ante los chicos chismosos de los pasillos, así que si él creía eso ella tendría que conformarse con amarle a escondidas, si es que él le permitía gozar de tal privilegio. Paso rápido a su casillero a depositar sus libros y cuadernos de notas, ya que sin ellos, le sería más fácil correr si era necesario, cuando termino y se dispuso a continuar con su camino, le bastaron solo dar dos pasos más para encontrarse con la sonrisa en la que no paraba de pensar.

-¡Hey! ¿A dónde vas tan rápido Katniss? –le pregunto curioso y ella sintió que perdía la respiración, tardo unos segundos en responder.

-A mi clase, y voy tarde Peeta.

-Aún no suena el timbre, en realidad faltan un par de minutos para que sea momento de ir a la otra clase, así que, ¿porque no me dices porque luces tan nerviosa? –él se acercó y le acaricio la mejilla y en ese instante Katniss no creyó ser capaz de resistir más, necesitaba besarlo, necesita que él le dijera que todo está bien, que no tendría por qué imaginar cosas.

-¿Me vas a besar? –pregunto ella en voz baja, mirando a todos los estudiantes que comenzaban a mirar de reojo, existía otros a los que no le interesaban esos asuntos y seguían su camino, pero otros realmente estaban prestando atención.

-Por supuesto, bueno, siempre y cuando tú también quieras besarme, no te obligaré a nada –dijo él, sonriéndole.

-Ellos hablaran, no creo que les haga mucho gracia que estemos juntos.

-A quien debe importarle es a nosotros, hagamos lo que hagamos las personas siempre hablaran, no estarán contentas, sus vidas son tan aburridas que prefieren estar inmersos en las vidas de otros que en la suyas.

Toda esa tensión desapareció en cuanto él le dijo aquello, las ganas de llorar la invadieron, y al mismo tiempo ese sentimiento que emanaba por todo el cuerpo de ella se hacía más intenso y ahí en medio de todo esa pasillo lleno de adolescentes curiosos, se besaron, fue un beso intenso, se recompensaron por todas esas horas que estuvieron alejados y ambos se preguntaban cómo es que podrían haber pasado tanto tiempo así, sin estar juntos, sin toda esa calidez que sentían cuando se besaban, no les importaba lo que la gente tuviera que decir sobre ellos, ahora solo les importaba lo que estaba floreciendo en ellos, algo que no estarían dispuestos a soltar únicamente porque la gente no lo quisiera así.
Él se separó demasiado pronto para el gusto de ella, y se dedicó a mirarla con tranquilidad, y Peeta teniéndola tan cerca decidió hacerle aquella pregunta que llevaba planeando como plantear desde que se había despertado por el insomnio aquel día por la madrugada, intentando suponer las posibles respuestas a su propuesta, así que intento ser lo más directo posible, sin rodeos, esperando que todo jugará a su favor.

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2020 ⏰

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