OCHO

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Como era de suponer, Joel cuando habló con Mamá le contó su plan... Aquella noche tan perfecta, fue hace varios días. No había podido hablar mucho con ninguno de los chicos y Sasha no pasaba tiempo en la casa gracias al instituto. De vez en cuando alguno de los chicos me llamaba, no hablábamos mucho y en parte aquello me dolía pero entendía que estaban ocupados haciendo lo que aman. 

Mamá no se encontraba en la casa —estaba trabajando—, Sasha en el instituto... Y yo sola. Necesitaba un trabajo, algo sencillo para comenzar... Aún no estaba decida con la Universidad, así que conseguir un trabajo era mi meta por el momento. Mi celular empezó a sonar, "Número Desconocido".

—¿Hola?

—Hola, ¿Nos extrañas? —aquel acento Cubano iluminó mi día.

—¡Erick! —chillé alegremente. —Claro que los extraño.

—Nosotros a ti, Joel y Yo estamos libre ahora... ¿Podríamos vernos? —preguntó, una pequeña risita delató mi felicidad.

—¿Dónde? —tomé aire. —¿Cuándo?

—Ahora, si puedes claro. —rió. —Estamos en el Mall.

—Ahí estaré en treinta. —aseguré.

—Estaremos frente a Macy's. —informó, y aunque habláramos a través de un celular pude sentir su sonrisa. 

—Nos vemos alí, Erick. —nos despedimos. 


Por mala suerte Mamá no dejó el auto, tomé un taxi. El Mall era inmenso pero conocía cada una de sus esquinas, por lo que intenté no distraerme en el camino y llegar a Macy's rápido, pero cuando estuve allí no vi a Erick y menos a Joel. 

—¡BÚ! —salté del susto, volteé para enfrentar a un Erick muerto de risa, pero no vi a Joel en ningún lado.

—Dios Mío. —puse la mano en mi pecho, simbolizando mi susto y comenzando a reírme. Besé la mejilla de Erick y luego lo abracé. —Que susto, Dios.

—Fue muy gracioso —dijo entre risas. —¿Cómo estás? —preguntó cuando estuvo más calmado.

Unas manos taparon mis ojos, eran cálidas y delicadas. El cuerpo de la persona detrás de mí quedó pegado a mi espalda y lo siguiente que sentí fue un beso en mi mejilla.

—¿Sabes quién soy? —susurró en mi oído, haciendo que mi cuerpo cosquilleara.

—Joel. —confirmé con una sonrisa, aunque sus manos aun descasaban en mis ojos.

—Creo que ese es mi nombre. —volvió a murmurar en mi oído, sus manos abandonaron mis ojos para cubrirme con sus brazos en un caluroso abrazo, me volteé como pude para también abrazarlo. Erick se quejó con una falsa tosida, a lo que Joel y yo reímos. 

—¿Tienes hambre? —preguntó Erick, por un momento algo en su voz me recordó a Christopher.

—No sé porque siento que tú sí tienes hambre, vayamos por algo de comer. —dije.

—Yo igual, vamos. —aceptó Joel.

Aunque podíamos comer dentro del Mall, los chicos prefirieron que fuéramos a un pequeño restaurant cerca del mismo. El lugar era cómodo, y tranquilo... Quizás por la hora no habían tantas personas. En lo que yo busque un lugar para nosotros sentarnos los chicos fueron a ordenar. Noté como unas cuantas chicas se acercaban a ellos por algunas fotos y otras los grababan y eso, era algo lindo... Por fin sabía que eran famosos, de lo contrario habría enloquecido por ello.

—Hola. —dijo alguien detrás mí, volteé a ver. Era una chica, la vi cuando entramos y también la vi tomarse fotos con los chicos. ¿Una fan?

—Hola. —saludé extrañada, noté que estaba grabando con su celular pero no directamente, quizás intentaba ocultarlo.

—¿Sales con Erick o Joel? —preguntó, mi mirada se dirigió automáticamente hacía ellos, Erick estaba ordenando, pero Joel me miraba preocupado.

—Sólo somos amigos. —contesté, dándole mi mejor mirada de "Auxilio" a Joel.

—¿Cómo te llamas? —preguntó, que insistente.

Joel se abrió paso hacía mí, por lo que me mantuve callada hasta que llegó a mí, Gracias a Dios. 

—¿Vamos a ayudar a Erick con la comida? —me preguntó tomando mi mano. —Lo siento mucho princesa, pero la necesito ahora. —se excuso con la obviamente Fan, ella aceptó un poco inconforme y yo me despedí totalmente feliz, no sólo me alejaría de ella sino que Joel tomaba mi mano en la suya.

—Gracias. —le susurré.

—Lo siento si te hizo sentir incómoda. —me abrazó por los hombros, eso me hacía sentir más segura pero sentía a las chicas tomando fotos. —¿Te dijo algo?

—No, sólo me pregunto si... Si salgo con alguno de ustedes y mi nombre.

—¿Qué dijiste? —ya estábamos al lado de Erick.

—Que sólo somos amigos y llegaste en el momento justo para no decirle mi nombre, en serio muchas gracias. —lo abracé.

—¿Todo bien? —preguntó Erick con preocupación.

—Sí, ya todo bien. —respondió Joel.

Por aquella incómoda experiencia comimos y salimos rápido de allí, no sin antes aún más fotos y esta vez incluso conmigo aunque Joel se rehusaba a soltarme. Volvimos al Mall, Joel estaba un poco preocupado por las fans, ¿habría algún drama por mí?, por otro lado Erick parecía no pensar en aquello.

—¿Qué haces todos los días? —preguntó Erick mientras los tres caminábamos sin un rumbo exacto por el Mall.

—Realmente... Nada. —admití. —me quedo sola, Sasha va a estudiar, Mamá a trabajar. —suspiré— Aún no sé que estudiar en la universidad, necesito un trabajo mientras tanto.

—¿Te gustaría trabajar? —preguntó Joel, asentí.

—El punto es no estar siempre en mi casa, haciendo nada.

—Puedes quedarte con nosotros siempre, entonces. —dijo Erick con una gran sonrisa en su cara, sus hermosos ojos verdes se resaltaban más de esta forma.

Reí, ya que aunque quisiera realmente no creía que eso fuera posible.

—¿En serio quieres trabajar? —preguntó otra vez Joel.

—Supongo que sí.


Nos cansamos de andar sin rumbo, los chicos propusieron llevarme al estudio de grabación o a su casa, preferí la casa. Los chicos pusieron música, estábamos solos... Con algunas personas de servicio, pero ni los veía. 

—¿Bailas? —me preguntó Erick dándome la mano, acepté divertida. Joel se tomaba fotos cerca, se veía muy apuesto. 

—Bailemos.

Presté atención a la canción en las bocinas "Por fin te encontré" de Cali y El Dandee, Erick se movía y cantaba al mismo tiempo, yo igual dejaba ir mi cuerpo con la música. Sentí la intensa mirada de Joel en mí, y varias veces lo encontré mirándome, algo en mí me tenía tentada con él, lo quería para mí. Imité los peculiares movimientos de Erick, hasta que la canción finalizó.

—¡Ya encontré tu empleo! —dijo Erick tomando aire. —Bailarina de CNCO. —no sé porque reí tanto.

—La verdad es que te queremos  cerca siempre, muñeca. —dijo Joel acercándose. 

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Y aquí las dejo con la curiosidad, no me mateeeeeeeeeeeeeeeeeeennnnn 

Tu luz (Joel Pimentel, CNCO). >EN EDICIÓN<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora