Primer contrincante

47 13 1
                                    



Al salir de clase, rápidamente camine solo por los pasillos del colegio hasta el aula de Paula, ella, como la anterior vez estaba allí:

-Hola ¿Por qué en tu nota..?

- Lo siento, Paula, no puedo

- Tranquilo, se que Lise te gusta, podría afirmar que desde hace tiempo, pero entonces, porqué has ido detrás de mí durante todo este tiempo?

- Sinceramente no lo se, me intenté convencer de que Lise ya no me gustaba pero... bueno, ahora que la he perdido todo da igual

- ¿Porqué dices que la has perdido?

-Tiene novio

-Pero tu le gustabas

- No lo, se, ya no entiendo nada, estoy echo un lio

-Tranquilo, habla con ella, seguro que lo solucionáis.

-Esperaré al final del torneo para hablar con ella, ahora no quiero pensar en otra cosa, debo ganar. ¿Vendrás a verme, no?

-Esta claro- dijo Paula sonriendo

Después de aquella agradable conversación, volví al patio junto a mis amigos, y, igual que el dia anterior vi a Lise con Alfred, aquello no me importó, si ella le quería, no podía hacer nada, había sido mi culpa, si me hubiese declarado a tiempo...

Aquella tarde no esperé más, me dirigí al gimnasio, hacia muchas semanas que no iba, por el tema de Lise y Paula, y debía retomar mis entrenamientos si quería ganar aquel torneo.

Cuando entré saludé a Kevin:

-Joe, corre, ven, han colgado el cartel con los contrincantes del torneo del jueves.

Mi primer combate era contra...

Kevin.

No podía ser, no quería luchar contra el.

-Kevin... yo...

-Tranquilo, no tendremos porqué luchar.

-¿Cómo?

-Nada, tu déjame a mi, pero entrénate, porque te meteré una paliza- dijo Kevin entre risas.

No tenía suficientes preocupaciones que ahora debía tener una más, debía enfrentarme a Kevin en el torneo, y debía ganarle para poder clasificarme.

Al llegar a casa, no se como, mi prima Candace se había enterado de lo del torneo, y insistió en ir.

Esa semana pasó muy lenta, teníamos que preparar los exámenes finales del curso y cada vez la tensión aumentaba más en los entrenamientos.

Llegó el jueves, todos mis amigos nos animaban a mi y a Kevin, el, solo se limitaba a sonreírme, al principio me lo había tomado como el, pero, con esas muecas, ¿Estaba insinuando que sería un rival fácil?, Kevin quería ganar tanto como yo, o más. Ese dia pasó muy rápido.

Por fin llegó la hora de ir al gimnasio.

Tu y yo, para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora