Capitulo 12

237 14 6
                                    

Me hizo pasar hasta la sala de estar, donde me hizo sentarme a propósito de la manera más sensual que nadie haya podido ver. Me miraba de una forma rara, pero encantadora, se podría decir que se había olvidado por completo que "era" Gay.

Se fue al baño a probarse las deseadas prendas para luego salir por la misma puerta con un conjunto negro y estampado de puntos blancos.

He aquí, mi muerte.

—Este no me gusta. —Hizo puchero al dar una vuelta.

—Si fuera por mí te arrancaría la ropa de un manotazo. —dije en voz baja clavandole una mirada penetrante.

—¿Que dijiste, Shawn? —Dijo con una sonrisa en el rostro, tan espléndida.

—Que si fuera por mí te la arrancaría de un manotazo para ponérmela, me gusta el estampado.

No me juzguen, fue lo primero que se me ocurrió y funciono bastante, gracias a mi cerebro.

—Oh... bueno. —Entro nuevamente al baño.

Sentí un calor insoportable y persistente por un largo tiempo, intentaba arrancarme la camiseta mientras suspiraba aguantando las ganas de no gritar nada.

—¿Y este?

Esta chica me va a matar, me quiere sacar el pito de un infarto. Voy a morir, no voy a resistir por mucho tiempo. Madre mía, Cameron, ¿Donde estas cuando te necesito?

—El rojo resalta sus nalgas. —No seguí hablando por temor de decir algo que no debía.

—Mmmh, creo que le falta alguien que lo haga lucir... ¿Verdad?

No me digas eso... voy a morirme aquí y tú sigues probandote ropa.

—Si, que malo que soy Gay.

—¿Malo? —Dijo confundida.

Mierda, pensé que lo había dicho para mis adentros, no que lo iba a notar, soy un estupido, esto se está saliendo de control y apenas puedo modular sin soltar algún comentario fuera de lugar. Tengo que salvarme.

—Creo que me vino.

He aquí, el más estupido.”

Shawn... lamento desilusionarte, pero eres hombre. —Rió.

—Es una forma de decir que quiero ir al baño. —Sonreí.

El rostro me ardía y las manos me temblaban, estaba ahogado en vergüenza y no podía seguir más allí. Pronto moriría de un ataque.

—Oh, esta bien, te espero. —Me dirigió una sonrisa y apenas se dio la vuelta salí corriendo como si fuera a perder la vida.

Me encerré en el baño y sentí que iba a explotar, sabia que Hillary tenía un fuerte poder sensual, pero no pensé que fuera a bajar mis defensas tanto. Estoy que explotó.

Miré a mi derecha y note como nueve prendas de ropa interior. ¿Nueve? ¿¡Nueve!? ¿¡Como resistiría todo eso si apenas pude con dos prendas!?

Se me iluminó el rostro al pensar una idea que calmaría todas mis ansias de puberto.

Tire la ropa al inodoro e intente tirar de la cadena, pero no sirvió, es más, causó mas problemas. ¿Que le iba a decir a Hillary ahora? Voy a rezar cinco padre nuestro.

—Hillary, me siento tan apenado... tiré por accidente la ropa interior en el inodoro. —Miré hacia el suelo, no quería encontrarme con la mirada de Hillary y menos ahora.

—No te preocupes, Shawn, total, eran de mi prima. —Soltó una carcajada.

Que suerte que es una chica cero problemas, porque ahora mismo me habría arrancado los genitales con un saca corchos.

—Haré algo para remediarlo. —Prometí.

—Puedes llevarme a comer un helado...—Sonrió de costado.

—Entonces vamos por un helado.

Después de el helado caminamos por los senderos cerca de la costa sin decir nada, sólo puras miradas y sonrisas cargadas de diversión.

Amaba su forma de ser, era impresionante como a veces se dedicaba tanto a hacer reír a los demás por mas que ella esté destruida por dentro.

Querías abrazarla por todo, querías besarla por todo. Mirarla todos los días y sentir que era tuya, era una de mis personas favoritas y sabia, muy dentro mio, que tenerla a mi lado me seria imposible. No estaba a su altura, siquiera le llegaba a los talones.

Su sonrisa blanca era tan irresistible, todo en ella lo era. Sus ojos, su nariz, su cabello, hasta daba ternura cuando ni alcanzaba el cereal de la alacena. Una mujer digna de merecer cualquier cosa que valga oro.

Me sentía como un estupido hablando de ella en mi cabeza mientras que no sabía que es lo que pasaba por la suya. ¿Pensara en mi? No, no lo creo. Me debe estar imaginando con un metrosexual en las costas de Brasil con sunga de leopardo y jugo de mango mientras jugaba sensualmente con la pajita del jugo.

Soy un maldito desastre y eso es lo peor.

—Te llevaré a casa. Ya es tarde. —Anuncié.

—Gracias por el día, Shawn. —Me dirigió una de sus mejores sonrisas mientras me derretía frente a ella.

Fingiendo Ser Gay | S.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora