Capítulo 19: Dolor, horrible dolor.

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Cada vez me sentía muchísimo peor hasta el punto de no querer hacer nada, estamos a una semana del final del curso, estaba agobiado con los exámenes y quien ocupaba mi cabeza, no era otra persona que aquel chico moreno de ojos claros, el que me había hecho sentir cosas, que nadie más había sido capaz de hacerme sentir, sentía un gran dolor por todo lo que hemos pasado. Rompí mi promesa de estar a su lado, pero es bastante difícil a veces, ver como dos personas que se aman, de un momento a otro pasan a ser completos desconocidos. La culpa no es de nadie y sé que él me sigue amando tanto como yo a él aunque no lo demuestre y lo sé por todo lo que me ha demostrado durante todo el tiempo que hemos estado juntos, pero por el momento creo que las cosas seguirán tal y como estaban, cuando nos conocimos. Aun así es inevitable sentir el dolor tan grande que siento por dentro, es como si algo dentro de mí se hubiera quebrado y no pudiese volver a reconstruirse.

(...)

Solo me quedaban dos exámenes, por ahora los había aprobado todos y si nada salía mal, no habría problema para aprobar este curso, estaba muy centrado. Penúltimo examen, latín, una asignatura que poco a poco me fue gustando muchísimo más y hoy sería el examen global, llevaba preparándolo un mes y me encontraba allí delante del examen, realmente se me hizo muy fácil, completarlo entero. Acabe uno de los primeros, lo revise dos veces por si me faltaba algo o podría contestar algo más. Le entregue el examen a Úrsula y salí de clase en dirección a la cafetería.

Pedí un cortado y me senté en la mesa que alguna vez, llegó a ser nuestra, pero ahora mismo estaba vacía y una oleada de recuerdos pasaron por mi cabeza, y una lagrima resbalo por mi mejilla hasta aterrizar encima de la mesa. Pague el cortado a Ángel el chico de la cafetería y me fui en dirección a la salida, noté como alguien me llamaba y era su voz, era la voz de Erick y más lágrimas salieron de mis ojos, pero no pude pararme y mirar atrás, simplemente proseguí mi camino.

(...)

No tenía ganas de ir a mi casa, así que decidí hablarle a Samuel y quede con él en el parque que estaba enfrente del instituto, el apenas tardó 10 minutos en llegar, toco la pita de su coche, y me monte con él. El enseguida se dio cuenta de que me pasaba algo, sin embargo, solo me pregunto a donde quería ir, yo le indique la dirección, y él puso rumbo a donde yo le había indicado.

Y allí estábamos donde, comenzó todo con Erick, donde tuvimos nuestro primer beso, las lágrimas inundaron mis ojos y me abrace a Samuel -qué te pasa, ¿te encuentras bien? -dijo preocupado. -Es un poco todo, es por Erick, después de todo lo que hemos pasado, parece que lo olvidó todo, sé que su situación es difícil, pero yo le amo y siento muchísimo dolor, por ver toda esta situación... -dije comenzado a llorar.
Las lágrimas no paraban de salir y recorrer mis mejillas, Samuel me abrazo contra su pecho, mientras yo lloraba desconsoladamente y puede que fuera lo que necesitaba, liberarme de los problemas que me había guardado para mí mismo y tener a alguien con quien poder llorar y que me dijera que todo saldría bien. Pero la culpa es mía me lo había guardado todo y me aísle de todos, para no molestar a nadie. Samuel agarró mi mentón, me miró fijamente a los ojos y selló mis labios con un beso suyo, yo le correspondí el beso inconscientemente, pero cuando reaccione me aleje de él y lo único que le pude decir es que el momento no era el correcto y que no quería hacerle daño.

La vida de un adolescente gay. (1er libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora