Gran Rubor

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6:27 p.m
Jueves, 29 de Septiembre del 2016.

– Hey, ¿cuanto te salió en la última? – preguntó Montserrat,refiriéndose a un problema de Matemáticas.

– 52.7

– Oh, a mi igual.– sonrió.

– ¿Vamos a que nos revisen?

– Si.

Nos levantamos,entregamos los cuadernos para que la profe los firmará y se quedó con ellos.

Dios mío, no puedo creerlo...

¡Se quedó con mi cuaderno!
¡La respuesta está bien!
¡No puedo creerloooo!

Me senté en mi lugar,con una gran sonrisa en mi rostro. Bueno, una sonrisa tímida, pero alegre.

– Ash,maldita sea.

Se quejó un chico, que se sienta atrás de mi.
Se llama Oliver,si mal no recuerdo.

– ¿Termimaste?– pregunté.

– Es que, estoy mal, pero no sé en que.– contestó un poco estresado.

Sólo miraba que borraba y borraba la hoja dónde hacia las operaciones. Se arregló el cabello, recargándose en la silla, como si se diera a dar por vencido.
Lo observé, recordando a quién se parecía el.

Por un momento,nuestras miradas se cruzaron, mi corazón se asustó y aparté la vista casi instantaneamente. El cubría su rostro con sus manos.
Con sus delgadas manos.

– ¿Puedo ver esto?– pregunté,señalando la hoja que tenía.

– Si quieres, como sea.

Miré cuidadosamente cada una de las operaciones,tratando de recordar cómo yo lo había resuelto.

– Mira,tienes que hacer esta multiplicación bien, está mal. Por eso no te sale el resultado bien... Es fácil perderse.– le comenté.

– ¿Por cual debe multiplicarse?

– Por noventa y cinco.

– Gracias. – dijo y me sonrió.

No pude hacer nada más, que esperar a que le calificasen,para ver si estaba bien.

Para asegurarme de que mi ayuda no fue en vano.

Efectivamente, la profesora se quedó con su hoja.

– ¿Qué pasó? – pregunté entusiasmada.

– Lo hice bien.- dijo sonriendo.

– Genial, que alivio.

– Muchas gracias.

–Por nada.









¿Pir qué mi corazón está acelerado y mi rostro rojo?

La adolescencia de una chica mexicana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora