Reencuentro Desastroso

Dulce ambiente

Tras andar un día más o menos, llegamos a la capital de Hoshido. Como siempre, es luminosa y llena de vida. El rey se ha centrado en reconstruir gran parte de la capital, después continuará con el resto del país. Xander también está haciendo lo mismo, pero él se centra en Cyrkensia, Cheve... Y al parecer, la tribu del hielo ya no está "esclavizada" por Nohr. Ahora goviernan como una aldea independiente de los reinos. Ah sí, Felícia y su família se ha venido a vivir a Valla. Iñigo, Azura y sus hijos también. Que fastidio, a esos no me los quito ni con ácido...
-Mi hermano debería estar cerca del castillo esperándonos.
Vaya, ni me había dado cuenta de que estábamos ya tan cerca del castillo...
Cuando llegamos al castillo Shirasagi, Ryoma está delante con su esposa, Kagero.
-Veo que no ha habido ningún incidente.
-No. Gracias por dejar que nos quedemos, hermano mayor.
-No hay de qué. Además, tenía curiosidad de conocer a vuestros invitados.
-Buenas, soy Chrom, rey de Ylisse.
-Yo soy Ryoma, rey de Hoshido. Esta es mi esposa, Kagero.
-Encantada.
-Igualmente. Les presento a Sumia, la reina.
-Pss.
-¿Qué quieres, cariño?
-Noire, ¿te has fijado en que ese rey se parece a una langosta?
-P~pues no me había dado cuenta, pero es cierto... Pfff.
-Venga, pasad. Vamos a enseñaros el castillo.
El castillo shirasagi es ENOOORME. Mucho más que el de Nohr. Y tiene colores más vivos.
-Sakura y Azama deberían estar por aquí... También Saizo y Rinkah.
-¿Me ha llamado, ¿señor?
De repente, Saizo aparece delante de todos. Lucina y los demás se sorprenden, pero yo ya ni me inmuto.
-Sí, ¿sabes dónde está Asugi?
-Mi hijo estará en su cuarto endulzando el aire... También veo que no era broma lo que decía la reina de Valla. En verdad eres igual a mi hijo. Excepto por el color de pelo.
Esto último lo ha dicho acercándose a Gaius.
-¿De verdad?
-Sí. Espero que tú no hagas dulces... Los odio. Voy a buscarle. Querrá conoceros.
Y vuelve a desaparecer. Saizo me tiene que enseñar a hacer eso...
Vuelve a los cinco minutos con un chico de pelo blanco y una bolsa llena de dulces.
Todos se quedan boquiabiertos.
-No sé porqué me obligas a venir. Estaba tranquilamente en mi...
Oh.
Gaius y Asugi se acercan entre sí.
Ahora parece que haya un espejo (más o menos...)
Ambos levantan una mano, se saludan...
-Uh, esto es interesante.
-Y que lo digas...
-¿También haces dulces?
-Por supuesto.
-Genial. Soy Asugi.
-Yo Gaius.
Y, alucinados (soy la única persona que no está flipando), vemos cómo se dan la mano.