Prólogo.

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Eumur.

Ser mujer hoy en día es un riesgo. 

Vivir nos cuesta la vida. 

A veces, sólo pienso en escaparme, pero todo el mundo se vio invadido por la idea del hombre dominante. Ellos tienen el poder, nosotras debemos obedecerlo. ¿Por qué? ¿Acaso nuestros antepasados no intentaron buscar una igualdad? La tregua entre hombres y mujeres duró unas pocas décadas, hasta que ellos lograron volver al dominio del poder.

¿Cómo?

Simple. Nos obligan a ser lo que ellos quieren que seamos: sumisas, esclavas, seres inferiores.

Mi madre nunca me deseó. Quiero decir, logró aceptar mi llegada al mundo con el tiempo, pero nunca quiso tenerme realmente. Quâder- mi padre- la obligó a embarazarse, porque él quería descendencia. Luego la mató, porque yo era una mujer.  Mi padre necesitaba un primogénito, no una inservible mujer (sus palabras, no mías). Así que, así era mi vida: estaba reprimida en mi habitación durante todo el día y sólo tenía permiso de salir cuando él- mi padre- me lo autorizaba.

Luego de que mi madre muriera, Quâdeer se volvió a casar, con una mujer más joven que le dio su primogénito. Mi hermano, Alí, era igual a nuestro padre. Su carácter, sin embargo, era un poco más... tranquilo, se podría decir.

Dentro del encierro de mi habitación, yo me sentía libre. Porque dentro de esas cuatro apredes, podía ser yo y pensar lo que yo quisiera sin que nadie trate de matarme por querer ser una mujer libre. Sin embargo, eso está por cambiar.

Rahim.

Tengo mi vida completamente controlada. Soy lo que todo hombre desearía ser. Joven, apuesto, con dinero, un carácter definido. Sólo hay algo que me falta y es por lo que he venido a este lugar: mi mujer. 

Durante ya varias décadas, los hombres debemos elegir a una mujer para hacerlas nuestras esposas y así asegurar nuestra desendencia. Algunos hombre pueden esperar, pues sus vidas son simple. En cambio, yo debo encontrar a la perosna ahora. 

¿Por qué? Soy la cabeza de un gran imperio y mi poder no tiene límites. Sin embargo, debo tomar precauciones y eso incluye dejar embarazada a mi mujer, tener un hijo y - para cuando sea mi momento de muerte- él se encargue de mis tierras. Necesito tener un hijo varón para quea si sucesor al trono.

No, no es que sea un rey. Soy algo peor. Soy un hombre con dinero y sin escrúpulos. 

Algunos dicen que soy manipulador, insensible. Yo prefiero llamarme Hombre de negocios.




Saghir, amor árabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora