Reencuentro Desastroso

Discusión acalorada

(Aunque más que discusión, parece un monólogo...)
Cuando Lucina entró en el salón, estaban en él Chrom, una versión más pequeña de Lucina, Lissa y un niño de pelo negro.
-Padre, tengo algo que deciros.
Cuando Chrom miró a su hija, la notó... distinta, ¿nerviosa, tal vez?
-Qué pasa, Lucina?
Al decir ese nombre, la niña se giró a su padre.
-Ah no, tú no, cariño. Qué ocurre?
-Estaba patrullando la ciudad cuando... He visto a Owain.
Al oír ese nombre, Lissa y su hijo se giraron hacia ella:
-¡¿QUE MI HIJO YA ESTÁ AQUÍ?!
Lucina no sabía nada de la carta, solo los familiares directos y Chrom lo sabían.
-¿Cómo que "ya está aquí? ¿Lo sabíais?
Miró a su padre con una mirada que podría matar a cualquiera.
-Bueno... Lissa nos reunió a algunas personas hace dos días diciendo que le había llegado una carta suya, pero ponía que llegarían en 2 días...
-¡¿Y por qué no me lo dijistéis?!
-No lo pensé, la carta era extraña en sí.
-¡OWAIN ES EXTRAÑO DE POR SÍ!
Chrom no podía defenderse de la ira de su hija. Curiosamente, Chrom solo había visto ponerse así a Sumia una vez.
-¡Vale, vale! ¡Debería habértelo dicho!
¿Pero por qué te pones así?
-¡Porque si me lo hubiérais dicho no me habría puesto a discutir con Severa!
-¿Qué? ¿También estaba allí Severa?
-Si. Con Iñigo y otras personas. Sus ropas eran extrañas, incluidas las de ellos, Severa se había teñido el pelo de rojo, Owain de amarillo y Iñigo de gris, también había una sirvienta, una joven de pelo azul y traje blanco, y un joven con una armadura y pelo blanco.
Pelo blanco y armadura? A chrom le resultaba familiar...
-Vale. Siento no habértelo dicho, pero no sabía que te afectaría tanto.
-Ya da igual, me vuelvo a la ciudad.
Cuando Lucina salió de la sala, Chrom se quedó pensativo y dijo:
-Pelo blanco... Oye Lissa, no te suena haber visto...
Cuando se giró, ya no estaban ni Lissa ni el pequeño Owain. Había aprovechado el jaleo para salir discretamente a buscar a su hijo ya crecido, pero no sería fácil.