Capítulo 100- Problema En El Avión.

90 11 0
                                    

Me desperté por unos gritos.

-Por favor, ¡Mantengan la calma!- dicen las azafatas a los gritos.

-¡¿Qué pasó?!- dije, preocupada, pero aún dormida.

-Hola. ¿Ya te despertaste?- me dijo Zalgo, sonriendo.

-No, aún sigo dormida- dije con sarcasmo.

-Ok, cuando te despiertes me avisas- dijo.

-Ya me desperté- dije.

-Ok- dijo Zalgo.

-¡Por favor, manténganse en sus asientos!- gritan las azafatas-. ¡Debemos mantener la calma!

-¿Qué está pasando?- pregunté.

Todos los pasajeros, empezamos a acomodarnos en nuestros asientos, colocándonos los cinturones de seguridad.

-Las azafatas dijeron que aterrizaremos en el lugar más cercano, para que tomemos otro avión para llegar a Tokio- dijo Thomas.

-¿Por qué?- dije.

-No quieren decir nada- dijo Tomy-. Algunas personas empezaron a gritar y hacer escándalo.

-Ahora vuelvo- dije.

Me saqué el cinturón y me acerqué a la cabina de control, con la escusa de que quiero ir al baño, que está al lado.

Entré al baño y apoyé mi oído contra la pared y escuché que las azafatas intentaban despertar al piloto, lo que significa que el copiloto está conduciendo solo, lo que es peligroso, ya que dijeron que se calmara para que se le valla el ataque de ansiedad y pánico que está teniendo.

Salí del baño y volví a mi asiento.

-¿Qué está pasando?- me preguntó Zalgo.

-Al parecer el piloto del avión está desmayado o algo- dije.

-En ese caso, ¿Quién conduce el avión?- dijo Thomas, un poco preocupado.

-El copiloto- dije-. Pero está teniendo un ataque de pánico.

-Cualquier cosa, abrimos un portal y vamos a nuestro destino- dijo Zalgo.

-Hay tres problemas- dije-. Uno-No pienso dejar mi equipaje aquí. Dos-Si abrimos un portal, cabe la posibilidad de que al estar a gran altura caigamos desde el cielo al suelo, lo que no quiero que suceda. Tres-No voy a dejar que las inocentes personas que están en este avión salgan lastimadas, cuando podemos ayudarlas.

-Aixa, ¿De qué te preocupas? Si mueren o no estas personas no nos debe importar- dijo Thomas.

-Te recuerdo que somos asesinos- dijo Zalgo.

Escuché un grito a mi lado y giré la cabeza, para ver a una azafata muy asustada, que al parecer escuchó nuestra conversación.

-¿Le pasa algo? ¿Está bien?- le pregunté.

Moví mi mano, para tocar el brazo de la azafata, pero ella retrocedió y se fue gritando para la cabina de control.

-Hay que tener más cuidado con lo que decimos- dije.

Escuché un ruido como si fuera que alguien disparó a algún lado, con un arma de fuego y luego muchos gritos y llantos.


Continuará...

La Chica WafflesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora