La vida de un adolescente gay. (1er libro)

Capítulo 21: La decisión final.

Por fin, llegó el gran día, me armé de valor y le pedí a Erick hablar con él. Sé que es muy difícil, pero creo que es lo correcto. Quede con él, en el parque a las 7 y media, llego puntual, me monte en su moto, pusimos rumbo a el acantilado, ya que le dije que quería ir allí. No tardamos mucho en llegar, iba abrazado a él, y me di cuenta de que siempre iba a amarle.
Nos sentamos en el banco donde empezó nuestra historia de amor, donde tuvimos nuestro primer beso y por donde primera vez, sentí las sensaciones que solo él había conseguido que sintiera.

(..)

-Erick, necesitaba hablar contigo, llevo muchísimo tiempo reuniendo el valor para poder decirte todo esto. Te amo Erick y siempre tendrás un espacio en mi corazón, ya que eres el único chico que ha conseguido hacerme sentir toda una oleada sentimental dentro de mí. Sé que hemos tenido nuestros momentos buenos y malos, pero siempre hemos conseguido estar juntos, pero últimamente nos hemos distanciado, sé que estás pasando por unos momentos muy difíciles y que yo no puedo aportar nada en estos momentos, así que es mejor que lo dejemos, tal vez, sí que estemos destinados a estar juntos, pero no ahora tal vez más adelante o tal vez solo hayamos formado una parte de la vida que nunca jamás se volverá a repetir, pero yo no puedo saberlo, solo el destino lo sabe -No pude decir esto sin hundirme en un mar de lágrimas mientras Erick, solo miraba al suelo, con los ojos llenos de lágrimas, solo se levantó del banco, y caminó en dirección a la moto, yo también fui hacia la moto, nos montamos.

(...)

Me dejo en mi casa ni siquiera se despidió, simplemente aceleró la moto y se fue.
No entre en mi casa, fui directamente al patio, me senté en el césped, y no tardé ni dos minutos en volver a hundirme en un mar de lágrimas. No podía entender su comportamiento, tarde mucho tiempo en poder hablar con él y decirle todo lo que pienso en este momento y él ni siquiera fue capaz de decir ni una sola palabra. Ahora realmente me sentía vacío, algo dentro de mí se había terminado de romper.

~NARRA ERICK~

Pedro me había hablado para quedar. Pero lo que me dijo, me dejó destrozado, no quería ir a casa, así que arranque la moto y me fui a las afueras de la ciudad. Aparque la moto en un polígono, donde no había ni una sola persona, justo lo que necesitaba, necesitaba asumir todo lo que mi peque, que ya no era mi peque me había dicho hacía un rato. Ahora la única que me quedaba era mi hermana pequeña.

(...)

~NARRA PEDRO~

Hoy era el último examen, me lo prepare bien y lo aprobé sin dificultad. Me fui justo después de acabar el examen, ya que no soportaba ver a Erick así y yo tampoco es que tuviera muchas ganas de nada.

Llegue a casa, y fui directamente a mi habitación, tenía que terminar de hacer unas cosas en mi habitación, ya que mañana sería el último día de clase, aunque yo no iría, sería lo mejor para todos y aunque quisiera tampoco podría ir ya que me tendría que ir temprano al aeropuerto.
Termine de prepararlo todo y organice un poco la habitación. Me tumbe y 5 minutos después me deje dormir.

~Al DÍA SIGUIENTE~

Me levanté, sin ánimos de nada y me dirige hacia mi destino, me dolía muchísimo, esta decisión era cobarde, pero, lo necesitaba.

(...)

Me estaba, despidiendo de mis padres, de mis niñas a las que iba a echar muchísimo de menos, también me despedí de algunos compañeros de clase. Estaba pasando por la puerta de embarque y pasando por la pasarela hacía el avión.

Estaba sentado en el asiento que me tocaba, mientras miraba por la ventana vinieron a mi cabeza miles de recuerdos de todo lo que había pasado este año, no pude evitar hundirme en un mar de lágrimas dirigido por mis recuerdos.