Capitulo 11

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"And if the lights are all out, I'll follow your bus downtown, see's who's hangin' out..."

Esa misma tarde, después del drama de película que le armé a Harry, Jessie se ofreció a llevarme en su motocicleta hasta mi casa. Jamás lo había visto en la escuela, pero usaba el uniforme y supuestamente iba a mi mismo salón. Cuando le pregunté que con quién se juntaba en su tiempo libre o dónde se encontraba cuando estábamos en recreo, me respondió que prefería estar solo y no me dio más explicaciones.

Lo único que sabía era que se llamaba Jessie McCartney...

Y él y Harry no se soportaban.

Unos días más tarde decidí que definitivamente debía tratarme con este chico. Después de la clase de español, lo seguí por todo el campus hasta llegar a una de las zonas restringidas de la escuela. Vi que se saltaba una alambrada y se recargaba en un árbol, en donde fumaba hasta el final del recreo. Una semana después, cuando salía de los entrenamientos de rugby, descubrió que lo acosaba y me invitó unos cigarrillos, los cuales yo tímida e inocentemente rechacé.

Entonces le caí mejor.

Nuestra amistad no tardó mucho en desarrollarse. Bastó con que yo le comprara un par de cajas de Camel y un nuevo encendedor para poder ganármelo por completo, sin mencionar que mi odio y resentimiento hacia Harry hacían que nuestro lazo de amistad se fortaleciera cada día más. Jessie se desahogaba conmigo sobre lo mucho que odiaba a Styles y yo hacía lo mismo con él. Era bastante divertido y liberador, como si por fin alguien haya logrado comprenderme del todo.

Entonces Minnie tuvo que preocuparse por mí. A ella no le agradaba mi nuevo amigo, decía que anduviera con cuidado y no me dejara fiar mucho de él, que no era de confianza. Lo mismo pasaba con Arnold y Mica, más con Arnold porque sentía que debía protegerme ya que yo era su consentida. Lina era un caso aparte. Ella adoraba a Jessie, en especial por su Ducati y su chaqueta de cuero. Decía que yo era su ídolo y que se pintaría el cabello del mismo color anaranjado que el mío porque al parecer las pelirrojas atraían a los chicos malos que tanto adoraba. Minnie se enojaba con ella por decir todas esas cosas y le golpeaba el trasero con su propio palo de golf mientras que le pedía que se callara la boca y dejara de decir estupideces; yo rodaba los ojos y mejor me quedaba callada con los brazos cruzados. Ellos no entendían que yo necesitaba una persona que me entendiera tanto como Jessie para poder superar las burlas de Harry.

Su historia, sin embargo, era muy diferente a la mía. Llegó a la secundaria O'Callahan siendo el típico chico citadino al que todos admiraban por venir de una gran ciudad como lo era Londres. Me contó que incluso recibió varias invitaciones para entrar a diversos grupos que la institución ofrecía, pero la que más le interesó fue la del equipo de rugby. Ese mismo año Harry también aplicaba para entrar, así que fue ahí en donde se conocieron más de cerca. Los dos aspiraban a ser capitanes del equipo, y supuestamente, Jessie había ganado por un voto de diferencia. Me dijo que Harry no soportaba ser el segundo, por eso en un arranque de celos, lo saboteó en la práctica del día antes del campeonato estatal: le lesionó un tobillo. Jessie no volvió a hacer deporte desde ese día, quedó discapacitado para las actividades físicas. Entonces el entrenador Leslie tuvo que sacarlo del equipo y nombrar a Harry como capitán.

La secundaria entera se olvidó de Jessie tan rápido que ni él mismo se dio cuenta cuando las personas empezaron a alejarse de él. A nadie le interesaba tener una amistad con un chico cojo y débil, a pesar que viniera de uno de los barrios más ricos de Londres. Y todo por culpa de un ambicioso obsesivo barra narcisista infernal que no soportaba que las personas lo superaran con sus propios esfuerzos y méritos.

Señoras y señores, con ustedes: Harold Edward Styles.

- ¿Se puede saber qué haces juntándote con ese McCartney?-me preguntó una noche en la que yo me devanaba los sesos estudiando para un importante examen de geometría y cálculo. Hice a un lado mi libro de matemáticas y lo miré con los ojos achicados como un par de rendijas, ¿y ahora quién se creía este para entrar de esa manera a mi cuarto?

I knew you were troubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora