Capitulo 15

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"I'm freaking out, so where am I now? Upside down and I can't stop it now...I can't stop it now..."

El silencio me despertó en seguida.

Cuando abrí los ojos, me tomó más de un segundo adaptarme a la luz que se reflejaba en mis ojos. Parpadeé varias veces e intenté incorporarme lentamente, pero en cuanto levanté la cabeza un dolor punzante me taladró las sienes y la habitación en la que me encontraba comenzó a dar vueltas. Me quedé echa un ovillo hasta que todo se acomodó en su lugar, y entonces, con mucho cuidado, me ayudé a sentarme en el suelo, que estaba muy frío, y apoyé la espalda en la pared. La cabeza me seguía doliendo.

¿Dónde estaba?

Miré a mi alrededor y advertí que me encontraba en un cuarto pequeño con una sola ventanita, muy por encima de mi alcance, y por allí entraba una mísera fracción de luz mortecina que le daba un aspecto azulado a la piel de mis manos. Estaba sentada encima de una sábana rota con un estampado de flores, y al lado mío había un plato de comida para perro y un tazón de cerámica lleno de agua. El plato estaba completamente vacío, y mis tripas comenzaban a protestar y a reclamarme por comida. Me abracé el estómago y acosté mi cabeza en la pared, muerta de hambre. ¿Cuánto tiempo había dormido?

Permanecí mirando fijamente la pared como por una eternidad. No estaba ni enojada, ni asustada, y ni tenía miedo, a pesar de que no sabía dónde diablos estaba ni qué demonios iban a hacer conmigo. De lo único que estaba segura en ese momento era de que tenía hambre, y eso estaba mal porque quién sabe si iba a salir de esta con vida, y yo aquí, pensando en comida.

Brillante, Jodie Foster, brillante.

Estaba a punto de volverme a dormir cuando una estrecha puerta de madera, que no había notado antes , se abrió de par en par, de ella surgiendo la única persona a la cual temía ver a los ojos, que eran tan negros como la tinta, y que ahora de tan solo clavarse en mí lograban que se me secara la garganta.

-Vaya, vaya, buenos días, preciosa-me saludó sonriente.

-Uriah.

Recogí mis piernas cuando él caminó en mi dirección y me quedé observando sus deportivas negras para evitar alguna clase de contacto visual. Se agachó justo frente a mí y con una mano colocada debajo de mi barbilla me obligó a verlo directamente a los ojos. Tuve asco, pero más que asco, terror, y esperé a que me pegara, pero no lo hizo. Me tragué el nudo en la garganta e intenté convencerme de que no le tenía miedo.

-¿Sabes? No he dejado de preguntarme qué haces aquí. ¿Ya te cansaste de ese cabeza de árbol al que llamas novio?

Guardé silencio.

-Porque...no sé, sería un desastre si te hiciera todo lo que pienso hacerte si sigues metida con ese cara de niña. Creo que se moriría de un infarto. En ese caso, espero que todavía sigan felizmente juntos.

Su sonrisa sádica probablemente era producto de todo pensamiento asqueroso y distorsionado que ahora mismo cruzaba por su cabeza. De repente me dieron ganas de vomitar.

Uriah me agarró la cara con las dos manos y su aliento a carne rancia mezclado con alcohol hizo que me ardieran los ojos. Pero no fue tanto el efecto del olor de su boca que hizo que cada parte de mi cuerpo se estremeciera, sino la promesa que rezaba la siguiente oración.

-Vamos a divertirnos mucho, preciosa.

(...)

Estaba en ropa interior delante de Uriah. Tenía los brazos entumecidos y sentía una desgarradora corriente eléctrica viajarme por el torrente sanguíneo. Él me estudiaba con la mirada mientras yo daba media vuelta para que pudiera apreciar mi perfil. Cerré los ojos con fuerza. No sabía cuántos días había pasado encerrada en este lugar, y tampoco sabía si saldría de aquí con vida. Tampoco estaba muy informada de Megan.

I knew you were troubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora