Capítulo 2

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La pequeña cascada y laguna artificial estaban frente a mí, el suave rugir del agua relajaba mi mente, estaba recostado en una reposera mientras los rayos del sol doraban mi esculpido cuerpo.

Dos pares de manos recorrían mi pecho haciéndome estremecer, a mi derecha estaba una rubia despampanante de penetrantes ojos azules que tenía más curvas que camino de montaña, a mi izquierda su gemela.

Reían y me apoyaban sus exuberantes pechos en los brazos. Estaba en el paraíso. A lo lejos una bocina de barco se escuchaba, se volvió a escuchar más cerca y fuerte segundos después pero decidí no darle importancia.

La rubia a mi izquierda abrió la boca para hablar, pero de su boca sólo salió el ensordecedor ruido de la bocina de barco, y luego todo se volvió borroso.

El hermoso sueño se escapó de mis dedos como agua. Y el despertador no dejaba de sonar intentando hacer su trabajo.

Tapé mi cabeza con la almohada pero no había caso, ese aparato del demonio seguía sonando, así que simplemente no me quedaba otra opción que levantarme y apagarlo, además hoy era mi primer día en la universidad y no quería llegar tarde. ¿Cierto?

Luego de hacer mi rutina de ejercicio matutino, que incluía correr una hora, hacer abdominales y lagartijas, me di una reconfortante ducha, y me vestí con la nueva ropa que había comprado durante el fin de semana, una camiseta de mangas cortas blanca, unos jeans oscuros ajustados que me colgaban de la cadera dejando ver así el elástico de mi bóxer y unas vans negras, algo simple pero sexy.

Me preparé el desayuno y después de comer mis cereales volví a mi habitación a terminar de preparar la mochila para la universidad.

De pronto el ruido del televisor de la sala encendiéndose llamó mi atención, tomé mi arma de la mesa de noche y salí a investigar que pasaba, pegué mi espalda a la pared del pasillo y avancé lentamente como hacen en las películas, salté mirando al sofá y ¡nada! estaba vacío. Guardé el arma en la cintura de mi pantalón, tomé el control remoto y apagué la televisión, seguro fue algún encendido automático, me volteo para retomar lo que estaba haciendo y lo primero que veo es una gigantesca sombra parada en el medio de la cocina con su dedo apuntándome a la cabeza mientras que sostenía un vaso de MI yogurt en la otra mano.

-¡Bam! Estas muerto... Siempre revisa tu punto ciego niño bonito- Dijo el mastodonte mientras se dirigía hacia el sofá para dejarse caer sobre él. Tenía razón fue un descuido que no debería permitirme.

-¿Qué haces aquí?- Le pregunté mientras él tomaba nuevamente el control y ponía un canal de noticias.

-Me mandaron a asegurarme que no llegaras tarde el primer día, cuando llegué te estabas duchando así que sólo me senté aquí a esperar que me invites el desayuno, pero ni siquiera has notado mi presencia, deberías tener cuidado podría no ser yo la próxima vez. Ahora apresúrate niño no tienes todo el día.

Fui hasta mi habitación y tomé mi mochila y mi campera de cuero para completar el look de chico malo. Cuando llego a la sala el rottweiler estaba viendo la noticia de mi entrevista.

-Así que... ¿cuchillo? ¿Por qué?- Preguntó el ladrón de yogurt

-Es más personal, más lento, más doloroso, me pareció un lindo detalle- Dije al encogerme de hombros –además así le podía mandar saludos de parte de la niña.

Una estrepitosa risa retumbo en toda la sala, wow el gorila podía reír, así que me dejé llevar y yo también me reí hasta que me faltó el aire.

[...]

El camino hacia la universidad fue rápido, estaba realmente cerca, no más de diez minutos en coche. Cuando llegué estacioné en el primer lugar disponible. Al caminar hacia la entrada tuve el placer de ser observado por numerosos ojos de ambos sexos, así que cuadré los hombros y caminé sacando pecho a paso lento para permitirles admirarme mejor.

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