FIN DEL MARATÖN (hey porfa avísenles a sus amigas, conocidas sobre la novela, quisiera tener votos y toda la cosa, por favor, para seguir subiéndola y sin tener que someterme a la situación de cancelarla sólo por que no hay gente, se que es estúpido, pero por si no saben me toma tiempo adaptarla para ustedes. ATTE: - MaryRose.)
Cap. #22
Narra Kendall
Mis manos se levantaron para empujar de los hombros a Fanny. Ella parecía un poco sorprendida por mis acciones contundentes. La ira corriendo a través de mi cuerpo mientras una seductora sonrisa se extendía en su rostro. Su lengua saliendo de su boca, deslizándose sobre sus labios. Ella tarareaba con satisfacción. Le agarré con fuerza la muñeca izquierda antes de que pudiera tocar por encima de mi pecho de nuevo.
Fue entonces cuando la vi. Marie. Ella estaba parada a poca distancia. Las lágrimas amenazaban con caer sus ojos llorosos mientras permanecía de pie mirándonos. Una mirada de desesperación en su rostro mientras sus labios entreabrieron. Sus dedos limpiando con urgencia la humedad rodando por sus mejillas mientras ella se negaba a encontrarse con mi mirada. La cabeza de Marie se volcó hacia la derecha. Sabía exactamente lo que iba a hacer. Correr.
Vi como ella se hacía camino a toda prisa a través de las personas en la habitación. Ella desapareció rápidamente, su pequeña altura le permitió ocultarse entre los grupos de gente. Estaba a punto de correr tras ella cuando las uñas largas se clavaron en mis bíceps. Fanny me miró expectante, mi irritación cada vez más fuerte. Me limpié el brillo de labios de mi boca con el dorso de la mano con asco.
Sus ojos se abrieron con miedo cuando la empujé contra la pared.
"No te acerques a Marie o a mi otra vez. ¿Me escuchas? “Dije cortante.
Yo sabía que ella estaba asustada. Pero en ese momento no podría importarme menos. Fanny me había visto en mi peor comportamiento, yo tenía la sensación de que mi conducta violenta era un atractivo para ella. Pero ni ella ni ninguna otra chica había sido nunca mi objetivo. Me negué a tomar mi enojo contra una mujer. Yo nunca sería como mi padre. Respiración temblorosa saliendo forzada de su boca mientras ella temblaba en mi agarre. Le solté las muñecas. Mi cuerpo se alejó de ella y en dirección a la salida.
Jalé apresuradamente la puerta abriéndola, mis ojos escaneando la calle oscura para detectar cualquier signo de la muchacha que huía. Segundos más tarde, la vi. El pelo largo, oscuro que fluía por su espalda mientras sus pies la llevaban a un rápido ritmo a lo largo del camino. Pasó a lado de personas dándole miradas de simpatía.
"¡Marie!"
Ella no se detuvo. Su velocidad cada vez mayor ante el sonido de mi voz mientras trataba de escapar. Necesitaba hablar con ella. Mis piernas se golpeando mientras corría tras ella. No me importaba si estábamos haciendo una escena. La única persona que me preocupaba era Marie.
"Marie, espera."
"¡Déjame en paz, Kendall!", Gritó ella-.
Me confundió cuando desacelero un poco, antes de que sus manos quitaran sus zapatos mientras saltaba hacia adelante. Se tambaleó un poco antes de recuperar el equilibrio. El ritmo de Marie aumentado considerablemente a medida que corría por la acera descalza, sus zapatos bien apretados en su mano derecha. Maldije, sin dejar de correr tras ella. El fuerte retumbar de mi corazón golpeaba contra mi pecho mientras ella se dio cuenta de los coches, yendo en línea recta por la carretera. Pitidos de bocinas resonando en el aire de la noche, pero Marie no hizo caso. Me dolió que ella estuviera tan desesperada por escapar de mí.
"¡Marie, detente!"
Continúe siguiéndola. Me sorprendía el ritmo rápido sostenía. A pesar de nuestra notable diferencia de altura y mis piernas más largas, se las arregló para mantenerme corriendo tratando de mantenerle el paso. Marie nos condujo a través de las puertas de un parque. Los alrededores estaban iluminados tenuemente a lo largo de un camino por un gran estanque. Me deje cautivar por la vista ligeramente, la naturaleza misteriosa del medio ambiente. La oscuridad entre los árboles no era una visión reconfortante. No había manera de que la iba a dejar correr por su cuenta, no aquí. Me di cuenta que su cuerpo pequeño se comenzó a cansar un poco, rápidamente aproveché la oportunidad para llegar a ella.
