Maratón (Parte 6/6)
Capítulo FINAL DEL MARATON.
Capitulo 11:
Sus labios rozaron mi mandíbula mientras su mano ligeramente tiro de su camiseta por debajo de mi hombro. Kendall mordisqueo la piel recién expuesta, haciéndome gemir. Mi cuerpo se congelo cuando una mano grande atravesaba por mi cuerpo, peligrosamente cerca de mi entrepierna, pero retrocedió antes de que pudiera tocarme. Los ojos de Kendall nunca dejando mi cara. Mi respiración se hizo cada vez mas fuerte mientras el jugaba levemente con la punta de mis dedos. Estos entrelazándose con los suyos, poco a poco jalándome hacia adelante. Kendall se sentó en el borde de la cama, mirándome. Agarro mi otra mano, jalándome hasta quedar entre sus piernas. Mi pecho iba de arriba abajo rápidamente cuando sentí que coloco una mano en la parte posterior de mi muslo. Lo levanto, incentivándome a sentarme sobre su regazo. Kendall se movió más atrás en la cama. Puse mi mano sobre su pecho para evitar caer encima de el. Mi contacto se retiro rápidamente cuando lo vi agarrar la parte inferior de su camiseta. La tela fue retirada rápidamente por encima de su cabeza antes de caer al suelo. Mis ojos se dirigieron de inmediato a la piel pálida de su torso. Di un suspiro mientras Kendall me agarro de mi mano. La levanto hasta su hombro antes de guiarme por encima de su clavícula izquierda.
“Por favor.” Suplico.
La mano de Kendall dejo la mía y me sorprendí a mi misma cuando seguí tocando su pecho. Sus músculos estaban tonificados, duros bajo mis dedos suaves. Vi su boca entreabrirse cuando mi dedo índice ligeramente rozo su pezón. Aire caliente saliendo de su cuerpo mientras mi toque viajaba mas abajo por su frente. Con cuidado, trace la líneas definidas de su estomago. Kendall no podía apartar los ojos de mí, me sumergía en las curvas. Curiosamente deje que mis dedos se desviaran en sus caderas. Pero mi contacto ceso cuando llegue a la banda de color negro de sus bóxers que era visible en la parte superior de sus jeans. Me quede inmóvil, seguía sentada en el regazo de Kendall mientras el desabrochaba lentamente su cinturón. El botón se abrió y la cremallera fue bajada. Mis ojos se abrieron. Kendall actuó rápidamente mientras yo trataba de bajarme de el, una de sus grandes manos se cogió la pierna, la otra se deslizo alrededor de mi espalda baja, en un esfuerzo para mantenerme en el mismo lugar. Nos quedamos así por unos momentos. Mi aliento tembloroso salía de mis labios mientras Kendall crecía en lo profundo. Me estremecí cuando su toque corrió por mi espalda, forzándome hacia el. Se inclino hacia delante, con la nariz rozando mi mejilla mientras trataba desesperadamente de conseguir que le responda. Volqué la cabeza hacia el, dándole la oportunidad de atrapar mis labios con los suyos. La mano de Kendall desapareció de mi pierna. Siguió un profundo gemido contra mi boca. Me aleje, mis ojos se abrieron instantáneamente al encontrar los dedos de Kendall frotándose contra su entrepierna. Tenía los ojos cerrados, los movimientos cada vez más rudos, con la boca entreabierta una vez más. No podía detenerme, mis dedos se movieron cuidadosamente a su frente, colocando sus cabellos largos lisos hacia atrás. El gimió un poco con mi toque, una pequeña sonrisa apareciendo en su rostro. Nunca lo había visto hací antes. Kendall parecía casi vulnerable cuando lo vi apretar la palma hacia abajo. Fue un gran contraste al verlo antes, cuando golpeaba fuertemente a Jake. Ahora Kendall estaba gimiendo en silencio, disfrutando del placer pasando a través de su cuerpo. Tal vez era porque quería sentirme más fuerte, crear un sentido de dominio que Kendall siempre tenía sobre mí. Cualquiera que sea la razón, yo tenia curiosidad por saber como se sentía estar a cargo. Sus ojos se abrieron de golpe cuando mis dedos bajaron por su estomago. Mi mano temblaba mientras me movía al tejido negro revelado por sus vaqueros desabrochados. Di un suspiro cuando su gran mano cayo sobre la mía, alentándome. Los ojos de Kendall se clavaron en mi rostro cuando me enseño a tocarlo. Creció mas a medida que yo lo apretaba suavemente, mirando con asombro como las caderas de Kendall se movían a mi tacto. Poco tiempo después se dejo llevar.