cap 11 instintos.

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Tetsuya sintió el ligero ronroneo que le arrullaba cual nana a un niño. Estaba en el suelo, resguardado en un bonito lecho de sus propias cobijas, desnudo y extrañamente calientito.

Abrió los ojos para encontrarse con las manchas anaranjadas y negras que decoraban el majestuoso cuerpo de su pareja. Se acurrucó contra él y casi de manera inmediata una lengua acarició su mejilla, hombro y espalda. Sintió cosquillas.

-Taiga... tienes que regresar...- el felino le miró confundido, gruño y le lamio nuevamente.

-regresa...-

Tetsu se sentía muy cansado, tanto que quería volver a dormir, pero algo dentro del hizo clic... estaba apareado... felizmente apareado. Las cosas no habían sido del todo placenteras pero cuando el hilo de su vida se había unido al de Taiga formándose un fuerte nudo, Tetsuya por primera vez en su vida se sentía... bien... completo, incluso devoto al ser que le había sometido.

Era raro... el instinto de los cambia formas era lo más raro y bizarro que podría existir desde el punto de vista de alguien sin pareja o un beta. Pero ahora que estaba acoplado lograba entender muchas cosas.

No es que te hicieras estúpido o bobo por emociones románticas que "aparecían" de la nada cuando encontrabas a tu pareja. Esto no tenía nada que ver con lo romántico, lo tierno o el sexo.

Cuando uno se unía a su pareja lo hacía en todos los aspectos, su espíritu, su conciencia, su vida, todo se fusionaba para explotar en amor... solo amor.

El destino nunca se equivocaba. No podía hacerlo.

El estómago de Taiga gruñó, se puso de pie, salió de su habitación y Tetsuya, que no quería levantarse por el cansancio y la extraña comodidad del momento se quedó ahí, expectante por saber que haría su pareja...

-mi pareja...- susurró Tetsu sonrojado, hubiera rodado por todo el suelo como trompo o hubiera sacado a su husky para que se retorciera emocionado sobre su espalda, pero Taiga había vuelto con algo en su hocico y Tetsu sonrió enternecido y divertido.

En el hocico del tigre yacía una pierna de pollo que Tetsu tenía la certeza había estado en su refri no muchos minutos atrás.

Lo estaba mimando, le estaba alimentando, lo cuidaba... pese a que tenía hambre su prioridad era cuidarle.

Tetsu sonrió a más no poder emocionado y abrazó el cuerpo enorme de su pareja.

-eres tan lindo... pero es enserio... tienes que regresar... Taiga... regresa...-

La pata del tigre se apoyó en su cadera y clavo muy gentilmente sus garras.

A Tetsuya no le molestaría estar con su pareja así el tiempo que fuera necesario. Pero Taiga era un niño, lo de anoche era una muestra clara de que el animal estaba gobernando su psique y el niño podría perderse en el salvajismo animal de manera muy fácil.

Se puso de pie con las piernas temblorosas, tomó la pierna fría de pollo y caminó hacia su closet para tomar una bata de baño y envolver su cuerpo.

No tenía marcas, apestaba a baba de tigre y su culo se sentía pegajoso, pero tenía que encontrar una manera de regresar al niño.

Apenas había salido de su habitación con el tigre celosamente pegado a sus piernas cuando notó la presencia de 3 alfas en la sala de su hogar...

Atsushi, Alexa y Midorima estaban ahí... el silencio sepulcral del momento solo fue interrumpido cuando Taiga gruño advirtiendo que si se acercaban más lucharía defendiendo a su pareja.

El tigre, mi alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora