Festival del Alba (Selena y Corrin)

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*No, no es el DLC del festival Hoshidano.
Bueno, ya está todo listo. Todos se han conocido entre sí, no se llevan mal (que las dos hechizeras se lleven bien es preocupante para la salud de Corrin...), Y vamos a enseñarles la capital de Hoshido. Aunque está diferente a cuando vinimos la otra vez. Hay más vida, más gente festejando y... un momento, ¡¿ESO SON YUKATAS?! ¡¿HAY UN FESTIVAL Y NADIE ME LO HA COMENTADO?!
-¡Ryoma! ¡¿Por qué no nos han dicho que había un festival?!
-Perdón. Se nos había pasado decíroslo. Con la visita y eso...
-¡Maldita sea! ¡No hay tiempo que perder! ¡Kana, sígueme! ¡Vamos a buscarte un yukata de tu talla!
-¡Si!
Y salen disparadas hacia las tiendas. Bueno, mientras sólo compren un yukata... (si claro, como si Selena pudiera controlar sus bolsillos...)
-¿Qué ha sido eso?
-A mi hija le encantan los festivales... y las compras. Quizá sea un poco exagerada...
-Mi hija es igual, y soy su mula de carga...
Todos se ríen.
Empezamos a pasearnos entre las tiendas, cuando de repente me tapan los ojos y oigo una voz.
-¿Quién soy?
-Huum, déjame pensar... ¿Anankos?
Me quita las manos de los ojos y se aleja un poco.
-Ja, ja, ja. No tiene gracia.
Cuando me doy la vuelta, me quedo sin palabras. Selena está preciosa con un yukata color burdeos y el pelo suelto. Está un poco colorada.
-Bueno, ¿qué tal?
No me salen las palabras. Me da una de sus sonrisas pícaras.
-Aceptaré eso como un cumplido.
Cuando le compré a Kana su yukata, nos fuimos a nuestro castillo para ponérnoslos mutuamente.
-Ese yukata...
-Es la misma tela que la que me compraste. Sí. Oboro me ayudó a hacerlo. Tardamos mucho, pero al menos ha quedado genial. ¿Qué te parece?
-Estás preciosa.
-Gracias.
Y me da un beso en los labios.
-Venga, volvamos con los demás.
-Sí.
Y va correteando por ahí, como una niña pequeña. Me alegro tanto de haberme casado con ella...
Cuando vuelvo con los demás, veo a Kana. También se ha soltado el pelo, pero no lo lleva tan largo como su madre. Le llega hasta la espalda. Va con otro yukata, pero este es de color rojo con detalles blancos. Está guapísima.
-¡Hola, papi! ¿Cómo me queda el yukata?
-Estás fantástica.
-Ji, ji... Gracias.
-Venga, vamos a comprar algunas cosas. Me temo que tu madre ya se nos ha adelantado.
-¡Vale!
Y, cogidos de la mano, vamos hacia los puestos.

Reencuentro DesastrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora