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—You are my best lover~~—ahí el típico canto de borracho.

—Y yo me arrepiento de haberte invitado~~—canturreo irritado el noruego.

—Ven, acércate a mi y dime un piropo, si me gusta te doy un besito—tras decir su propuesta el de ojos negros soltó una risa extremadamente tonta y torpe, pues el alcohol en su sistema hacia de las suyas en su cuerpo tornándolo "aguado y débil".

—Mi suéter es rojo y tu azul---

—Ese ya me lo dijiste por la mañana.—reprocho con una mueca de molestia

—Veamos—hizo una pausa para pensar —¿Tu mamá es repostera? Porque tu si que eres un delicioso postre—sonrió pícaro esperando respuesta, la cual no le llego puesto que el semblante del otro chico era inexpresivo, casi perdido.—¿Tom?—le llamo acercándose al mencionado —¿Estas bien?

El otro chico solo emitió un quejido antes de voltear todo lo consumido de su estomago hacia afuera.

—Lo siento—se disculpo apenado, y no era para menos, vomito en los zapatos del noruego.

—No te preocupes—dijo soltando un pesado suspiro en sus palabras—mejor te llevó a tú casa.

—Gracias—Su cuerpo débil por recién vomitado, sintió los brazos de Tord tomándolo con cuidado.

Ambos caminaron en silencio, no uno incómodo a pesar de la anterior situación, era un silencio lleno de tranquilidad.
Tom disfrutaba de los cálidos brazos de Tord se cuerpo, bonito momento aunque increíble de creer.

—Oye ¿alguna vez te mostré donde vivo?—pregunto extrañado.

—No, pero tengo unos amigos por aquí, y te he visto en unas ocasiones —respondió tranquilo.

—Oh, esta bien—el de ojos negros se perdió en sus pensamientos perdiendo la noción del tiempo. La voz del chico junto a él avisando el final de camino lo trajo de vuelta a la realidad.

—Gracias por invitarme a beber, perdón por vomitar en tus zapatos —avergonzado llevo su mano hasta su nuca.

—Si—el otro soltó unas risitas que contagiaron al de ojos negros—son mis favoritos.

—Lo siento.

—No te preocupes, solo los lavare —hablo animado.

—.. Gracias por traerme a mi casa...y tu piropo me gusto...hasta mañana —se despidió sacando las llaves y abriendo la puerta principal de su residencia

—Espera ¿Que hay del beso?—pregunto ansioso.

—Tord he vomitado hace unos minutos—hablo serio.

—Mañana te lo cobro—decidido, miraba la silueta del cuerpo de Tom y sin poder resistirse le dio rápido apretón a su trasero haciendo saltar al contrario. Tom giro rápidamente su cuerpo para golpear a Tord, pero el otro ya llevaba un tramo corrido deteniéndose a una distancia prudente.

—¡Hasta mañana Tom!

Siguió corriendo hasta perderse de la vista del chico de ojos negro el cual molesto entro a su casa.

Hey Tom!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora