Emociones

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Disclaimer: One Piece no me pertenece es obra del ingenioso y no tan malvado (espero) Oda-sama .

Le había pedido quedarse solo un rato, sin embargo, ya llevaba ahí todo el día. No tenía aun la certeza de volver y comportase como si nada hubiera pasado. A pesar de que el ambiente en esa cabaña era de lo más ameno no podía sacarse de la cabeza esas imágenes.

Ella no se presentó por ahí tampoco, lo cual agradeció mucho pues si fuera así no sabría cómo actuar. Estaba cansado de tanto pensar: si, había estado ya con varias mujeres y con ninguna sentía pena por haberlo hecho, era algo normal después de todo. Pero esta vez no quería que sucediese, quería pensar que era por las inevitables necesidades fisiológicas básicas… no claro que no, no era tan débil.

La miraba con respeto y gratitud por haberle ayudado en esos momentos, por seguir haciéndolo y no pedir –relativamente- nada a cambio, él no sabía lo que Bellany sentía hacia su persona y definitivamente no quería lastimarla. Ambos sabían que en cuanto la última gota de lluvia cayese él zarparía a buscar a Kurohige; ese debía ser su único pensamiento y tenía que mantenerse firme.

»No me comportare como un chiquillo« pensó, después de todo él no huía jamás de una pelea y no comenzaría especialmente por esta, una pelea entre sus sentimientos.

Se despidió de todos y agradeció la estadía, ya era hora de volver. Llegó rápido a la choza 27, se detuvo unos segundos frente al marco de la puerta, entró firme y con decisión.

Para su buena suerte Bellany estaba cubierta con la manta al igual que la noche anterior, su cabello estaba mojado y goteaba, tal vez se había asomado un poco para ver si el regresaba, no lo sabía y no encontraba las mejores palabras para dirigirse a ella.

Estaba sentada aferrada con sus manos a algo que no se podía distinguir bien, la cabeza gacha, lucía un poco lúgubre de hecho… le habló con cierta inquietud al moreno.

-¿Estas molesto conmigo? –Preguntó sin siquiera voltearlo a ver.

-¿De qué hablas? ¿Porque estaría molesto? –Contestó confundido.

-Yo… no he dicho nada extraño mientras dormía ¿o sí? – Lo miró a los ojos.

Ace balbuceó algo ininteligible, la verdad no había dicho nada extraño pero solo el hecho de recordar como pronunciaba su nombre le hizo ponerse nervioso, hasta un poco sonrojado.

-Para nada –Le respondió desviando su vista a otro lado con una mueca en los labios, era muy malo mintiendo sin duda.

-¿Estás seguro? –Insistía haciendo pucheros con su rostro.

- Ah, te he dicho que no ¿no, no me crees? –Siguió lo mejor que pudo.

-Pues me alegra mucho, suelo hablar cuando estoy dormida –Su ánimo cambio totalmente a uno más vivaz-. Por eso me daba pena dormir a tú lado. Pero qué bueno que no he dicho nada inapropiado –comenzó a reír. Ace también le siguió, era un alivio que no recordara nada. Mejor para ambos.

-Siento mucho el haberte dejado sola todo el día –Ya hablaba normalmente.

-No importa, se que puede ser aburrido estar todo el tiempo con la misma persona. Después de todo tendré que acostumbrarme, solo faltan poco mas de 2 semanas para que te marches –Dijo restándole importancia a la situación, más no le era indiferente.

-No quiero que pienses eso, realmente me agrada mucho tu compañía. –le dijo con una gran sonrisa -¿Qué es lo que tienes ahí? – Preguntó mientras se acercaba a ella.

-Es una fotografía de mi familia –le extendió el portarretratos y Ace miró la foto detenidamente unos momentos antes de devolvérsela.

-Te pareces mucho a tu madre.

La Sangre Del Rey No ha MuertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora