Posesión.

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 La luz de la luna se reflejaba sobre el agua de la piscina. La cálida brisa de la noche acariciaba su rostro y su pelo parecía bailar con cada ráfaga de viento. Estaba sentada a la orilla, con los pies sumergidos en el agua y la cabeza agachada hacia abajo, sin mirar nada en concreto. Parece un ángel, piensa Draco al verla. Se acerca por detrás, y baja la cabeza hasta su oído.

-¿Que haces aquí?- Pero ella no se da la vuelta. -Perdóname, soy un bruto.

-No lo consigue, ella tan solo se encoge de hombros.- Entiéndeme, sabes que... te quiero. Me enferma saber que pasas una noche entera con el estúpido ese. - Hermione no puede evitar sonreír, mientras él le tiende la mano.- ¿Me perdonas?

Ella alza la mirada hacia su mano y después de unos segundos se la coge, mientras que él con toda su fuerza la levanta, abrazándola a su cuerpo.

-Yo... no sé.

-No tienes que decirme nada. Se que tu tal vez no estés preparada pero...

-Draco, por favor.- Dice alejándose un poco, pero él la acerca de nuevo.

-Solo dime algo. ¿Ha pasado algo entre vosotros? - Ella lo mira a los ojos.

-No.

-Entonces te has quedado con ganas... - Dice rozando sus labios, haciendo que la castaña sonría.

-No te creas, Draquito. -Gira, y queda de nuevo frente a la piscina. -Creo que necesitas enfriarte.- Dicho esto, lo empuja dentro del agua, echándose a reír.

-¡Vas a ver! ¡Loca!

-Puede que si, puede que no.- Se acerca y se agacha.

-¿Ah, si?- Antes de que pueda a alejarse, el rubio la coge por los brazos.

-No te atrevas. - Gruñe. - Malfoy, suéltame. - Él tan solo ríe.- No, esta camiseta es nueva.

-Pues fácil, quitatela.

-¡¿Como quieres que haga eso si no me sueltas?!

-Tienes razón, mejor te la quito yo.

Él la tira dentro del agua, mientras Hermione empieza a golpearlo, pero de manera infantil y juguetona. Draco la detiene, y la acorrala contra la pared de la piscina, pegando su cuerpo al de ella. La mira a esos ojos chocolate que posee, y todo el auto-control que le quedaba se esfuma como el polvo.

-Sabes lo que tienes que hacer.- Ella sonríe, pero lo empuja.

-Claro, pero hoy, tengo ganas de ti.

Hermione coga su mano y lo guía hasta los escalones de mármol, lo sienta, arrodillándose entremedio de sus piernas, y perdiéndose por un momento en el rostro y el cuerpo de él.

-Me vuelves loco ¿sabes?

Tan solo sonríe y roza su cuerpo contra el de Draco, subiendo hasta llegar a sus labios. Entonces lo besa. Entrando en su boca con la lengua, mientras bajaba la cremallera de su pantalón. Intenta bajarle los pantalones, pero el bulto que se pronunciaba en él, y el echo de tener los pantalones mojados, lo dificultaba.

-¿Necesitas ayuda?

-Quédate quieto , sé lo que me hago. -Dice entre besos, hasta que por fin logra su cometido, y queda con la erección de él en sus manos.- ¿Quieres? - Pregunta haciendo un masaje con roces largos y suaves. Draco cierra los ojos, y suelta un jadeo como respuesta.

Hermione agacha la cabeza debajo del agua y pasa la lengua sobre la punta, mientras él intenta no gritar. Ella procede lamiendo desde la base hasta la punta y luego lo introdujo completamente en su boca. Ahí el rubio ya no pudo más, y suelta un pequeño grito. La castaña continua rigurosamente. Con la sensación de su lengua, junto a la sensación del agua, tenia a Draco al borde de la explosion... Pero ella no pudo mas y sube para tomar aire. Cuando estaba a punto de abajarse de nuevo, él la detiene.

Hace mucho calor, Draco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora