Ahora la señorita Granger tenía una misión. Quería a Draco y estaba dispuesta a ayudarlo, no iba a dejar que se arruinase la vida encaminándose hacia los pasos del Señor Tenebroso, por lo que optó por intentar de convencer al rubio de revelarse ante su padre.
De vez en cuando lo miraba; aunque el Slytherin ya no parecía ser el que era antes. Ahora se había vuelto más callado y serio, sin mencionar su mirada perdida e inexpresiva; a todos les contestaba con pocas palabras y apenas hablaba con los demás. El joven permanecía pensativo y cada día más pálido y con ojeras. Ella debía intervenir. Debía ayudarlo.
Hermione no había podido responderle a su carta de explicación, pero Draco entendió que ella no sentía remordimientos. Aunque la castaña no se había rendido aún.
—¿Hermione? —Le dijo Harry mientras hacían la tarea de Artimancia en la biblioteca—¿Qué te sucede? Estás como distanciada... Habla ya de una vez.
La Gryffindor lo miró directo a sus ojos verdes, mientras meditaba una respuesta que resulte coherente, pero le era muy difícil ya que sus amigos no eran tan tontos.
—Sexto año conlleva muchas responsabilidades, Harry, es solo que tengo la cabeza más metida en los libros que en mi vida personal—Respondió la castaña, rogando en sus interiores para que el pelinegro se conformase con su respuesta.
—Estás muy rara. Todos los años siempre estuviste obsesionada con los estudios, pero estoy seguro de que ahora te pasa algo más—Dijo Ron, hablando en voz muy baja. Por suerte aún no seguía peleada del todo con él.
Hermione suspiró.
—No me sucede nada, chicos...
—No te creo—Añadió el pelirrojo. La mirada de Hermione se intensificó hacia él.
—Que no me creas es tu problema—La muchacha se sentía verdaderamente mal al mentirle a sus amigos, pero ya algún día les confesaría todo; y con "todo" se refería a su historia amorosa con Draco Malfoy.
—¿Por qué no confías en nosotros? —Pronunció Weasley con cierto enfado en la voz. Ya iba a empezar de nuevo...
—¡Confío en ustedes más que en nadie! ¡Tú eres el paranoico! —Mentir de esa manera le estaba costando horrores. Aunque volvió a guardar silencio al ver la severa mirada de la señora Pince.
Ron puso los ojos en blanco y desvió su mirada hacia la ventana, mientras que Harry intentó volver a concentrarse en un párrafo de su libro.
El día siguió lo más normal posible, tareas por aquí, materias por allá, una tranquila cena en el Gran Comedor y, por suerte, Ginny no había vuelto a mencionar a Draco. Después de comer, la castaña se dirigió a la torre de Gryffindor un poco antes que los demás, ya que estaba verdaderamente agotada y le dolía un poco la cabeza. Afuera llovía a cántaros y se aproximaba una gran tormenta, pero la jovencita no pudo evitar detenerse en un gran ventanal para ver el hermoso paisaje de los jardines de Hogwarts. Todo era tan bello, ese era el lugar que verdaderamente amaba y que siempre iba a anhelar; el lago, los árboles, el pasto verde y brillante, el precioso cielo nocturno bordado de estrellas...
Pero sus ojos cafés se detuvieron en una silueta negra que estaba sentada contra un muro del castillo del lado de afuera, debajo del torrente de agua lloviznosa. Una persona, aparentemente un muchacho, estaba acurrucado, llevaba la túnica del colegio (más específicamente de Slytherin) y la capucha negra le tapaba el rostro. Pero Hermione creyó saber quién era.
Bajó rápidamente las escaleras y salió sigilosamente del castillo. No tardó mucho en encontrar al joven que seguía en el mismo lugar. La castaña también se tapó la cabeza con la capucha y caminó sigilosamente hasta él; pero el muchacho se levantó de un súbito golpe y comenzó a darle puñetazos y patadas a la pared.
—¡Hey! ¡Draco! —Le gritó Hermione mientras corría hacia él. Malfoy volteó.
Tenía el rostro enrojecido y un ojo morado, sin mencionar que ahora sus nudillos sangraban por los golpes que le había dado al concreto.
—¿Qué demonios te sucede? —Preguntó preocupada.
El Slytherin, que tenía la respiración agitada y los puños apretados, solo bajó la mirada.
—Déjame en paz, Granger.
—Draco no...
—¡Déjame! —Pero Hermione no se aparta. Con un poco de desconfianza, se acerca lentamente hacia él y lo cubre con sus brazos, el rubio parece no oponer resistencia.
—Ya, ya... Todo está bien ¿Sí? —Le dijo la castaña, como si estuviera consolando a un niño pequeño. —¿Vamos adentro?
Malfoy respira y asiente, y ambos caminan en silencio hacia el interior del castillo; las cálidas antorchas resultan reconfortantes. Hermione lo mira, tiene el cabello despeinado, deseaba preguntarle que qué le había sucedido en el ojo, pero optó por guardar silencio.
—Le he dicho—Habló el muchacho mientras la miraba con sus ojos claros—Le conté a mi padre sobre... todo.
La castaña sintió como si le hubiesen tirado un balde de agua helada. Su corazón se paró por una milésima de segundo. ¿Había escuchado bien? Draco, al ver que la Gryffindor no decía nada, continuó:
—Le dije que estaba enamorado de una impura... y él me golpeó. Dijo que yo ya no era su hijo y que jamás volverá a hablarme—Hermione sintió una punzada de dolor, estaba verdaderamente impresionada—Ya no tengo hogar ni familia.
—Draco... yo lo siento mucho, de verdad—La Gryffindor no sabía qué decir. Estaba en shock.
—Te amo, Hermione Granger. He dado todo por ti y solo quiero que me disculpes por haber sido un completo idiota.
Dios, eso ya era demasiado. Draco Malfoy arrepentido ante ella, llamándose idiota... Eran muchas confesiones juntas a la vez.
—Obvio que te perdono, yo también estoy enamorada de ti.
Y la castaña se acercó a él, rodeando su cuello con sus brazos y volviendo a unir sus labios. Merlín... cuanto deseaba eso. La suave boca de Draco se había vuelto su lugar favorito en el mundo. El Slytherin la tomó por la cintura y la besó con más pasión.
—Podría vernos alguien—Le susurró Hermione.
—¿Y a mí qué me importa?
Y sus bocas se besaron mutuamente en ese baile sencillamente especial que les hacía sentir mucho más que mariposas en el estómago.
—Déjame curarte el ojo—Ofreció la castaña.
—No. Debo volver a las mazmorras, yo me lo curaré con alguna poción, no te preocupes.
Hermione soltó suavemente la mano del Slytherin y éste le concedió una cálida y pequeña sonrisa, lo cual para ella era realmente suficiente.
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♥Traición Mestiza♥ #Dramione
FanficEs el sexto año que Hermione, Harry y Ron pasan en Hogwarts; después de salados encuentros con Malfoy, la castaña comenzará a encontrarse por casualidad bastante seguido a su tan odiado enemigo, hasta que se vuelve una tortura para ella. Intentará o...