El baile

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Al llegar al instituto, vi un nuevo cartel que sustituía al del baile de Navidad, según lo que leí, el baile se había aplazado a la fiesta de san Valentín, cosa que me alegró, ya que no tenía pareja para el baile y solo faltaban unas semanas. 

El tiempo pasó volando, vineron las vacaciones de Navidad, Paula y yo empezamos a quedar para hacer los deberes, hablabamos muy poco en el instituto, pero almenos, eramos amigos. Lise, por el contrario, creo que me evitaba, desde que le conté que Paula y yo eramos amigos, lo cual me extrañó ya que ella me había ayudado

-¿No te das cuenta Joe?- me dijo un dia Kevin

- ¿De que me tendria que dar cuenta?- contesté con un tono un poco enfadado

- Nada, dejalo

Así pasaron los dias, por fin acabó el año, cosa que me emocionó mucho, ya que por fin podria empezar a competir en boxeo.

-Kevin, ¿esta tarde vendrás a entrenar?

- N-no, no puedo.

- Ah, vale

- He quedado con Christie.

- ¡Me alegro!

Kevin se sonrojó.

Al tocar el timbre, salí al patio y busqué a Lise, la cual me saludó como siempre, con dos dedos en la sien y su sonrisa. Le dije si queria quedar para ir a ver a Kevin y ella aceptó.

Por la tarde, fuí a buscar a Lise a su casa, ella salió y nos dirigimos a donde Kevin y Christie habían quedado.

Al llegar, Kevin y Christie estaban sentados en un banco hablando y Lise y yo nos escondimos a unos metros de ellos, en un banco de piedra tapado por un arbol en el que no nos podian ver. 

Seguimos allí algun tiempo hablando y observando a Kevin cuando de pronto, ocurrió algo inesperado, Kevin y Christie se levantaron del banco y se fueron.

-Creo que nos han visto don invisible- dijo Lise entre risas

-Parece que si- dije también riendo

-Oye, ¿ya le has pedido a tu amorcito si quiere ir al baile contigo?- dije

- No tengo "amorcito"- mientras que lo decia ponia una mueca de asco riendose

Riendonos, nos quedamos mirandonos el uno al otro unos segundos. Lise era muy guapa, me había gustado en los dos cursos anteriores pero no habia tenido la valentia de declararme, así que, preferí seguir con nuestra amistad. Tenía el pelo castaño, los ojos verdosos, la nariz puntiaguda y un pequeño hoyuelo en una mejilla sonrrojada. Tenia el pelo por un lado, aunque siempre se lo despeinaba para molestarla a lo que ella respondia con una carcajada o un "¡Joe para!" entre risas. Me caía genial. Nos habiamos conocido cuando llegué a este barrio de Londres, cuando estaba en el parque donde siempre quedamos, y ella vino y me preguntó si queria ser su amigo, a lo que asentí.

Las horas pasaron y volví a casa. Me lo había pasado muy bien con Lise aquella tarde. Ya no me acordaba de que al dia siguiente había quedado con Paula, tenía ganas de hablar con ella sobre el baile de San Valentín.


Tu y yo, para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora