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Hola... leí todos los comentarios en el capítulo anterior y aunque sé que siempre digo que todo lo negativo no lo tomo en cuenta, lo que dijeron me sirvió para revisar lo que escribo y en cierta forma, intentar mejorarlo. Gracias por sus opiniones.

Antes del epílogo y las escenas extras, voy a subir esto, como capítulo para que no quede tan fría y "colgada" la reconciliación de Eumur y Rahim <3

 Espero que esto sí les guste y como siempre, estoy abierta a sugerencias y críticas constructivas :)

Rahim

Dos meses antes.

―¿Puedes dejar al bebé en la cuna por un maldito segundo mientras te hablo? ― le dije frustrado a la mujer con la que me había casado.

Las cosas estaban... ¿Bien? ¿Mal? No éramos un matrimonio perfecto, ni la familia perfecta, claro estaba. Sin embargo, habíamos estado peor.

―está inquieto y tengo miedo de que se lastime.

―en la maldita cuna no le pasará nada― insistí, acercándome y agarrando a Badr, llevándolo por mí mismo a la maldita cama para bebés.

Me sentía frustrado. No, en serio. Casi nueve meses sin sexo.

―es un bebé.

Miré a Eumur. Ella estaba con los dientes apretados, refunfuñando en mi dirección.

―solo son cinco minutos― volví a decir― ¿Podrías por favor, por favor, ir un segundo a la cocina?

Cumplíamos un año de casados. Quería darle una especie de sorpresa a Eumur, porque bueno... no lo sé, simplemente quería y ya está.

―más te vale que sea algo importante― masculló mientras miraba al bebé segundos antes de dar zancadas pesadas hacia la cocina. Ella se paró delante de la mesa, sin entender― ¿Qué es esto?

―feliz aniversario― dije lentamente― sé qué...

―¿Aniversario? ― ella me miró confundida.

La miré. Creo que mi sonrisa trastabilló un poco, pero me mantuve.

―nos casamos hace un año― le explique.

―¿Un año, ya? ― ella volvió a mirar las cosas sobre la mesa― pero...

―saghir...―Eumur me sorprendió tirándose sobre mí para abrazarme. Casi pierdo el equilibrio, pero por poco pude atajarla― ¡Qué pasa!

―gracias, gracias, gracias― chilló― ¡Es en serio!

―uhm, si, son de verdad― me reí por su entusiasmo.

―¿De dónde...?

―¿En dónde crees que se compran los libros, saghir? ― le pregunté de manera burlona.

―bueno, no me juzgues― ella se separó de mí― lo siento por eso― supuse que se refería al casi hacer que cayéramos.

―bueno, al menos supongo que eso significa que te gustó el regalo.

―Supones bi...― Eumur frunció el ceño, sin terminar de hablar cunado Badr empezó a llorar― no otra vez.

Badr estaba un poco... difícil, se podría decir. Toda la semana había estado berrinchudo y llorando, en especial a la noche. Y la mayoría de las veces era Eumur quien lo iba a ver, porque yo no lo escuchaba―porque suelo estar muy cansado y realmente me duermo profundo― así que era ella quien se sentía frustrada.

Saghir, amor árabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora