"I feel something so right doing the wrong thing, I feel something so wrong doing the right thing..."
Lina saltó de felicidad cuando al final decidimos ver Monsters University. Sin pensárselo mucho, agarró a Liam por un brazo y lo arrastró hasta la sala de película, mientras Harry y yo le seguíamos por atrás caminando tranquilamente de la mano. Era una noche fresca y no había muchas personas en el cine, lo que le añadía al ambiente una atmósfera más alegre y al mismo tiempo relajada. Era eso o el hecho de que el dedo pulgar de Harry me acariciara lentamente el dorso de la mano, en suaves movimientos circulares. Giré unos centímetros mi rostro para ver el suyo y sonreí un poco, entonces él me dio un rápido beso cerca del labio y luego otro en la sien.
Cuando me instalé en el asiento que había a su derecha, Harry colocó protector un brazo alrededor de mis hombros y luego tratamos de ver la película, cosa que me resultó increíblemente difícil cuando con cierta discreción comenzó a meterme una mano entre mis muslos.
Di un respingo y me tapé rápidamente la boca, impidiendo que una ruidosa y juguetona carcajada llamara la atención de las personas. Miré a Harry por el rabillo del ojo y noté que veía inocentemente la película con las manos entrelazadas sobre su regazo, fingiendo que nada había pasado, aunque se mordía el labio inferior para evitar partirse de la risa. Lo conocía muy bien.
-Idiota-susurré dándole un codazo.
-Lo siento, estaba aburrido.
-Es muy mala, ¿verdad?
Frunció el ceño y torció una sonrisa, después miró de reojo a Lina y Liam, quienes reían sin parar e intercambiaban comentarios más o menos inteligentes sobre la película.
-Ellos parecen disfrutarla mucho, dudo que se den cuenta si nos besamos. ¿Qué dices?
-La sala está llena de niños, Harry, aquí no-sentencié enderezando la espalda; Harry me hizo puchero y ojitos de cachorro, cosa que me parecieron muy extrañas viniendo de él, pero a la vez adorables. De todas formas, yo me di el lujo de jugar a ignorarlo.
Y así me di cuenta que, mientras más lo ignoraba, más atractivas se volvían mis piernas para él. Quería que dejara de hacerlo, no porque no me gustara, sino porque la fricción de su mano contra mi pierna provocaba una descarga eléctrica en mi débil y pecaminoso organismo. Ahora quería desnudarlo, en frente de todos estos niños. Madre mía.
Si esto seguía así...
-Debo ir al baño-me excusé mientras me ponía de pie y caminaba entre los asientos hasta llegar al pasillo y salir de la sala.
Fui directo al tocador de damas y apoyé mi espalda en la pared, tocando mi frente y respirando hondo, muy, muy hondo. El pecho me ardía de deseo y asfixiaba los pulmones. Lo amaba, y sabía que el sentimiento era recíproco. ¿Querrá él hacerme las cosas sucias que yo estoy queriendo hacerle ahora?
Una risa tonta rebotó contra las paredes del tocador y di gracias al cielo por haberme encontrado sola. O eso creía hasta que de una de las cabinas del baño salió una chica rubia y delgada frotándose las manos sobre los pantalones. Esos familiares ojos azules no tardaron en encontrarse con los míos.
-¿Megan?-dije sorprendida-. ¿Qué haces aquí?
-Pero qué sorpresa, ¡el 69!-exclamó con falsa alegría mientras caminaba hacia los lavamanos y se colocaba jabón entre los dedos-. Creo que me estás acosando, preciosa. ¿No es así?
-Ja-ja, muy graciosa-puse los ojos en blanco e hice un ademán de que ya me iba, pero la curiosidad de saber si Megan andaba sola o acompañada me detuvo bruscamente-. ¿Estás aquí con alguien?-de repente deseé no haber sido tan directa.
-Nop. Estoy sola.
-Oh...bien.
Incliné la cabeza hacia la derecha, insegura. y después de pensarlo un poco me di la vuelta para irme y escapar de este momento incómodo, pero esta vez fue la mismísima Megan quien me detuvo. Di una media vuelta para mirarle la cara y noté que su expresión había dado un veloz e inesperado cambio, pasando de estar relajada a tensa.
-Oye...Intenté contactarte pero no pude, jeje. En fin, solo...quería decirte una cosa.
-¿A mí? Bueno...-traté de disimular mi sorpresa palmeando una y otra vez mis muslos-. Bien, estoy aquí. Dime.
-Quería decirte que...que tenías razón, ¿okay?-suspiró con cansancio, como si finalmente se diera por vencida, pero, ¿por vencida de qué?-.Respecto a Alice, respecto a todo. Ella está viva, Jodie. Está viva y se encuentra en Holmes Chapel.
(...)
Harry, Liam y Lina se morían de risa y lanzaban chistes pervertidos mientras comíamos pizza afuera del cine. Y mi mente estaba en blanco. No pensaba en los chicos que reían a mi lado, en la película, en la comida, ni en lo que me dijo Megan cuando estaba en el tocador. Volví a recaer en mi frío estado de shock. Volví a ser momentáneamente insensible.
¿Qué se suponía que debía sentir ahora? ¿Alegría por saber que yo tenía razón? ¿O miedo? ¿Miedo por ese mismo motivo?
Suspiré y miré inexpresiva la pizza que agarraba entre mis manos. Mierda. Mi vida era una mierda.
-Jo, ¿te pasa algo?-Lina echó la cabeza para atrás y se limpió una lágrima inexistente. Debía admitir que jamás la había visto reír tanto en su vida.
Harry clavó los ojos en mí y me miró atento a mi respuesta.
-Estoy bien.
-No has comido nada-apuntó mi novio enarcando una ceja.
-Eso no es verdad.
-Llevas media hora con ese pedazo de pizza...y no le has pegado ni una sola mordida.
-¿Es que no puedo ni siquiera comer en paz? ¿Te estoy pagando para que me vigiles las 24 horas del día?
-No, pero yo pagué por la pizza y si no te la comes vas a deberme dinero, preciosa. Es tu elección.
Nos miramos. Yo no sonreía y Harry había perdido su carisma. Nos retábamos en silencio, como solíamos hacer en nuestros viejos tiempos. Esmeralda contra miel. Esmeralda...ahora plata.
Liam y Lina nos observaban alternadamente y con la boca bien cerrada.
Solté la pizza, dejé caer mi espalda en la silla y me crucé de brazos.
-No tengo hambre.
Harry asintió sin dejar de mirarme, sus ojos conectados con los míos. Lina no perdió el tiempo y de repente estableció un tema, al que Liam siguió con entusiasmo. Harry intentaba no perderle el hilo a la conversación e incluso parecía querer involucrarme (como si así quisiera dejarme saber que no estaba enojado conmigo), pero yo no tenía muchas intenciones de participar. Solo quería irme ahora mismo al lugar que me dejo Megan anotado en un papel que tenía guardado en el bolsillo. Quería hablar con ella desesperadamente. Quería que me contara todo lo que sabía.
Alice...Alice estaba viva. Alice estaba aquí, y me atrevía a pensar que ahora mismo podía encontrarse entre nosotros.
Mi mirada se paseó por el establecimiento y grabó en mi memoria las caras de las personas que iba visualmente estudiando, con la esperanza (o temor) de que mi cerebro detectara una que se me hiciera familiar, pero no noté nada en especial, salvo un frío glacial inmovilizarme el cuerpo. Y cuando decidimos que ya era hora de irse y cada quién partió en direcciones diferentes, no me atreví a mirar a atrás con miedo a lo que pudiera encontrarme a continuación. Puede que me aterrara ver algo, o no ver nada. No lo sabía.
Ya en casa, Harry y yo subimos en silencio las escaleras. Doblé hacia la derecha para entrar a mi habitación pero él me detuvo.
-No.
-¿Eh?-balbuceé con la voz estúpida.
-Ven, esta noche vas a dormir conmigo-me agarró por el brazo y de manera suave tiró de mí, pero yo me resistí y reaccioné con velocidad. Harry puso los ojos en blanco y me miró con cara de "no estoy para tus juegos"-. ¿Qué te pasa? ¿Qué crees que soy? ¿Una niñita?-le dije muy alterada. ¿Por qué estaba tan alterada?
-Pf, no, Jo, y oye, deja de hablar tan alto, puedes despertar a Kate y...
¿Y por qué él hablaba en susurro? Me ponía nerviosa cuando hablaba en susurro. ¿Y despertar a mamá? ¿A quién le importaba despertar a mamá? Yo solo tenía ganas de gritar. Muchas ganas de gritar. También quería un vaso de agua. Agua bien fría.
-No estoy hablando alto-mascullé tensa, pasando una mano por mi cabello-. Solo que no le veo la necesidad a dormir contigo si tengo mi propio cuarto.
-¿Qué?-se acercó a mí y levantó seductor una ceja, su brazo me rodeó delicadamente la cadera y me atrajo hacia él. Respiré profundo y miré el cuello desabotonado de su camisa-. ¿Ya no te gusta dormir conmigo?
-No es eso-respondí forcejeando un poco contra él, pero Harry inclinó la cabeza hacia delante y comenzó a explorarme ávidamente el cuelo con sus labios. Miré implorante hacia el techo y suspiré abatida.
-¿Y qué es?-susurró con la boca pegada a mi piel, haciéndome cosquillas.
Su cuerpo junto al mío. Su cuerpo estaba junto al mío. Me di por vencida y me entregué sumisa a sus besos, y le respondí rodeando mis brazos alrededor de su cuello. Harry me estrujó contra él y y jadeó con deseo dentro de mi boca. Luego puso torpemente una mano sobre el pomo de la puerta y entramos a trompicones a su habitación, desmoronándonos en su cama mientras nos tocábamos sin vergüenza cada parte de nuestros cuerpos.
El mundo se me iba olvidando poco a poco, beso a beso, hasta que Harry separó sus labios de los míos y me acercó a su pecho rodeándome el cuerpo con un brazo. Su corazón latía veloz debajo de su piel, víctima de nuestras pasiones. Por primera vez en la noche sonreí de verdad y cerré los ojos, dejándome arrullar por mi canción de cuna preferida.
-Jo, preciosa, ¿estás bien?-soltó de repente. Yo abrí los ojos y alcé un poco la cabeza, con el ceño fruncido, preguntándome por el origen de su pregunta-. Generalmente...quiero decir. ¿Estás bien?
-Bueno...-me entretuve con los botones de su camisa y ladeé un poco la cabeza, después lo miré directo a los ojos y me encogí de hombros-. Sí, estoy bien. ¿Por qué la pregunta?
-¿Segura?-entrecerró los ojos y puso el rostro serio, escrutándome con sus ojos verdes-. ¿No te ha pasado nada extraño estos últimos días?
Me senté en la cama con las piernas cruzadas y me arreglé el pelo en una cola de caballo. Ahora que lo mencionaba...me he sentido extraña. ¿Pero él cómo lo sabe?
Dejé escapar una porción de aire por la nariz y relajé los músculos. Por una milésima de segundo estuve a punto de contarle lo de Megan y Alice, pero la idea era tan ridícula que solo quise reírme por mi estupidez.
-No...-respondí meneando la cabeza, sintiendo una molesta punzada atravesarme el pecho cuando le mentí-. No me han pasado cosas extrañas... ¿a qué viene eso, Haz?
-Es que...-se apoyó sobre los codos y mordió inseguro su labio inferior, con la mirada perdida en la habitación, como si observara cosas que nadie más podía ver-. Jodie, ¿no crees que alguien te está mirando?
-¿A mí? Harry por favor...
-No, Jo, es en serio, no estoy jugando. La vez que...que me enojé y salí de casa, ese día, te mandaron unas fotos.
Ahí fue cuando lo escuché y miré con atención. Ojos oscuros, rostro duro, voz ronca. Me estaba ardiendo la cara de suspenso y curiosidad.
-Unas fotos-repetí para mí misma inmersa en mis propios pensamientos, Harry asintió.
-Uriah te envió esas fotos. Eran de ti y estabas dormida, con poca ropa. Ese tipo no va a dejarte en paz hasta que yo haga algo al respecto.
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I knew you were trouble
FanfictionSacaba buenas calificaciones, era una excelente hermana mayor y no me metía en problemas. Mi vida no era perfecta, pero nunca tuve motivos para quejarme de ella. Mamá siempre estuvo orgullosa de mí y Reagan no dudaba en contarme todos sus secretos...