Frisk huyó de un momento romántico, ¿Pero por qué debería de haberlo en primer lugar? Ella solo quería detener a su intento de amiga, no era su culpa tener una naturaleza tan destructiva, y ahora que podía hacer todo su cuenta no quería ser desechada como si fuera basura cualquiera. Corrió por los caminos principales, hasta llegar donde el corredor donde antes llegó, no había nadie, y tampoco ruido alguno, se detuvo a descansar reposando sus manos en las rodillas raspadas.
- Extrañaba libertad...
Frisk estando al final del pasillo pudo notar a lo lejos a la demonio en una forma real, se veía fuerte y nadie notaría que antes fue solamente una ilusión, presentaba en su diestra un cuchillo con un filo amenazante, y en sus mejillas un rubor que no denotaba lo que normalmente expresaría, su tez era de esa manera.
Caminaba con un paso lento y cómico, inclinando su espalda para dar más toques de locura en su andar, la humana de suéter celeste retrocedió solamente una pisada, atemorizada por lo que podría hacer Chara después de todo lo que vio en sus recuerdos.
- Tú me mentiste... Chara. -Intuye la menor, usando la actuación como defensa para intentar lo que se les venía encima.- Yo confiaba en ti...
- ¿Y por qué ya no? -Preguntó complacida la demonio avanzando aún más, jugueteando con su cuchillo- Yo no fui quien decidió este destino... Fuiste tú.
- Sabes muy bien que mi camino era más sencillo, tú me hiciste hacer todo a la fuerza hace mucho tiempo atrás.
- Por tu bien, Frisk. -El ruido del taconeo de las zapatillas de la demonio se detuvo, apuntó a la receptora de su charla despreocupada.- Ibas a quedar igual a ahora, teniendo un romance con un comediante, siendo amiga de una pez, de una lagarta... de cabrones y un robot con problemas de ego, oh y ese estúpido hermano del basurero sonriente.
- No los insultes... -Lentamente las manos de Frisk se dirigían a su bolsillo trasero, buscando su arma improvisada.
- Todo acá es estúpido, vamos, avancemos juntas por el corredor y salgamos, en cualquier momento te van a atacar... no estaré resentida si lo logran, eso sería por tus actos, NO LOS MÍOS.
Chara elevó la voz asustando a la contraria quien como acto de defensa sacó un cuchillo sacado de la casa de los esqueletos, le había echado un ojo desde que lo vio, era igual de inquietante al que poseía la mayor.
- ¿Traes contigo un arma? ¿Piensas desafiarme? ¿Amiga? -Inclinó su cabeza expandiendo su incrédula sonrisa, su última palabra era sarcasmo, estaba claro que nunca quiso ser eso.- Veo que ya no podré lidiar contigo.
- H-Hagamos esto por las buenas... Chara, no deseo pelear... Yo te quiero... Yo te quiero mucho Chara... ¿Por qué fuiste tú quien me mintió todos estos años? -En su garganta nació un nudo, las manos de Frisk temblaban mientras agarraban el arma blanca, sus rodillas flaquearon, no quería atacar, quería llorar.
- Mentirte...Mentirte... ¡YO NO SOY QUIEN TE HA MENTIDO! SI VEÍAS LA HISTORIA DESDE DIFERENTES PERSPECTIVAS QUEDARÍAMOS IGUAL A COMO AHORA, INCLUSO, PEOR. -Carraspeó suavizando su voz, había usado un tono bastante perturbador para que naciera de una chica tan inocente.- Decide ahora, Frisk. ¿Estás conmigo? ¿O estás con esas bestias?
Podía sentir las elecciones frente en sí, ir o no ir.
Era un hecho, no podía darle piedad a la joven demonio, ni si quiera le haría cambiar de opinión sobre los monstruos. Afirmó su agarre al arma, en sus ojos se colaron diminutas lágrimas.- Tú eres la bestia acá... Chara.
- Si tú insistes...
Empezó la batalla.
Ambas avanzaron corriendo precipitadas a una con la otra, ambos cuchillos chocaban como si fueran espadas de largo metal.
Frisk aún estaba dolida, no peleaba cien a cien, sólo evitaba los ataques y de vez en cuando reuniendo fuerzas se atrevía a acertar un golpe que la demonio huía con facilidad.
Chara en un ataque dio una patada en la pierna de Frisk, ésta cayó rodando en el suelo, jadeante de tan intensa batalla, o por el arrepentimiento de llegar a esto.- Tienes experiencia en esto... -Murmuró entre risas.- ¿Será porque has usado estas armas anteriormente?
Se acercó burlona hasta Frisk.
Acuchilló a la contraria pero falló pues ésta en una medida exasperada giró por la cerámica.
Estuvieron un buen momento hasta que la cansada Frisk falló al evitar un combo que le llegó directo en el ojo derecho, ella soltó un grito de dolor, al menos no fue el cuchillo quien acertó.- Ya era hora. -Dijo sin marcas de cansancio, Frisk se tocó el ojo, su piel estaba punzante en esa zona y caía sangre desde ahí, ¿Su puño estaba hecho de acero o algo? No obstante no solo era eso, el dolor de cabeza la atormentó haciendo que perdiera el equilibrio, Chara rió a carcajadas.- Eres buena esquivando pero no duras nada si te logran a hacer daño... Al igual que todos.
Pareció que iba a avanzar a adelante dejando el cuerpo donde estaba, sin embargo no fue así, alzó su pie sobre el delicado cuerpo en cambios para azotarlo entre su suela y piso.
- ¡C-Chara por favor!-Gimió de dolor al ser pateada repetidamente en su frágil cuerpo, abrazando sus rodillas y estando en posición fetal, única forma de protegerse contra el firme y consecutivo ataque demoníaco.
- Esto por no creerme, esto también, también... ¡TAMBIÉN! AHORA, FRISK. ¿HAS ELEGIDO BIEN TU CAMINO?
Exclamaba a voz alta, gritando a los cuatro vientos, tal como si quitara pétalos a una flor terminó aplastando la cabeza se Frisk, ella agonizaba.
- Yo...
- Ella ha elegido el mejor camino posible, estúpida.
Frisk abrió su ojo al escuchar aparte de la voz reconocible de él un ataque de huesos blancos y a gran cantidad, Chara se había alejado de ella para esquivar tan repentino ataque, Frisk debilitada se quiso sentar pero unas manos la detuvieron.
- ¿Necesitas ayuda? -Sans sonriente al rescate se arrodilla preocupado.- Será mejor que te quedes acá, Frisk.
El esqueleto aprovechó que Chara reculó para escapar de unos huesos que la perseguían para quitarse la chamarra y entregarla a la humana herida, le besó la frente y deslizó sus palmas por sus piernas desnudas y con moretones para revisar algún otro daño, suspiró al saber que no hubo nada más que daños simples.
- Quédate acá.
Sans se levantó, tenía un suéter blanco de cuello largo al igual que sus mangas, Frisk revisó la sudadera, era más abrigada que la anterior, un calor acogedor la hizo sentir segura.
- ¿¡A QUÉ VIENES, INTENTO DE COMEDIANTE!? ¿¡NO VES QUE ESTOY HABLANDO TRANQUILAMENTE CON FRISK!? -Gritó frustada Chara que destruyó los huesos anteriores.
- ¿Hablar tranquilamente? Me pregunto lo que es pelear para ti, niña. -Sans no estaba para nada contento, su sonrisa denotaba furia y su ojo derecho parpadeaba con viveza.
Alzó su diestra intentando tomar el alma de Chara, no pudo hacerlo, ella estalló de risa, Frisk que estaba atrás viendo la escena captó porqué esto.
- ¿A caso lo olvidaste? ¡No tengo alma esqueleto de pacotilla! ¡PUEDO VENCERTE AHORA SIN TENER QUE MORIR NI UNA VEZ!
- Y acá vengo yo, Chara. Si mueres, tú pierdes.
Ambos sonreían como estúpidos, tampoco como si el control de la gravedad fuera todo lo que tenía Sans, ellos entendían que esta batalla decidiría el futuro de su universo.
- Heh... Es un hermoso día afuera.
Chara se aferró a su arma, venga, solo uno de defensa... Pensó, interiormente nerviosa por la batalla que tuvo hace tiempo.
- Los pájaros cantan, las flores florecen.
Frisk se levantó como pudo, alejándose de la zona de batalla, no deseaba salir más lastimada de lo que estaba.
- En días como estos, niños como tú...
Sans, hecho furia, invocó una gran cantidad de huesos y Gaster Blasters alrededor de Chara.
-Deberían arder en el infierno.
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Heya, Sans. • Frans •
FanfictionLa joven caída del monte Ebott había decidido quedarse con Toriel, transcurrió un largo tiempo con ella en las ruinas hasta llegar a la edad donde cualquier joven presenta curiosidad, ¿Qué pasa si cruzaba aquel portón? ¿Qué mundo desconocido había d...