TREINTA Y CUATRO

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—¿Qué pasó? —preguntó Joel a Bryant.

—Te busca una chica, Catalina, Cait, Caitlyn... Algo así. 

Joel miró a Bryant confundido, le agradecí al cielo que Bryant no era de esperar explicaciones. Cuando Joel cerró la puerta me vestí lo más pronto posible. 

—Espera, ¿qué harás? —preguntó. 

—No sé. —respondí cortante. 

Joel salió detrás de mí, más nervioso por mi actitud que por la presencia de su "amiguita". Me sorprendí al verla sentada en el mueble de la sala. 

—¿Caitlyn? —dijo Joel.

—Quiero que hablemos. —informó, aunque su mirada cambió al darse cuenta de mi presencia. —¿Se puede? —Me preguntó.

—¿Quién te dijo que Vivimos aquí? —pregunté.

—Patricia. —dijo, sonriendo de lado.

—¿Qué? —pregunté confundida, miré a Joel.

—No he hablado con Mamá sobre Caitlyn... Lo siento. —dijo, apenado.

—Y como te conozco sé que no lo has hecho porque tienes la esperanza de que las cosas se resuelvan entre nosotros, ¿O me equivoco? —dijo la chica, Joel no respondió... Pero yo igual sabía que tenía razón. 

—Está muy tarde para esto, Caitlyn. —respondió Joel, tenso.

—No podía aguantar más... Lo siento, quiero disculparme contigo por todo con tal de que volvamos a ser como antes. —dijo, ignorando totalmente mi presencia. 

—No te quiero aquí, Caitlyn. —murmuré, llena de ira. Pero Caitlyn me ignoró.

—¿Qué dices, Joel? —se paró, quedando frente a mi novio... Joel no se movió ni un poco y el enojo resaltaba en su expresión. 

—Me causaste problemas con mi esposa, Caitlyn... Es un descaro que hagas esto. —le respondió, cortante.

—¿Tu esposa? —se burló. —Recuerdo que me dijiste que apenas la querías, ¿O me equivoco? —Joel suspiró, el no responderle, para mí, ya era una clara respuesta.

Miré entre ambos, Joel no respondía y ella sonreía victoriosa... Una lágrima se resbaló por mi rostro... Él había hecho eso.

—¿Joel? —murmuré, esperando que dijera algo.

—Caitlyn, quiero que te vayas... Por favor. —le pidió, ignorándome.

—Argh. —bufó. —Estoy dispuesta a disculparme con tu "esposa" por todo, con tal de que volvamos a ser como antes.

—Caitlyn, no. —dije. —Basta, Joel no quiere, yo no quiero. —suspiré, aunque estaba molesta debía mantener la calma. —Estoy embarazada y no creo que desees causarnos un daño tan grande al estresarme, por favor vete... Se consiente y vete. —pedí.

—Entonces es cierto... —dijo, como si le faltara el aire. —Estás embarazada. —una lágrima se deslizó por su rostro.

—Caitlyn, no... Por favor. —dijo Joel, toda la ira de pronto abandonó su cuerpo y ahora se veía preocupado.

¿Qué?

—¿La embarazaste? —dijo, perpleja. 

—Escucha, las cosas pasan... Los erro... —interrumpí a Joel antes de sí quiera decir "errores" 

—¿Los errores pasan? —dije, molesta. —¿Eso ibas a decir?

—No. —se defendió. —Iba a decir que... —no encontró con que tapar sus palabras. — Zaphir, mejor olvida eso... No sé lo que iba a decir. 

Tu luz (Joel Pimentel, CNCO). >EN EDICIÓN<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora