14. Bajo un árbol

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Las clases acabaron de los más normal para su gusto, solamente había compartido una clase con los de Slytherin (Cuidado de Criaturas Mágicas) y lo había pasado bastante bien recordando la montada de BuckBeak; Malfoy parecía haber estado pensando en lo mismo ya que cuando Hagrid mencionó al hipogrifo miró hacia donde estaba Hermione y no pudieron contener una discreta sonrisa de complicidad.

Hermione se separó de los demás en su hora libre y esperó a Malfoy en la biblioteca para hacer el trabajo. El rubio apareció casi puntual.

—Granger—Dijo—Levanta tus cosas, no quiero perder tiempo contigo.

—¿Qué? —Preguntó Hermione, desconcertada.

—¿No esperarás que nos quedemos aquí a estudiar, verdad? ¡Mira hacia afuera!

La castaña giró su cabeza hasta la ventana y vislumbró un día perfecto, algunas nubes rozaban el cielo recorriéndolo con delicadeza y el sol brillaba suavemente frente a los árboles del patio del castillo, donde había varios alumnos descansando y disfrutando su tiempo libre. Hermione recogió sus libros, pergaminos, pluma y tintero y salió detrás de Malfoy.

El Slytherin caminaba un poco más rápido que ella, parecía no gustarle que los demás estudiantes lo viesen cerca de una sangre sucia, aunque Hermione tampoco se sentía como en el paraíso estando a su lado.

—Allí estará bien—Dijo Draco, señalando un árbol al cual se le estaban cayendo las hojas por el otoño.

Los dos se acercaron y se sentaron debajo, esparciendo los libros por el suelo. Draco optó por apoyar su espalda en el tronco y Hermione se acomodó cruzando sus piernas con el libro de Elaboración de Pociones Avanzadas encima de su regazo.

—Muy bien...—Comenzó diciendo la castaña, ya que no quería pasar ni siquiera un minuto de sobra con él—Debemos investigar sobre la Poción de los Muertos en Vida. Yo he encontrado algo en la biblio...

—¿No te estresas? —La interrumpió Malfoy. —Digo, si te pasas la vida así terminarás como una vieja de puros nervios, Granger. Relájate, ¿No ves el día que hace hoy?

Hermione lo miró con cierto desdén.

—Estoy aquí específicamente para hacer la tarea, Malfoy, si no quieres hacerla vete, yo puedo sola—Aseveró la castaña.

Draco dio un profundo suspiro y pasó su mano por su cabello.

—Muy bien—Aceptó el rubio. —Comencemos.

Leyeron todos los textos que tenían y recopilaron información de diferentes libros y artículos que Hermione había encontrado en la biblioteca. A la Gryffindor le había parecido que Malfoy era un haragán, pero en realidad demostraba ser inteligente y, a muy pesar del reconocimiento de Hermione, estudioso.

—Siempre creí que eras uno de los chicos "rebeldes sin causa" del colegio—Le dijo Hermione mientras copiaban información sobre el asfófelo. —No sabía que tenías buenas notas, Malfoy.

Draco le dirigió media sonrisa.

—No soy precisamente el mejor de la clase o tragalibros como tú, pero me las apaño bien.

—Supongo que tu papi te obliga a sacar buenas notas o si no te castiga en un rincón, ¿No? —Preguntó Hermione con tono burlón.

—Mi padre tiene cosas más importantes que hacer, al igual que mi madre. Si no me equivoco, Granger, tus padres deben de tener una vida fantásticamente ocupada arreglando los dientes de las personas en el mundo muggle, ¿No es así? —Dijo el Slytherin con sarcasmo y reprensión hacia la profesión de los padres de la castaña.

—Mis padres lo pasan lo suficientemente bien en su mundo, no como tu padre, que se encarga de servir al Innombrable ¿A cambio de qué? ¿Respeto deshonrado, quizá?

El rostro de Malfoy, que seguía escribiendo, se ensombreció y frunció sus labios.

—No te metas con eso, Granger—Le espetó con sumo desagrado. —Tú no conoces a mis padres.

—Los conozco lo suficiente—Dijo la castaña, ya dejando de escribir y mirando a Draco a los ojos, el cual levantó la mirada y marrón claro y gris volvieron a mezclarse.

—¡No! ¡Tú no sabes nada! ¡No sabes lo que se siente ser un Malfoy y nunca lo sabrás! —Aseveró el chico con el enojo resaltado en sus ojos claros.

—¡Claro que no lo sé y preferiría no enterarme nunca nada que provenga de tu espantosa familia! ¡Mis padres son muggles pero al menos soy feliz con ellos, no como tú! —Gritó Hermione, por encima.

Malfoy se quedó mirándola fijamente a los ojos, quizá tratando de asimilar y comprender.

—Mi vida fue dura ¿Sabes? Ojalá yo hubiese tenido una infancia simple como la tuya, aunque dejando de lado a los sangre sucia, obviamente—Comentó Malfoy, Hermione volvió a sentir un cosquilleo en el vientre. —Fui obligado a ver la construcción de una familia sirviente al lado oscuro, no sabes lo difícil que fue eso para mí... ¡Y será mejor que cierres la boca!

Los ojos de Draco permanecían fijos en su pergamino, aunque se notaba cierta tristeza en ellos, con una pizca de enfado y pánico. La castaña sintió cierta compasión por él, de algún modo lo entendía... él era lo que era por culpa de sus padres... él quizá no tenía la culpa, aunque no era una justificación, sino más bien pena.

—No... yo no diré nada, Draco.

Hermione terminó de escribir el trabajo y notó el frío viento proveniente del lago, miró hacia arriba y recién en ese instante notó que el sol había sido cubierto por nubes grises que aproximaban tormenta. Una gota de lluvia le cayó en la punta de la nariz.

—Apresúrate si no quieres terminar hecha un tritón—Dijo Malfoy, que recogía su libro de pociones y su ensayo.

El Slytherin ayudó a recoger la docena de libros que Hermione había llevado y, entonces, comenzó a llover a cántaros. Atravesaron el patio corriendo tratando de no resbalar con el barro (ya que si se caían, la señora Pince los mataría) y entraron empapados al castillo. Subieron las escaleras con cuidado y devolvieron el material a la biblioteca.

—Creo que nos irá bien—Afirmó Malfoy, que parecía haber recuperado su humor. —Todo gracias a mí, obviamente.

A Hermione le carcomía una duda por dentro y no pudo aguantar ni un segundo más.

—Oye, Malfoy...

—¿Qué?

—Tú... ¿De verdad ibas a hacerme respiración boca a boca cuando me envenené? —Preguntó la castaña, que se le ruborizaron las mejillas instantáneamente.

Malfoy guardó silencio, su rostro parecía inexpresivo y su piel (a diferencia de Hermione) se había vuelto más pálida y se tensaron las comisuras de sus labios.

—Puede ser. Si te morías ¿Quién demonios iba a ayudarme en Pociones?

Dicho esto, el Slytherin dio media vuelta y subió por la escalera, no sin antes dar media vuelta y decir:

—Adiós, Hermione.


♥Traición Mestiza♥ #DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora