¿Responsable?

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Ok ok ok, vamos a hacer esto rápido y lo más resumido posible.

¿Adrián? Pff, absolutamente nada que ver, nada relacionado a él podía terminar bien, ahora simplemente es un ente que camina por ahí, sin preocupación alguna (de mi parte, claro).

Ahora, otro chico, sip, otro. Jesús, que conocí a principios de entrar a 5to semestre, pero quedó en una plática normal. Pero a mediados de Marzo comenzamos a hablar bien, y empecé a desarrollar sentimientos hacia su persona, pero realmente no creía estar preparada para algo, siquiera para permitirme estar enamorada de él. Y para colmo, siempre recaía en Adrián, y lo peor era que me lo permitía, pero eso quedó atrás. En todo caso, a Jesús terminó gustándole otra chica de mi clase, obviamente mucho más atractiva que yo. Y así, el chico que me gustaba terminó contándome todo sobre la chica que le gustaba, y  fue de la única manera de la que mis sentimientos por él, murieron.

Sobreviví 6to semestre en la preparatoria, con demasiadas crisis, desvelos, peleas, inseguridades y mal entendidos, pero al final todo salió bien. Logré aprobar todas las materias, me gradué y oficialmente soy una egresada del bachillerato.

Ahora, más resúmen. Metí solicitud para poder hacer examen en la universidad de mi ciudad, hice el proceso y papeleo, hice el examen, hice un segundo y tercer examen, porque mi carrera lo necesitaba. Sorpresivamente, logré ser admitida en la carrera de mi gusto y preferencia; a pesar de los comentarios de mi familia sobre lo que había escogido, resultó bien, bastante bien que digamos.

Bien, continuemos con más calma de momento. Estaba tan abrumada por mi decisión, por mi cabeza rondaban pensamientos peligrosos y potentes.

¿Soy lo suficientemente buena? ¿Realmente tomé una buena decisión? ¿Esto está bien? ¿No estoy mal?

Alguna de ellas, ni siquiera se han ido del todo, pero otras se han calmado.

De momento me enfocaré al máximo en esta nueva etapa, después de todo ya soy una persona adulta y responsable.

El fin de semana pasado, Itzel me llamó por teléfono.

– ¿Qué pasó, te moriste o algo? – se burló, a través del teléfono.

– Lamentablemente sí... ¡pero sobreviví!

Se escucharon risas ahogadas.

Bien bien, te llamé porque no respondías mis mensajes, así que sospeché que no tenías internet, ¿de acuerdo?

– Y estás en lo correcto. ¿Qué pasa?

Adriana hará una fiesta en su casa, me aseguraba de avisarte porque, bueno... ya sabes.

Entiendo.

Deberíamos ir, se pondrá divertido y ya hace mucho que no te veo. – podría jurar que había hecho un puchero, arrugando su ceño.

– Si bueno, eso será difícil, ya he pedido permiso para una fiesta que me invitaron la vez pasada, y mi mamá no me dejó.

¿¡Queeee!?–exclamó–pero si fuiste a la de Sebastián, y fuiste sin problema, y en esa... vamos, en esa no tomaste ni una gota de alcohol.

¡Lo sé! Pero...

La cuestión era la siguiente. Sebastián es un amigo de la secundaria y me invitó a su fiesta, también a Adriana y a Itzel, porque al parecer le había gustado. En esa vez la pasé demasiado bien, a pesar de que ocurrió un incidente muy, muy vergonzoso conmigo.

Yo había ido al baño sola, era una casa pequeña. Itzel estaba lo suficientemente ebria como para subir escaleras, y Adriana estaba ocupada con un chico que la había acompañado, y no quería molestarla. Entré al baño e hice mis necesidades, casi al terminar, un chico alto abrió la puerta sin avisar, sin siquiera saber que yo estaba dentro.

La única reacción que tuve fue gritar y cubrirme.

– ¡Wow, lo siento, en serio lo siento! – dijo, cubriendo su rostro, cerrando la puerta.

Y me quedé ahí, sentada, hecha bolita, en pocisión fetal, con el rostro tan rojo, que sentía que la sangre podría salir por cualquier orificio de mi rostro.

– Haré un esfuerzo. – terminé agregando.

Ya somos dos, ¡nos vemos! – y colgó.

Tomé una gran bocanada de aire, llené mis pulmones de aire y lo dejé salir de la forma más lenta posible.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2020 ⏰

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La adolescencia de una chica mexicana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora