¿Vienen a por mi?

150 8 1
                                    

Después de salir del cuarto del Conde mi mente no podía creer lo que había ocurrido. Corrí hasta mi habitación y allí me senté en la cama.

-Hannah-la llamé tratando de sonar normal y tranquilizar los latidos de mi corazón.
-Si, ¿My Lady?-
-Quiero que me pongas la ropa de dormir-
-Pero My Lady aún no baila con el conde como dijo que lo haría y ...-
-Hannah no digas tonterías y sólo vísteme-

Justo cuando Hannah iba a buscar la ropa de dormir escuché que alguien tocaba la puerta.

-¿Quién es?-pregunté a la puerta.
-Lady Bennet, el Conde la está esperando en su despacho-era Sebastián.
-¿A estas horas?-pregunté confundida-Dile que no iré, ya estoy con mis ropas de dormir-
-My Lady debería aprovechar esta oportunidad y hablar con el Conde-sugirió Hannah.
-¿Hablar?¿te refieres a...?-
-Exacto, esta es su oportunidad, Lady Elizabeth está dormida en su cuarto por lo que no los interrumpirá-
-Puede que sea una buena idea después de todo-pensé unos segundos-Bien, iré a ver al Conde-volví a hablar hacia la puerta-

Hannah acomodó algunos mechones de mi cabello y de paso acomodo parte de mi vestido. Me aplicó un suave tono rosa en los labios y polvos del tono de mi piel en mis mejillas para disimular el obvio color carmesí. Me disponía a salir de la habitación cuando escuché un extraño sonido proveniente de la ventana. Me acerqué al lugar mientras Hannah me observaba en silencio pero no había nada ni nadie cerca. Ignoré el sonido que mi mente había imaginado y salí de mi cuarto en dirección al despacho del Conde Phantomhive. Al llegar, mi ama de llaves toco la puerta y la abrió para que yo pudiera entrar. No pude evitar sonrojarme al ver al conde sentado frente a su escritorio y recordar nuestro roce. Él, en cambio, se veía sumamente tranquilo, como si nunca hubiéramos podido sentir la respiración y los latidos del corazón del otro a poco centímetros de distancia. O como si nuestros labios nunca se hubieran rozado.

-Pase y tome asiento- me ordenó sin mirarme mientras firmaba unos papeles.

No pude evitar sentirme molesta ante su fría actitud luego de lo sucedido. Acaté su orden y me senté frente a él. Hubo un istante de silencio absoluto en el que ni siquiera las respiraciones de nuestros sirvientes se escuchaban. El frío ambiente logró romperse cuando decidí hablar.

-Y bien, ¿para que exactamente me llamó?-
-Pues...*ah*-suspiró-tenemos que hablar de un asunto-
-¿A si?-
-Si, pero en privado-observó a Sebastián y este hizo el ademán de alejarse.
-Bien-contesté-Hannah retírate-
-Yes, my Lady-

Cuando Sebastián y Hannah salieron del lugar el Conde se puso de pie y dándome la espalda comenzó a observar el cielo brillante de tantas estrellas. Mi mirada se posó en su espalda algo confundida. Mantuve la calma durante unos minutos hasta que me aburrí de esperar a que hablara. Antes de que se diera la vuelta me puse de pie y me dirigí a la puerta para salir pero en ese momento sentí la mano del Conde apresar mi muñeca. Lo observé sorprendida y pude notar un ligero color rosa en sus mejillas. "Después de todo, yo no era la única avergonzada" pensé por un momento pero en el instante en que mi acompañante iba a abrir la boca para decirme algo la puerta se abrió y aparecieron los trillizos. El Conde me soltó y se dio media vuelta mientras yo ponía mi atención en mis lacayos.

-My Lady...-
-Díganme-ordené.
-La buscan-habló bajo Timber.
-Ahora estoy ocupada-
-Pero debe ir-susurró Canterbury.
-He dicho no-
-Por favor baje-pidió suavemente Thompson.
-Retírense-ordené enfada.

Cuando mis sirvientes cerraron la puerta volví donde se encontraba el Conde Phantomhive pero para ser yo quien está vez realmente iniciará una conversación.

-Ciel Phantomhive-se asombró al ser llamado por su nombre-es hora de que conteste mis dudas-lo miré amenazante.
-¿Usted también tiene preguntas sin respuesta? Interesante Lady _____ Bennet-
-Pues sí-
-Adelante, pregunte lo que quiera-me invitó.
-Quiero saber si usted...-

Estuve a punto de formular mi interrogante cuando a mis espaldas la puerta cayó de forma abrupta y tras el Conde los cristales de rompían en pedazos. Ambos nos juntamos en medio del despacho frente a tales circunstancias para así evitar salir gravemente lastimados.

-Señorita ________ mi amo la está esperando en el carruaje-me informó un hombre vestido como mayordomo con cabellos negros y gafas.
-¿Amo?-pregunté confundida a aquel hombre que había derribado la puerta.
-Pues su amo tendrá que esperar, en este momento me llevo a la chica para que sea purificada-habló el tipo de cabellos plateados y traje blanco que había entrado por el ventanal del despacho.
-¿Purificada?-preguntó confundido mi acompañante.
-¡De ninguna manera!- grité y como pude esquivé al hombre de traje negro y comencé a correr por el pasillo.
-¡Espere, Lady Bennet!-escuché a lo lejos la voz del Conde.

Corrí sin saber a donde dirigirme exactamente puesto que la mansión, para mi, seguía siendo un laberinto. Noté una puerta de un color más oscuro que las demás y entré en la habitación. Era un cuarto algo estrecho y mi vestuario no me permitía una posición totalmente cómoda. Pasaron unos minutos y el silencio se hizo demasiado tranquilo para lo que había ocurrido poco tiempo atrás. Solo alcanzaron a pasar unos segundos más cuando alguien abrió la puerta y con una sonrisa tomó de mi mano. Y para mi suerte aquella persona era...

--------¿quien creen que será?-----

-----------------------------------------------------
Gracias por leerme hasta este punto. Espero estén disfrutando este fanfic y pues decirles que me gustaría que comentaran que les está pareciendo, si es que le falta algo (suspenso, romance, credibilidad, lo que sea xD), si quieren que continúe, etc.

Ya son 3K de lectura, estoy súper feliz \(* . *)/ y espero poder seguir y mejorar este fanfic.
Gracias nuevamente por leerme ^-^
----------------------------------------------------

Kuroshitsuji: El Destino de la Mariposa de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora