Si quiere guerra, guerra tendrá.

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  Hermione asiente con la cabeza nuevamente, incapaz de pronunciar palabra. Mientras el rubio seguía rozando su miembro sobre la entrada de ella , resbalando con la miel que brotaba de su interior. Soltando un fuerte gemido, Draco la penetró, profundizando dentro de ella. Se quedaron sin moverse, disfrutando la unión de sus cuerpos y como los músculos de su interior pulsaban fuertemente.

La besa con pasión y empieza sus movimientos. Deslizándose dentro de ella una y otra vez.Los gritos de ambos eran incontrolables. Ella clavaba las uñas en su espalda y le rodeó la cintura con las piernas, intentando desesperada que él llegara más a fondo. Lo hacían con tanta pasión y tanto ardor como nunca antes en sus vidas.

Cada vez mas deprisa. Sus respiraciones se les hacían más y más complicadas. El sudor que emergía de sus poros, creo un sedoso lubricante para sus cuerpos. Draco se retira de nuevo, sus miradas se encuentran. Habían tantas emociones de por medio, pero eran sentimientos imposibles, emociones prohibidas. Él la besa desesperado, para ahogar las palabras absurdas que querían salir de sus labios, y con un ultimo rozo, se funde completamente en ella, explotando en el orgasmo de su vida. Al igual que Hermione al sentirlo tan dentro de ella.

Después de un tiempo, sus cuerpos dejan de espasmar y sus respiraciones se calman. Draco se acuesta a su lado, rodeándola con sus brazos sus brazos, pero ella se aparta y se levanta de la cama.

-¿Te vas a ir?

-Por supuesto, ¿Que creías? -Dijo indiferente mientras él la veía desconcertado.

-Pensé que podíamos.

-No te hagas ilusiones conmigo Draquito. Recuerda lo que te dije, si quieres continuar con esto tienes que dejar fuera los sentimientos. -Le responde poniéndose el pijama.

-o-

Hermione se encontraba enfrente de su espejo, observando su vestuario. Le encantaba lucir sofisticada pero exrtremadamente sexy a la vez. Al apartar los rizos de su hombro, pudo notar un pequeño moratón en su cuello, cosa que le hizo sonreír al recordar lo ocurrido. Sus besos, sus caricias... la pasión con la cual la hizo suya.

-Mm, me encantaría estar en sus brazos de nuevo.- murmuró para ella.

-¿De quien diablos hablas? -Preguntó una pelirroja en la puerta, haciendo que la castaña se sobresaltara.

-¿No sabes llamar Ginns? -Sonríe.

-Herms, te has vuelto loca..

-¿De que hablas?

-Sabes que no se pueden tener relaciones en Hogwarts. -Dijo seria, para después emocionarse- ¿¡Con quien ha sido?!

-Primero, ni que tú no tuvieras sexo con nadie pelirroja. -rió al verla colorada.- Y segundo, solo te diré que las serpientes superan a los leones en la cama.

-¿Tan cínicamente lo dices? Una serpiente... ¿Donde quedo tu dignidad, la moral?! - y las dos estallaron en carcajadas.

-¿Todavía me lo preguntas? -Preguntó Hermione y amás calmada.

-¿A que te refieres?

-A tu hermano Ginny, él se la llevó toda consigo.

La pelirroja agachó la cabeza, no podía replicarle nada, su hermano se comportó muy mal con ella. Es decir, Ron no era un mal tipo, pero había reorganizado sus prioridades. Él y Hermione, tenían la misma relación de amigos que antes de salir juntos. Aunque nadie estuviera de acuerdo con las chicas de usar y tirar del pelirrojo, seguía siendo un buen amigo.

Su rostro se iluminó al ver a Draco pasar por delante de su puerta, pone a Ginny una escusa y sale del cuarto diciéndole que enseguida volvía. Se acercó, y rodeó los brazos por su cuello.

Hace mucho calor, Draco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora