Capítulo 3: Una mañana normal.

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Ambos caminaron los únicos pasos que quedaban hasta llegar a la casa de los esqueletos.
Frisk había visto la vivienda bastantes veces, le gustaba mirar la diferencia de ese hogar con los demás, ¿Cómo conseguían tanto dinero?
Una vez en la entrada, Sans abrió y dejó espacio para que la menor entrara y viera por sí misma.

- Bien, puedes ver por ahí si deseas, iré a buscar a Papyrus. -Se despidió sin más para irse con su floja caminata.

Frisk al quedar sola estaba insegura de examinar el lugar, quien sabe, ¿escondían algún cadáver?

- Estúpida. -A Frisk se le olvidaba que cuando Chara quería podía leer su mente.

- Sans me ha pegado lo suyo rápidamente.

- Venga, ¿ahora qué piensas hacer?

- No lo sé, ver por acá algunas cosas o sólo tirarme en el sofá. -Mientras decía esto, cerró el libro de ciencias y chistes, sentándose en el sillón verde apoyando su cabeza en el reposa brazo y doblando sus piernas para que la contraria se sentara en el otro cojín.

- ¿Habrá chocolate?

- No tengo idea, de seguro habrán espaguetis, su sabor es...

- Asqueroso.

- No, es indescriptible.

Había que agregar que en camino de más puzzles había esa comida en las afueras, su curiosidad la hizo probar para impregnarse de un sabor peculiar.

No quiso prender la televisión, Chara había desaparecido de imprevisto y un ruido de una puerta que no era la entrada se había cerrado.
Asustada miró la escalera, y ahí estaba bajando el esqueleto mayor, miró a la menor y se rió.

- ¿Heh, tanto miedo doy?

- ¿¡C-Có... Cómo es posible que hagas eso!? -Frisk bajó su cabeza como acto de esconderse, Sans amplió su sonrisa y le entregó una almohada y una sábana para después sentarse al otro lado.

- Soy un monstruo, no uso los métodos humanos, Heh.. -Dijo simple.

- ¿Y Papyrus?

- Está durmiendo, lo encontré con los ojos cerrados aún parado.

- Oh... Lo lamento.

- «Welp», siempre estará el siguiente día.

La castaña se tapó mientras que el mayor prendía la televisión con el control remoto. En la televisión daba episodios de un robot extraño.

- Él es Metatton. -Respondió a las dudas de la contraria.- Es lo único que hay en la televisión más o menos, es un experimento de la científica real del subsuelo.

- ¿Cómo se llama ella?

- Alphys, es bastante amigable y tímida, de seguro algún día te invita a ver anime.

Él se encogió de hombros, y siguió viendo la televisión, a decir verdad, Frisk tenía algo de sueño, pero no quería dormirse frente a un esqueleto que apenas lo llevaba conociendo hace seis horas.

- ¿Y qué te ha dado por venir a Snowdin? Normalmente los humanos sólo pasan para irse luego, es un camino obligatorio. -La seriedad del albino captó la atención de Frisk.

- Por nada en especial. -Ésta se sentó mirándolo a él, estaba oscuro todo y lo único que alumbraba la sala era la luz de la ya pantalla en blanco.- Quise cambiar mi vida monótona y esas cosas, estar todos los días durante años en las ruinas es aburrido una vez que te acostumbras.

El esqueleto guardó silencio, impresionado a decir verdad de lo dicho por la joven adolescente.
Por primera vez en el día vió a Sans sin la sonrisa.

Heya, Sans. • Frans •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora