Dulce venganza.

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Mierda,Mierda,Mierda. Era lo único que se repetía en su cabeza desde que se despertó. Cuando abrió los ojos Draco ya no estaba, es más, no había nadie en la sala común. ¿Que por qué? Eran nada más y nada menos que las nueve de la mañana, tenía cinco minutos para llegar a su clase de adivinación, por eso se movía como loca por toda la habitación cogiendo las cosas que le eran necesarias.


-Lo siento, se me ha hecho tarde -Suspiró al entrar al aula de Adivinación.


-Ah señorita Granger -Se fijó en la atolondrada profesora Trelanwey - Siéntese con el señor Malfoy por favor.


Ella solo sonrió de forma maliciosa, mientras él recorría sus piernas de arriba a abajo con la mirada, no solo él, sino todo el porcentaje masculino del aula. Y es que esa falda que llevaba simplemente unos centímetros más alta que las demás estudiantes, era lo que marcaba la diferencia.

-Señor Malfoy, espero que no haya conflictos con la señorita Granger durante mi clase - advirtió la profesora.

-No se preocupe por eso -Miró a la castaña y sonrió.

Ella se acercó por fin del todo a su lado, le pone la mano en el hombro como excusa de que la ayudara a sentarse en esa incómoda tarima de madera de la clase de Adivinación. Se sienta , deslizando la mano por su brazo, su mano, su muslo, hasta llegar a su entrepierna, a lo que él tragó saliva.

-No me has despertado Draquito -murmuró mientras presionaba la mano en su pantalón- me las pagarás.

-Si, pero después.

Intentó quitarle la mano de ahí, pero ella pudo sentir como cada vez se endurecía su entrepierna un poco más. Discretamente le baja la cremallera por debajo de aquel mantel que cubría la besa y sus piernas, y saca el amiguito de Draco, proporcionándole pequeñas y agonizantes caricias para él.

-¿Te sucede algo Draco? - pregunta Trelanwey al ver la cara de agonía de él.- Tienes mala cara.

Se queda expectante a una respuesta del rubio, que parece no llegar debido al miedo que tiene de abrir la boca y soltar el gemido que lleva reprimiendo desde hace unos minutos.

-Estás sudado tío -Añadió Nott- ¿Tienes fiebre?

-Creo que tiene calentura.. -Rió la castaña tocándole la cabeza con la otra mano.

Pero al acercarse tanto a él en ese último gesto, su mirada se posó en el interior de la camisa de Hermione, por lo que empieza a tensarse aún más si es posible. Entonces ella se separa y empieza a acariciarle más fuerte, haciendo que él apretara los diente y tuviera que taparse la cara por no gritar.

-No.. E-Estoy b-b-bien -Dijo como pudo.

-¡Hay! Se me cayó la pulsera.

Él la miró suplicando que no hiciera lo que estaba pensando, pero ella solo le sonrió y se metió debajo de la mesa acariciándole más frecuentemente. Entonces le da un pequeño beso que hace que él se estremezca y suelte un leve gemido y así continua lamiendo.


-Creo que se me cayó por aquí..

Y dicho eso ella introdujo el miembro de Draco completamente el su boca, provocando que sin querer, él soltara un gemido de placer llamando la atención de toda el aula. Por lo que enrojeció ante las insistentes preguntas de la profesora y sus compañeros y enterró su cabeza en sus manos, incapaz de hablar. Entonces ella despega sus labios volviendose a sentar.

-¡Aquí está!, -alzó una pulserita- la encontré.

-o-

Cuando llegó la hora de comer, y con ella el descanso de la tarde se dirigió a su habitación. Pues estaba necesitado de una buena ducha. Cuando entró se encontró con Hermione sentada en la cama, con la espalda apoyada en la pared, una coleta improvisada y leyendo un libro. Y sin notarlo, sus ojos se iluminaron al verla.

-Creo que tenemos que hablar. -Dijo alzando la vista.

-¿Hablar? -Hablar es lo último que tengo pensado hacer contigo, pensó - ¿De qué?

-¿Como de que idiota? -sonrió- De todo lo que ha pasado entre nosotros...

-¿No te gusta?

Esto último lo dijo acomodándose sobre ella, apartando el libro a un lado de la cama y sonriendo de esa forma atrayente en que solo él sabía hacerlo.

-Nunca he actuado así...

-Si te sientes incómoda lo entiendo, y podemos dejarlo aquí.- ¿¡Que mierda estoy diciendo?!- O...

Entonces ella se acerca a él, cogiéndolo por la corbata verde de Slytherin y le planta un beso como nunca antes, dejándolo un poco atontado.

-Solo te advierto una cosa... -le volvió a besar dando la vuelta en la cama, quedando el recostado y ella encima.- No te vayas a enamorar de mi, Malfoy.

Dicho esto ella se separa de él, se levanta de la cama caminando seductoramente hasta la puerta donde él para cogiéndola del brazo mientras la hace girarse. Entonces se la queda mirando a esos ojos color miel , que se funden con sus ojos mercurio terminando en una sonrisa.

-O tu de mi, Granger.

Rieron, y ella se tiró encima de él, esta vez no como las anterioires, sino intentando hacerle cosquillas. Pero debido a su fuerza, el la coge de los brazos y empe¡ieza también a hacerle cosillas a Hermione, que no podía para de reír y patalear en un inútil intento de que la dejase.

-P-porfi, para - Gritó riendo a carcajadas.

-¿Porfi, Granger? -La miró debajo de él. Pareces una niña pequeña.

-Las niñas pequeñas no hacen esto.

Se abalanzó a su cuello, atrapando su boca en un intenso beso que bajó por su cuello, subiendo de nuevo a su oreja lentamente. Esta vez más lentas y apacibles que las anteriores. Pero de pronto ella se paró y se levantó dirigiendose de nuevo a la puerta.

-Tenemos clase Draco.

-No me puedes dejar así.. -Dijo medio enfadado.

-Ya verás como mañana me despiertas. -Le guiñó un ojo y salió de allí sonriente por haberse salido con la suya.

Hace mucho calor, Draco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora