Cap. #17
Mi mano fue tomada con fuerza por la de Kendall mientras me jalaba por las escaleras a su apartamento. Sentí que mi corazón estaba en mi boca mientras forzaba la puerta abriéndola antes de cerrarla bruscamente detrás de nosotros. No perdió tiempo en sacarme la chaqueta, colgándola. El calor del tacto de Kendall podía ser sentido en mi espalda mientras una gran mano me guió por el pasillo hasta una puerta que yo sabía que era su dormitorio. Mi mente a través de las imágenes de lo que había sucedido la última vez que estuve aquí.
Oí la puerta cerrarse antes de que Kendall se colocara detrás de mí, mi cuerpo saltando ligeramente mientras sus dedos empujaron mi pelo hacia un lado. Sus labios rellenos se presionaron a la piel de mi cuello, mordisqueando y succionando. De repente me dio la vuelta hacia él, mi pecho subía y bajaba pesadamente. Kendall podía decir lo nerviosa que estaba cuando tomó mis manos temblorosas en las suyas más grandes. No dejaba de mirarme a los ojos mientras llevaba mi mano a su boca, dejando un ligero beso en la piel.
"Voy a ser amable." Susurró.
Lo vi deshacerse de sus Converse antes de que lentamente se pusiera de rodillas delante de mí. Sus grandes manos acariciaban la piel de mi muslo derecho mientras deslizaba sus caricias por mi pierna. Yo no podía apartar los ojos de él.
"Tan suave." Murmuró en los besos que habían quedado abajo de mi piel hormigueante.
Mi pierna estaba levantada, mis manos aferradas a los hombros anchos de Kendall mientras tomaba mi zapato. El proceso se repitió con el otro pie, antes de que él se pusiera por completo a su imponente altura en frente de mí. La cabeza de Kendall indicando la cama grande, instruyendo que me moviera a ella, lo cual vacilantemente hice seguida por Kendall.
Él me detuvo, así que estaba de rodillas en la cama. Mi cuerpo de espaldas a él mientras se arrodillaba detrás de mí. Un fuerte brazo envuelto alrededor de mi cintura, disminuyendo la distancia entre nosotros mientras mi espalda estaba pegada a la parte frontal de Kendall. Sus labios tarareándome al oído mientras posaba mi cabeza en su hombro. Mi cuerpo se tensó cuando sentí su mano en mi pecho, apretándolo suavemente mientras bajaba. Toque de Kendall envió un hormigueo por todo mi cuerpo. Su fuerte brazo me sostenía mientras retorcía contra él. Él deslizó su mano cálida al interior de mi muslo, al mismo ritmo que lo hizo en el club. Un gemido cayó de mis labios en cuanto los dedos de Kendall tocaron ligeramente por encima de mi ropa interior. Comenzó a frotar sobre el área sensible mientras mis caderas se movían con el tacto. Luché para continuar mi respiración, la sensación de sus dedos revolviendo mis pensamientos. Mi trasero se frotó contra su entrepierna en cuanto él aumentó la presión. Todo el tiempo su voz ronca me susurró cosas sucias al oído. Me sorprendió un poco cuando me dijo todas las cosas que me quería hacer.
"Kendall." Jadeé con la voz entrecortada.
Él gimió, sus dedos luego cayendo en el frente de mi ropa interior. Chillé en sorpresa, nadie nunca me había tocado así antes. Mi cuerpo empezó a desplomarse contra el suyo. Mis piernas temblorosas encontrando difícil poder mantener el ritmo, a pesar de que mi espalda estaba presionada aún firmemente a su frente. El pulgar de Kendall moviéndose suavemente sobre mi clítoris, provocando gemidos salir de mis labios entreabiertos.
"Mmm". Él con voz ronca susurró en mi oído.
Besos calientes fueron dejados por mi cuello mientras seguía dándome placer. Me sorprendió un poco cuando Kendall se movió, llevándome con él mientras se sentaba en el borde de la cama. Todavía sin mirarlo a él, estaba sentada en su regazo.
"Arriba". Ordenó.
Accedí, levantando mis caderas ligeramente mientras me subió el vestido hasta la cintura. Las grandes manos de Kendall agarraron mis muslos, separándolos así que mis piernas colgaban a ambos lados de sus piernas. Mi cabeza perezosamente se volcó a echar un vistazo a Kendall llevando sus dedos a la boca. Los chupó antes de sacarlos. La punta de sus dedos ásperos corrió por el interior de mis muslos antes de que se sumergieran en mi ropa interior de nuevo. Pero esta vez su dedo del medio tentó mi entrada. Yo sabía que estaba siendo cuidadoso, pasando el dedo suavemente. Pero eso no impidió que pequeños gemidos incómodos cayeran de mi boca. Mi cabeza apoyada en su hombro otra vez, luchando por respirar mientras él empujaba más adentro. Su fuerte brazo se apoderó de mi cintura, en un intento para que dejara de retorcerme.