Capítulo 17- Encerrada.

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*Cuatro semanas después*

Ya a pasado un mes desde que me prohibieron salir a trabajar y ahora las doce horas de entrenamiento diario no sirven para retener las ganas de matar.

Falta media hora para que caiga el sol.

Me preparé una gran torre de waffles (que es lo único que como desde hace un tiempo, pero le pongo diferentes aderezos) con crema.

Al terminar de cocinar, limpié lo que utilicé y llevé la torre de waffles a mi habitación, donde los dejé sobre la mesa que tengo allí.

Abrí la cortina y miré el patio, estando detrás de las rejas.

Como mi familia no quería que saliera de la habitación, cerraron la puerta para salir al balcón, cortaron las ramas del árbol que me servían para subir y bajar, pusieron rejas en cada ventana de la habitación y del baño.

Las rejas, están hechas del material más resistente encontrado hasta la actualidad, lo que me hace imposible romper la reja (ni siquiera puedo torcer una de las tantas rejas con mi fuerza a la hora de estar transformada).

En cada esquina de mi habitación, hay cámaras que me vigilan a cada momento (excepto por las noches cuando me transformo, que es cuando pongo tela sobre las cámaras para impedir que me vean, pero igualmente me escuchan).

Ya no tengo salida.

Y lo peor de todo, es que me sacaron el celular, para que no hable con mi amigo.

Desde hace dos semanas de que no veo ni hablo con Thomas.

Me estoy volviendo loca.

Ahora, mientras entreno, me río como una verdadera psciópata.

Por las noches, escucho voces en mi cabeza que me dicen que me escape y que mate a mi familia, para que nunca más me encierren.

Comí los waffles lentamente, disfrutando cada bocado.

Al terminar, hackee las cámaras (cosa que aprendí por la mañana) impendiendo que me vean.


Continuará...

La Chica WafflesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora