Capitulo 2

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"In time, we get to hate that one which we often fear..."
-Shakespeare.

Me cubrí con la cortina lo más rápido que pude y lo asesiné con la mirada. Era obvio que no había sido ninguna clase de accidente, su risa macabra y burlona lo decía todo. Reprimí el deseo de gritar como una loca y asestarle golpes en la cabeza, si mamá y Des subían la escena sería algo incómoda. Por los ojos verdes al igual que los del nuevo esposo de mamá, supe que se trataba de Harry, mi hermanastro.
Maldita sea. ¿Por qué tenía que ser él?

- ¡Tú debes ser Jodie!-dijo con una sonrisa amplia, sin moverse ni un centímetro de donde estaba, es decir, frente a mí.
- ¿Te has dado cuenta de que trato de tomar una ducha? ¿Y de que no respetaste mi privacidad y casi me ves...desnuda?
Harry rió otra vez y se pellizcó el puente de la nariz.
-Lamento ser el que destruya tus sueños pero, no llegué a verte completamente desnuda. Y sí, sé que estas tomando un baño, bajo mi ducha...la cual está en mi baño. ¿O no te has dado cuenta?
Noté como se me tensaba la mandíbula y mis mejillas se ponían rojas. No sé que le habría hecho a este chico para que me estuviera tratando así. ¿Quién se creía él?
-Oye, si no te vas...gritaré.
-No, no lo harás. Tu hermana está por aquí cerca y hablé hace un rato con ella, es simpática...bastante. Yo en su lugar malinterpretaría las cosas.
-Pero si ni siquiera te conozco y ella sabe que no soy así...
Él arqueó una ceja, me dejó con la oración en el aire y retrocedió unos pasos hacia la puerta, quiera Dios que para largarse.
-Ya. Sólo vine a decirte que hicieras lo que hicieras, no abrieras el grifo de agua caliente. Los conductos todavía no se han orientado y esa vía bombea el agua sin purificar directo de las alcantarillas.

Me costó un segundo asimilar el peso y significado de sus palabras. No por idiota, ni por descerebrada, menos por despistada. Era por el simple hecho de que Harry lo había dicho en un tono tan natural y despreocupado que desenfocó por completo mi centro de atención. Pero cuando hube captado lo que sus palabras significaban, hice un esfuerzo sobrehumano por no desmayarme en ese mismo instante.

"Quiero morir, quiero morir, quiero morir".

Respiré lenta y pausadamente, organizando mis pensamientos y tratando de mantener el autocontrol. Quería gritar y golpear a alguien. Quería que me tragara la tierra. Quería irme a casa. Ahora no sabía qué era peor, que Harry me viera desnuda (que según él no vio nada pero no le creo) o que nunca lo hubiese hecho y siguiese bañándome con agua llena de mierda y gérmenes.

Al parecer Harry se dio cuenta de mi expresión y decidió irse, no sin antes decirme:

-Y bienvenida a tu nuevo hogar, hermanita.

"Alcantarillas, hermanita, hogar, alcantarillas..."

Me mordí el labio para no gritar y tensé las piernas para no saltar y patalear como una niña malcriada. ¿Mierda? ¿En serio? ¿¡Qué le pasaba a esta casa!? ¿Por qué Des no lo mencionó antes?
Apunté el control del grifo hacia la izquierda y una lluvia de agua fría cayó sobre mi cuerpo. Me restregué los brazos y las piernas con asco y luego volví a lavarme la cabeza, ahora dos veces. Cuando terminé casi me eché todo el frasco de loción encima y me aseguré de estar verdaderamente limpia. Me vestí con un suéter rosa, que también me lo había hecho la abuela, y unos pantalones vaqueros.

Cuando salí del baño, vi a Reagan sentada en el sillón charlando animadamente con Harry. Los dos pararon la conversación y me miraron sonrientes, especialmente mi hermana.

- ¡Hey Jo! ¿Ya conociste a Harry? El hijo menor de Des... ¿recuerdas? Mañana iremos con él a la escuela y nos presentará a sus amigos, ¿no es genial?
-Sí, Reg...genial-asentí y miré a Harry, quien se puso de pie y me tendió la mano.
Para que Reagan no sospechara de la tensión que había nacido entre nosotros, o por lo menos en mí, la estreché y falsifiqué una sonrisa.
-Mucho gusto...Jo-dijo él con voz ronca y mirada desafiante, no con el fin de intimidar pero, soberbia. Victoriosa.
-Lo mismo digo...Harry-respondí sin bajar la guardia.

El contacto de su mano, los mensajes que me transmitía con la mirada. Su forma de hablar. Era más que obvio que Harry no nos quería aquí, o por lo menos no me quería a mí. No lo exteriorizaba, pero yo lo sabía, lo sentía, mis instintos me lo advertían...
Aunque quizás lo estaba juzgando mal, ni siquiera hacía una hora que lo conocía y ya tenía una larga lista de defectos y falsas personalidades respecto a su persona. También cabía la posibilidad de que yo estuviera exagerando e inventado cosas porque seguía ardida debido al desagradable incidente del baño. Podría ser eso, definitivamente. Nadie merecía que lo juzgaran de esa forma, menos si no lo conocía, por lo que traté de calmarme y mostrarme lo más amable posible con él.
Después de todo, no era su culpa que yo me hubiese bañado con...mierda.

En ese mismo momento mamá subió y nos dijo que iríamos a cenar a un restaurante, todos, como una familia. Reagan y yo fuimos por nuestros abrigos y junto con Harry bajamos por las escaleras. De repente, Des y mi hermana pusieron mala cara y miraron alternadamente a su alrededor, como si buscaran algo. Cuando mamá bajó pasó lo mismo. Miré a Harry y él estaba absolutamente normal, con lo que parecía ser su usual sonrisa de medio lado. Cuando descubrió que lo miraba, ésta se amplió hasta llegar a ser una completa y genuina sonrisa, casi una carcajada muy silenciosa. Por la inercia, hice lo mismo y me coloqué un mechón de cabello detrás de la oreja.

Harry tenía una linda forma de sonreír.

El camino hacia el restaurante estuvo silencioso y notaba que los demás de vez en cuando contenían la respiración. Me preguntaba qué les pasaba, era muy extraño verlos tan callados, en especial a Reagan y mamá. Estudié las expresiones en sus rostros y todas denotaban náuseas, menos la de Harry, que todavía seguía sonriendo y yo desconocía por qué. Creía que me empezaba a gustar eso de él: su constante sonrisa sin razón. Acciones como esas podían alegrarle el día entero a una persona, y si seguía así, quizás y hasta olvidara el incidente del baño. Fue un accidente, y todo por mi bien, ¿no?

Sí, un accidente. No somos perfectos y todos cometemos errores. Harry no es un mal chico, incluso no se molestó en decirle a Reagan nada de lo sucedido en la ducha. Seguro quería evitar que me sintiera apenada. Tenía cara de buena gente, como su papá

Aunque todavía había algo que no cuadraba...

Llegamos al restaurante en menos de cinco minutos. Por lo que escuché decir Des a mamá, y por los elevados precios del menú, este era uno de los mejores restaurantes de Holmes Chapel. El sitio era exclusivamente lujoso y las personas eran sumamente refinadas. Y extrañas, pues no paraban de voltear la cara hacia nuestra mesa con el ceño fruncido y expresiones de repugnancia.

Des al parecer se dio cuenta. Suspiró y preguntó:

-Chicas, ¿a caso alguna de ustedes tomó una ducha en el baño del piso de sus habitaciones?
Reagan asintió tres veces y giró su cara hacia mí.
-Jo tomó un baño y duró una eternidad allí dentro, no me dio tiempo ni de irme a lavar las manos. ¿Por qué?
Vi que Des y mamá intercambiaban miradas de preocupación. Yo los observé confundida y noté cómo su esposo bajaba la voz. Llevé instintivamente mi mirada hacia Harry para calmar mis nervios y hacer que algo de su felicidad se me contagiara, pero su sonrisa ahora era diferente.
Esta era burlona.
-Jo, ¿a caso te bañaste con agua fría cuando llegaste?
-S-sí, Des, desde luego. Agua fría, bien fría. ¿Por?

Esa expresión de preocupación otra vez. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué mamá y Des se veían tan frustrados? ¿Por qué Reagan tenía esa cara de asco? ¿Por qué Harry parecía contenerse para no morirse de la risa? Sentí cómo se me encogió el estómago y la habitación de un momento a otro comenzó a dar vueltas. Me sentí mareada y quise vomitar en los zapatos de mi hermana.

-Cariño-susurró mamá colocando su mano sobre mi brazo. Lentamente, levanté la mirada y la miré asustada a los ojos, temiendo lo peor-. Olvidamos decirte que el agua fría...este, pues, no es...pura y proviene directo de la cloaca.
-Quieres decir que...
- ¿¡Estas embarrada de mierda!?-soltó Reagan escandalizada-. ¡Qué asco, mamá!

Harry no lo soportó y comenzó a reírse, al igual que las personas de la mesa de al lado. Reagan se debatía entre explotar en carcajadas y vi como hacía un esfuerzo por reprimirse. Des miraba decepcionado a su hijo y mamá se mordía el labio inferior para no reír como los otros.

Quería morirme.

Me paré de golpe de la mesa y fui corriendo hacia el tocador de damas. En cuanto entré na rubia que se arreglaba el brasier hizo un gesto de que iba a vomitar y salió lo más rápido que pudo del baño, dos chicas de cabello negro le siguieron por detrás, con la nariz tapada con una mano y otra cubriéndoles la boca. Me recargué en el lavabo y me miré al espejo, esperando a que mi reflejo saliera al mundo real y me ahorcara. En el momento que no aguanté más el nudo que comprimía mi garganta, exploté:

- ¡ESE HIJO DE PUTA!

I knew you were troubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora