Hurricane.

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A la mañana siguiente Hermione se encontraba tomando el sol en la hierba, con Draco a su lado, pues él no quería dejarla sola, y aun menos con ese escote que llevaba para broncearse. Quería "protegerla" de todos aquellos visitantes, que como ellos, se encontraban alijados en el castillo de Beuxbatons. De pronto el rubio recuerda que le convocaron en una reunión en el despacho de la directora.

-Vámonos, muevete. ¡Tengo que ir a esa estúpida reunión!

-No te preocupes, ve tú, yo me quedo.

-¡Eso si que no! ¿De verdad esperas que te deje aquí sola con todos estos... -Pone una mueca de asco.- Tu ya me entiendes.

-Malfoy, no soy una cría, creo que puedo cuidarme sola. Además esto está lleno de gente, no creo que nadie se atreva a violarme aquí en medio.- Ríe socarronamente y le guiña un ojo.


-Cállate. -Dice molesto y tomando su mano- Vámonos, esto no puede tardar mucho, vendremos aquí cuando acabe ¿vale?

-¡Draco!

-¿Qué?
-Me quedo.
-Granger...
-Malfoy... -Dice imitando su tono de voz.

Lo mira fijamente a los ojos con la expresión seria. Él tan solo se resigna poniendo cara de pocos amigos y soltándola.


- Vale, -Gruñe.- pero no te muevas de aquí.

-Perfecto, ve tranquilo.

Draco la besa y la morena sonríe.

Hermione continua a lo suyo, con los ojos cerrados protegiéndose del sol, con la mente en blanco y sintiedo la suave brisa acariciar su rostro, haciendo que el calor no fuera tan insoportable. Pero después de unos minutos, siente la presencia de alguien a su lado.

-¿Ya has vuelto?

Pregunta sin abrir los ojos, sintiendo como él masajea su muslo, subiendo mas arriba poco a poco.

-No hagas eso, rubio. - susurra con voz entrecortada. - ¿Quieres que nos encierren por estar dando espectáculos en público?

Ríe divertida.
-Vaya, ya no eres esa niña inexperta y reservada como antes, ¿eh?


Al escuchar esa voz, el cuerpo de Hermione se paraliza.

-Rarece que ese rubio tiene suerte.

La castaña abre os ojos de repente. Con demasiados sentimientos encontrados, desde tristeza hasta una ira incontenible.

-Ron. -Espeta con desprecio y furia.


Así, paralizada, sintiendo todas esas emociones. No podía asumir la idea de tener al Weasley nuevamente frente a ella. Todos esos dolorosos recuerdos empiezan a invadir su cuerpo. Esa mujer fuerte e independiente que había construido se va desmoronando, viándose débil y frágil ante su presencia.


-¡Fui un imbécil de verdad! Tan solo mírate, por merlín, que cuerpo.


Por una razón u otra ella no podía pronunciar palabra

-¿Que te pasa Herms?.¿No tienes nada que decirme? Podrías saludarme o algo. - Él acaricia su rostro, Hermione se pone tensa, pero aun así no se mueve. -Casi había olvidado tu piel. - Él se acerca demasiado, quedando sus caras solo a centímetros.- ¿Te acuerdas de cuando toqué cada centímetro de esa piel?

La sangre le comienza a hervir .Ella recuerda sus mentiras, el engaño, la humillación. Respira hondo, cerrando los ojos y apretando los puños.

-Hermion...

Antes de que tuviera oportunidad de terminar su frase, ella le pega un puñetazo con todas sus fuerzas.

-Eres peor que las ratas, Weasley.- Pronuncia entre dientes. -Mala hierba nunca muerre.

Ron se soba la mejilla y sonríe cínicamente.

Simplemente no lo deja hablar y le suelta otra trompada, haciendo que su cara de desconfigure y mire hacia otro lado.

-No sabes cuanto te odio. -Intenta mantener la calma, no mostrar todo lo que esto les está afectando.

Lo mira, ya casi no se nota los nudillos, y empieza a dolerle la cabeza de tanta ira contenida. No puede más, saca su varita y lo aturde, separándolo de ella.

-Simplemente, aléjate de mi, sucia comadreja.

Se sintió mal , incluso podría decirse que le dolió llamarlo así. Así es como llamaba Draco a toda su familia en el pasado, y el resto de pelirrojos no tenían nada que ver en este tema, más ese adjetivo ahora le quedaba perfecto a este.

-¿Te has vuelto loca?- Pregunta atónito todavía tendido en el suelo, tan solo apoyado en sus codos.
Se levanta y la coje del brazo, ya furioso.

-Sueltame, me das asco. - Escupe entre dientes.


Intenta librarse de su agarre, pero él es más fuerte. Sus gritos atrayen la atención de varios presentes, pero todos nada más observan sin entender lo que estaba ocurriendo. ¿Que hacen dos tercios del trío de oro discutiendo en medio del patio?

-Relájate Herms, estás montando un espectáculo.

Ella no puede evitar que le salgan lágrimas, son tantos los sentimientos que su presencia le provocaba, tantos buenos y malos recuerdos.. Él tan solo se empieza a reir a carcajadas, viendo como lo ridóículo de la situación, viendo como ella seguía tan resentida con él.

-¡He dicho que me sueltes!- Grita ya exasperada.

-Hay pequeña...

Antes de que pudiera terminar la frase, un golpe impacta seco y certero contra su nariz. Haciendo que caiga en un golpe seco en el suelo, siendo consciente de que una varita apuntaba directamente a su pecho.

Hace mucho calor, Draco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora