Capítulo 8

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Dos horas la estuve esperando, Anna nunca llegó, ¿por qué no le pedí su número de celular? Mis pensamientos volaban tan rápido por mi mente que apenas podía rozarlos, mucho menos capturarlos. ¿Le habrá pasado algo? ¿Se habrá olvidado? Bah, quién se podría olvidar de una cita conmigo, no es por egocéntrico ni nada, pero mírenme no podría ser más sexy ni aunque lo intentara. Cansado decidí volver a casa.

"Que no le haya pasado nada" Repetí esa frase una y otra vez en mi mente como si fuera un mantra sagrado en el camino hacía la universidad. Si hubiera sabido lo que me esperaba seguramente mi mantra personal hubiera sido todo lo contrario. ¿Malvado? ¿Yo? Nah.

Orgulloso

Prácticamente corrí hasta mi casillero, algunas puertitas más allá la vi, llevaba una falda rosada acampanada más abajo de la rodilla y una blusa blanca holgada, se veía como una mujer recatada de los años sesentas, la examiné a lo lejos, no parecía estar herida ni sentirse mal ni nada por el estilo. ¿Entonces? Tal vez le había dado alguna enfermedad rara que sólo le duro algunas horas, sí seguro que eso fue. Sí, claro. Me acerque lentamente a ella, intentando contener las ganas de hacer un berrinche en toda regla por el plantón del día anterior, debía darle la oportunidad de que se explique.

-Hola Williams ¿Por qué...?- Me detuve, ¿en verdad iba a hacer una escena? Por supuesto que sí.

-Hola Smith ¿Por qué qué?- Me preguntó sin siquiera dirigirme una mirada.

-¿Por qué no viniste? Ayer a las cuatro, te estuve esperando- Mis manos se cerraron en puños, mi tono se escucho más irritado de lo que pretendía.

-¡Ah! Eso... no tenía muchas ganas de ir, y la verdad me surgió algo mejor que hacer, no tenía tu número y me dio mucha flojera caminar cinco cuadras para cancelarte, me imaginé que luego de un rato te darías cuenta que no iría o te cansarías o algo.- Se encogió de hombros como si lo que acababa de decir fuera lo más normal del mundo.

-Me plantaste- Siseé entre dientes. Mis nudillos estaban blancos debido a la fuerza que ejercía intentando controlarme.

-¡Hey! ¿Se te enredo el tanga? No hagas tanto drama bonita, era solamente una salida de amigos, no es como si hubiera realmente sido una cita ¿verdad?- Volvió a encogerse de hombros, si lo vuelve a hacer creo que voy a estallar. –Ahora si me disculpas tengo que ir a clase, no quiero llegar tarde.

-¡CLARO! A LA CLASE LA SEÑORITA SI ASISTE PUNTUAL- Grité sacando toda la frustración de mi cuerpo, Anna se volteó hacia mí caminando de espaldas hacia su aula, me guiño el ojo y se volvió a voltear retomando su camino.

-Las clases son mucho más importantes e interesantes que una salida de amigos- Gritó sin volverse.

Siempre quiere tener la última palabra. ¿Y si... le disparamos? Veamos como le contesta a la Glock.

No lastimamos mujeres, lo sabes.

Sí, igualmente ella no es Becky... y toda regla tiene su excepción...

No vamos a dispararle...

Ya... Pero aún puedo fantasear con dispararle ¿no?

No, se parece demasiado a Becky, sería raro...

Becky no nos hubiera dejado plantados.

De más esta decir que ese día no fui a la biblioteca, ni le volví a dirigir la palabra en todo el día. ¿Quién se cree? No voy a rogar por su atención como un perrito por una galleta. ¡Que se cague! Salí de la última hora sin siquiera dedicarle una mirada.

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