Capítulo 1

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Mi nombres es Emma Anderberg, soy la mayor de 7 hermanos, mi familia es parte de la realeza lo que explica el gran número de hermanos que tengo. Mis padres son los reyes del océano, lo que me convierte a mí en una princesa y la legítima heredera al trono. Tal vez se pregunten por que mis padres son los reyes del océano, pues verán; no sólo pertenezco a la familia real, si no también soy de una familia de sirenas y no, no somos como nos pintan las películas o caricaturas, podemos tener la forma humana cuando queramos, pero mientras toquemos el agua del océano al que pertenecemos, nuestra forma cambia a la de una sirena. También tenemos algunos poderes, podemos controlar a las personas con el simple echo de pensar en lo que queremos que hagan, revivir algunas criaturas, mientras su tamaño sea pequeño o promedio, por lo que no podemos hacerlo con personas u otras criaturas, aunque parezca algo imposible, somos más fuertes que cualquier vampiro, licántropo e incluso que las brujas, pues podemos dejarlos inmóviles con sólo pensarlo.

Pero no todo es color de rosa para la princesa sirena. Hace unos meses, mis padres comenzaron a separarse, separándonos también a mis hermanos y a mí, pues unos tendrán que ir con papá y otros con mamá, por obligación de la ley acuática. Me parece imposible el hecho de vivir lejos de ellos, pues mi padre y mi madre se mudarán lo más lejos posible que les permita el océano el uno del otro y, por si no lo han notado, es inmenso. 

Prácticamente soy como la madre de mis hermanos, pues mis padres siempre estuvieron ocupados para nosotros. Las mellizas Ros y Yetzani llegaron 7 años después que yo, ellas tienen ahora 15 años. Apenas tenían 2 años de edad cuando llegó Ninel, seguido de ella mis padres nos dieron a nuestra siguiente hermana, Ximena, quien hace unos días tuvo su fiesta de cumpleaños número 10 años. Un año después de Ximena, se cumple por fin el deseo de mi padre de concebir a un varón, Emiliano. No conformes con la cantidad de hijos que ya tenían decidieron tener otro bebé, quien llegó dos años después de Emiliano, dejándolo a él como al más pequeño de la familia, Amilkar. Por motivos de su separación, mis padres deciden que lo mejor es subirme al trono lo más rápido posible, pues así no tendrían que dividirse el océano. Sin más opciones, acepto. Un poco nerviosa claro, o para ser sincera, aterrorizada por tomar el cargo.

Una noche, mis hermanos llegan a mi habitación repentinamente, lo que me causa algo de temor y me levanto rápidamente de mi cama.

 Emma: ¿Pasa algo? -Digo mirando a todos seriamente-. 

Ninel: No podemos permitir que nos separen, prometimos estar juntos por siempre y para siempre y pienso cumplir esa promesa. 

Emma: ¿Y que piensas que podemos hacer para evitarlo? -Digo mirando con confusión a mi hermana-.

Ninel: Escaparemos, nadie podrá encontrarnos. 

Ros: Estás loca, no podemos sólo irnos.

Ninel: ¿Entonces que sugieres? 

Ros: Nada, simplemente no podemos hacer nada para impedirlo. 

Ximena: Parece que no te importa que nos separen.

Ros: ¿Que?, Claro que me importa, sólo que están tratando de huir de los ¡reyes del océano! Nos encontrarán sin importar en donde estemos.

Yetzani: Concuerdo con Ros, no podemos hacerlo. -Dice con temor-.

Ninel: Bien, pues largo y no arruinen nuestro plan. -Dice molesta y obliga a las mellizas a salir de la habitación-.

Emiliano: ¿Iras con nosotros? -Dice y puedo notar algo de preocupación por mi respuesta en sus ojos-. 

Emma: Es algo loco, estoy apunto de subir al trono, no puedo irme sin más y ustedes tampoco, cuando sea reina les prometo que estaremos juntos, pero por favor, eliminen ese lunático plan de sus pequeñas cabezas.

Ninel: Es increíble que estés del lado de Ros, al parecer si no les importamos, vamos -Dice molesta tomando las manos de mis hermanos menores para salir de la habitación-. 

Lo que mis hermanos acaban de decirme me deja pensativa, pero es imposible, ¡es una locura! Aunque mis padres no tengan poderes de localización y no estén en los mejores términos con las brujas, cuentan con miles de ejércitos que invadirán las calles de todo el mundo para encontrarnos, y vivir escondidos, no es vivir.

Intento dormir pues ya es demasiado tarde, pero no logro conciliar el sueño, temo por que mis hermanos no olviden su plan y temo por mi futuro como Reina, mi padre me ha enseñado y entrenado bien, pero tener ese cargo sobre mis hombros me aterroriza. Después de que mi cabeza diera vueltas por mucho tiempo, por fin logro quedar dormida.

Loco o no, ese tipo de amor nunca muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora