Waves.

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—Sucia comadreja... —Sus labios apretados, y su mirada llena de un odio que hacia mucho tiempo que no veía.

Draco levanta con un simple movimiento de mano, y lanzándole lejos, al piso, sin pestañear, dejando ahora una pequeña herida que emanaba sangre de su pómulo.

—¿Como se te ocurrió la estúpida idea de ponerle una mano encima? —Gruñe entre dientes. —Te mataré Weasley.

Levanta la varita de nuevo, apuntándola a Ron quien se encontraba tirado en el suelo, pero Hermione lo detiene.

—Draco, para, no vale la pena, por favor.

—Así que Malfoy, ¿eh? —Ron sonríe socarronamente.— ¿Quien diría que ibas a caer tan bajo Herms? ¿Y tú Malfoy? ¿Una sangre-sucia, en serio?

Draco se gira furioso, haciendo un ágil movimiento de su mano, lanzando a Ron unos cuantos metros más lejos, y haciendo que se golpeara de nuevo.

—¡No me voy de aquí hasta poner a esta rata en su lugar!

Esta vez se acerca a él a grandes zancadas, pero en medio del intento de Ron por levantarse, le da una patada en el estómago.

—Draco, por favor, vámonos, ¡ahora!

Su voz temblaba y aun así sonaba firme. Al ver los ojos de la castaña, llorosos, Draco siente una rabia incontrolable y sin pensarlo dos veces, se le lanza encima a Ron, golpeándolo una y otra vez. El pelirrojo intenta defenderse, pero la furia de Draco era indescriptible, haciendo que pierda todo contacto con la realdidad y olvidándose de las consecuencias.

A los pocos minutos, y después de que Draco utilizara de nuevo su varita para asestarle unos cuantos golpes, Ron pierde el conocimiento.

—¡Draco! —Un grito gutural resonó sobre los muros que rodeaban el patio. —¡He dicho que te apartes!

Una fuerza que en principio el rubio no sabía de donde venía, lo lanzó al lado opuesto del jardín. Cuando alzó la mirada vio a Hermione con la varita en mano, con miedo y al mismo tempo furia en sus ojos.

—¡Lo iba a matar!

—¡Esa era mi intención!

—Draco... no te voy a suplicar, lo sabes, pero vámonos.

Tras fijarse en su mirada, llena de preocupación, las mejillas rojas y todavía húmedas de haber llorado en algún punto de la pelea ¿Como no se había dado cuenta de su estado? Simplemente se levantó del piso de un salto y la abrazó a él con un brazo, besándole la frente.

—¿Que te ha hecho desecho humano?

—Simplemente vámonos.

Él tan solo asiente, guiándolos hacia el interior del castillo.


Hermoine se encontraba acostada sobre la cama, había dejado de llorar pero sus ojos aun estaban humedecidos. Draco estaba sentado a su lado, trazando círculos en su espalda y observándola.

—No has dicho nada, háblame.

Hermione cierra los ojos en signo de frustración, aprieta los puños y frunce el ceño.

—Enserio Granger, eres inentendible. —Él se pasa las manos por su pelo corto, también en signo de frustración— ¡Te estaba haciendo daño! Si no hubiera llegado, ¿que hubiera pasado? ¿Eh?

—¿Te has vuelto loco?— Era la primera vez que hablaba y su voz sonaba ronca. — Si, definitivamente sí. Esa no es la forma de arreglar las cosas, te hubieras podido meter en un gran lío, estúpido.

—Con tal de tener el gusto de hacerlo sufrir... —Él sonrió de medio lado, recordando la escena.

—¿Y yo no pinto nada no? Es decir, Ron es mi problema —Dice recalcando el mi— es mi pasado, repito, mi problema y solo mío. Yo decidiré si quiero que alguien lo muela a palos o no, o si merece la pena o vale más ignorarle.

—¿De verdad? ¿Te vas a enfadar por que te haya defendido? ¿Pretendías que lo dejara estar después de saber todo lo que te hizo y que se fuera tan tranquilo? —Poco a poco su tono de voz iba aumentando. — Te humilló, te engañó y te hizo quedar en ridículo delante del mundo mágico, pero aun así tu siempre le preferirás a él antes que a cualquier otra persona, ¿no? Replanteate tus preferencias Hermione, porque tienes un gran problema con ello.

Ella levanta la mirada hacia Draco, observando cada facción del hombre que ahora quería. El mismo que por años odiaba. El mismo que hace meses se propuso a seducir, con la única intención de pasar un buen rato. Era increíble y hará todo por ella, y le amaba, lo sabía, pero en el fondo sabía que tenía razón, que ya solo Harry, si no que Ron aun estaba en su corazón.

Pero antes de que pudiera salir de sus pensamientos la puerta se cerró en un azote.

—Draco... —murmuró, pero él ya no la oía.

Hace mucho calor, Draco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora