Capítulo 15

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Todo a mí alrededor era completamente blanco, una habitación enorme en la que no podía distinguir ni techo ni paredes, todo lo que había, o mejor dicho no había, tenía un brillo extraño, relajante.

Giré sobre mi mismo varias veces buscando algún punto de referencia, algo diferente, pero no había absolutamente nada. Un ruido a mis espaldas llamó mi atención, me volteé sobresaltado.

Una figura menuda vestida con un camisón blanco y largo, de cabellos oscuros y piel de porcelana me miraba fijamente a los ojos, esos ojos marrones a los que siempre llamé mi hogar. Becky me sonrió y todo lo blanco se volvió completamente negro.

El ruido del despertador me devolvió a la realidad. Estiré la mano y golpeé a ese aparato del infierno. Aun sin permitir que mis parpados se abran un suave calor me puso en alerta, un leve peso presionaba mi costado y por alguna razón quería simplemente envolverlo con mi cuerpo.

Me obligué a abandonar los brazos de la inconciencia al sentir una tenue brisa en mi cuello, abrí los ojos aún sin comprender del todo qué sucedía. Una sonrisa estúpida, que borré apenas fui conciente del gesto, se dibujó en mi rostro. Mi cuerpo y el de Anna estaban enmarañados entre las sabanas, su cara escondida en mi cuello, mis brazos rodeándola, una de sus piernas entre las mías, visto desde afuera la posición parecía muy incomoda, parecíamos un nudo de extremidades, sin embargo jamás me sentí más cómodo en mi vida.

Una fuerza sobrenatural me llevó a acomodar delicadamente el cabello de mi ratoncita, colocando cada mechón en su lugar de la manera más suave posible. Tuve la sensación de que despertarla y acabar con este momento debería considerarse un crimen atroz, solamente deseaba quedarme con ella, así, sin tiempos, sin ruidos, sin preocupaciones.

Admítelo, te gusta, nos gusta.

Puede ser, pero no puedo ofrecerle nada bueno, no funcionaría, soy un monstruo, que pensaría de mí si me conociera realmente. ¿Cómo podría querer a alguien que ni sus propios padres quisieron? ¿Podría ella enamorarse de alguien como yo? ¿Alguien que sólo traería problemas a su vida? La secuestraron por mi culpa. ¿Y si algo le sucedía?

Tal vez sea mejor simplemente alejarnos, mantener la distancia...

Sí, seguramente sea lo mejor, Jason puede cuidarla mejor que nosotros. ¿Por qué me duele tanto? Es sólo una chica más... Una chica más que se ve hermosa cuando duerme en mis brazos...

Lo dices porque está inconciente... Así cualquiera se ve linda... Espera a que abra el pico... Ahí todo lo linda se les va a la mierda...

¿Y por qué ninguna se vio linda hasta ahora?

Touché

Dejé un suave y casto beso en su frente, apenas rozando mis labios sobre su piel, con terror de que este cuadro se dañe de alguna manera, no quería que se despertara, no quería que esto, lo que sea que esto fuera, se acabara. Cerré los ojos, respiré su aroma y me dejé llevar por las sensaciones, su tacto, su sabor, su olor acaparaban cada sentido y me transportaban a lugares desconocidos para mí. La paz me invadía y me negaba a moverme, me negaba a salir de mi ensoñación.

Abrazándola firmemente contra mi cuerpo me permití relajarme por algunos segundos. Un pequeño movimiento me hizo quedarme totalmente quieto, respirando lo más pesadamente posible, ella estaba despertando y no quería que se de cuenta que la había estado observando.

Se removió suavemente acomodándose mejor sobre mi pecho. Una imperceptible caricia recorrió mi abdomen de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, dibujando cada centímetro de piel, sus dedos se movieron por mi torso, mis hombros y mis brazos, causándome un pequeño cosquilleo que logré disimular. Por último delineó el contorno de mi rostro, palpando mi barba apenas crecida.

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