Justicia

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El clima extraño de la isla ya no le asombraba en lo absoluto, unas cuantas nubes grises se paseaban en lo alto del cielo trayendo consigo una brisa templada. Ambos habían madrugado a pesar de que terminaron por dormirse muy tarde; Ace siempre tenía cosas interesantes para contar y realmente un sinfín de locuras que la hacían reír a más no poder. Extrañaría mucho el escuchar su gruesa voz relatarle sus grandiosas aventuras, sobretodo el pronunciar su nombre.

-Bellany ¿Sucede algo? –preguntó curioso Hiken.

-Nada, solo pensaba en algunas cosas –le sonrió-. ¿Te molestaría si nos desviamos un momento?

-No ¿A dónde planeas ir?

-Quiero visitar a una persona en particular –dijo con gran emoción.

-¿Quién? –preguntó frunciendo el ceño.

-Akito-kun –contestó entre risas al escuchar el tono molesto de Ace-. Te agradara.

-Ya veremos –trató de sonar indiferente.

-¿Crees que la ropa que llevo para Lal y los chicos este bien?

-Algunas cosas son extrañas, pero, creo que les gustaran.

-Eso espero. Ojala su madre ya este recuperada, también me pregunto si a Jun le estará yendo bien en su trabajo –decía muy pensativa.

-Te preocupas demasiado ¿Acaso te ha interesado su hermano mayor? –Bromeó.

-Claro que no, además es dos años menor que yo.

-Recuerdo que te despediste muy afectuosa de él…

-Tus celos son increíbles Ace, pensé que solo sentías eso por Liam –Se colocó frente a él y comenzó a caminar hacia atrás.

-Liam –hizo una mueca de enfado-. Creo haberte dicho que asesinare a cualquier hombre que se atreva a ponerte un dedo encima.

-Siempre tan extremista –le sonrió-. Pero no te perdonare si matas a alguien por mí, sea cual sea la situación y te lo digo en serio –lo miró fijamente a los ojos, no bromeaba.

-Eso es algo que yo decidiré –sostuvó su mirada.

Ambos guardaron silencio para no iniciar una pelea innecesaria, pero, ¿realmente le había dicho que bajo ninguna circunstancia se atreviera a quitarle la vida a un individuo en su nombre? Bellany tenía una extraña devoción por la vida de las personas, y no es que fuera malo, de hecho ya había conocido a una que otra persona con esos pensamientos; lo único que le molestaba era que todas ellas tenían fuertes razones para esa inclinación, generalmente ligadas a sentimientos de dolor.

Había ciertos aspectos de la vida de Bellany en los que necesitaba hondar aun más, pero simplemente ella ponía un muro cada vez que intentaba persuadirla en esos temas. No era solo la muerte de su padre lo que la había orillado para actuar de esa manera. Aun no la cuestionaba del porque nunca mencionó el hecho de que hace dos años zarpó al mar y volvió, recordaba que Azusa le comento que ella había pasado por ciertas situaciones difíciles ¿Cuáles? Era lo que deseaba saber.

Se detuvieron frente a una casa color marrón, ya había estado en ese lugar con anterioridad y si su memoria no le fallaba se trataba de la casa de Azusa, lo cual le pareció extraño ¿Quién era Akito? Se preguntaba el moreno. Bellany llamó a la puerta, a los pocos segundos la chica castaña abrió y se tendió del cuello de su visitante, tras casi asfixiarla dirigió un cortes saludo a Ace quien se encontraba atrás de su amiga.

-¿Qué te trae por aquí Bella-Chin? –preguntó la castaña mientras que con un ademán les indicaba que pasaran dentro.

-Pues, es que… -La miró con ojos llorosos y un leve rubor.

La Sangre Del Rey No ha MuertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora