30. Heridas internas

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Él reposaba nuevamente en la enfermería, con el sudor haciéndole brillar su pálida piel. La sangre había desaparecido gracias a madame Pomfrey, pero las heridas y cicatrices seguían allí, y las peores eran las internas. Draco tenía los ojos cerrados, pero no estaba dormido, y Hermione solo lo miraba, quizás esperando que le dijera algo acerca de lo sucedido. La muchacha tenía la impresión de que su mutilado acompañante tenía ganas de llorar y de que estaba sufriendo mucho, y su terminante obligación era ayudarlo.

—¿No me vas a preguntar nada? —Cuestionó el Slytherin, sin levantar los párpados.

—No si no quieres decirme, pero no puedo negar que estoy muy preocupada por ti—Contestó la castaña, mientras tomaba suavemente la mano de su novio.

—No, Hermione. Yo estoy preocupado por ti—Dijo Draco con voz ronca y temblorosa.

—¿Qué?

Entonces él abrió los ojos, reflejando ese gris tono plata en los de ella.

—Por esto—Respondió. Y comenzó a levantarse la manga izquierda de su camisa, mostrando un brazo con un par de cortes y...

—La marca tenebrosa—Afirmó Hermione, mirando aquella imagen de una calavera con una serpiente tatuada en la piel de Draco, representando el temor más grande de ambos.

El Slytherin volvió a cerrar los ojos con fuerza y sus músculos se tensaron.

—No me importan todas las cargas que lleves, Draco, siempre estaré contigo ¿recuerdas? —Dijo la castaña, acariciándole las mejillas—Siempre... contigo.

El rubio volvió a mirarla, esta vez podría jurar que tenía los ojos rojizos y húmedos.

—¡Es por ti, Hermione! ¡No quiero que te hagan daño a ti! —Su voz comenzó a temblar—Estás en su lista, te quieren aniquilar porque eres hija de muggles y porque eres una de las mejores amigas de Potter y...

—Eso lo supe desde un principio. No le tengo miedo, estoy decidida a enfrentarme contra quien sea. Y no es por mí ni por ti, Draco, es por nuestro mundo—Afirmó la castaña.

—Te matarán, y yo no podría con eso... esa es mi verdadera carga—Una cristalina lágrima cayó hacia su mentón.

—Intentarán hacerlo de todos modos, si ellos ya están amenazándonos no debemos separarnos nunca, eso es precisamente lo que desean. De igual modo estamos jugados.

Malfoy entrelazó sus dedos con los de Hermione y le apretó la mano, un gesto el cual se interpretó fácilmente, como si tratara de decir "nunca, por jamás de los jamases, te dejaré marchar sin antes luchar a tu lado". La castaña lo entendía de algún modo; era un joven, un pobre chico al cual le estaban obligando a hacer algo completamente enfermizo, él era un muchacho que no tenía la culpa de nada, pero si no cumplía las órdenes de ustedes-ya-saben-quien probablemente terminaría asesinado. Y eso era lo último que quería. Ninguno de los dos se perdonaría la muerte del otro, pero ya estaba todo jugado, sus vidas dependían de un fino hilo que colgaba dispuesto a cortarse ante cualquier falso movimiento. Si Draco se revelaba contra el Señor Tenebroso, seguramente desataría una fuerte ira de él contra la familia Malfoy o, ahora que era su novia, contra ella.

—Fueron ellos—Dijo el rubio, rompiendo el silencio—Los mortífagos me atraparon cuando fui a Hogsmeade.

—¿A Hogsmeade? ¿Cuándo? —Preguntó la castaña, desconcertada.

—Tomé el atajo que me nombraste, el del Sauce Boxeador para ir hasta la Casa de los Gritos en Hogsmeade porque quería prepararte una sorpresa, entonces ellos aprovecharon para atraparme por mi infidelidad hacia... Voldemort. Mi padre le mintió a Dumbledore para que no me rescaten—Respondió en voz baja, casi en un susurro.

♥Traición Mestiza♥ #DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora