Capitulo 2

778 30 0
                                    

¡Hola bonitos!

No me aguante, lo siento. Aquí les dejo uno mas, y ahora si nos volvemos a leer la semana que viene. Espero les guste.

Les deseo un bonito día.

- Ross.


Mi cabeza daba vueltas ligeramente tratando de encontrar el libro adecuado para la semana. Ya había recorrido todos los pasillos y seguía sin encontrarlo. Estaba frustrándome, normalmente no tardo más de cinco minutos y vengo acá cada semana al terminar el libro anterior.

Seguí caminando distraídamente solo centrándome en las estanterías frente a mí. Saqué un pequeño libro dejando un espacio libre, las puntas estaban deterioradas, algunas de las paginas marcadas con leves gotas de café y pequeños puntos provenientes de un bolígrafo en algunas partes. Sin dudarlo lo tomé.

En el preciso momento que me decidía a caminar hacia la bibliotecaria para registrar el libro, miré hacia el espacio vacío en el que anteriormente éste descansaba tranquilamente. Escuché un leve tarareo y al instante unos ojos verdes aparecieron del otro lado. Me quedé observándolos hipnotizada. Dió un paso hacia un lado eliminando mi visión de ella. Comencé a rodar levemente los libros hasta dejar la abertura justamente frente a sus ojos de nuevo. Seguía tarareando, parecía alguna canción de Aerosmith. En ocasiones golpeaba sus dedos sobre la estantería al ritmo de la canción haciéndome sonreír.

Sin aguantarlo más di la vuelta al gran estante que nos separaba encontrándome con una hermosa chica. Su cabello negro caía libremente por sus hombros, su piel pálida relucía bajo la claridad del lugar. Sencilla, dulce, delicada. Sin quererlo tropecé haciendo que el libro en mis manos resbalara hasta el suelo impactando éste con un ruido sordo haciéndola voltear.

Me inspeccionó inmediatamente, clavando sus ojos verdes en mí. No hacía ningún movimiento, estaba ahí, en silencio, observándome, estudiándome. Mordía su labio de forma sutil y yo seguía sin poder moverme. El libro seguía en el suelo, su mirada en mi y la mía puesta en ella. Ese pequeño incidente me dio la oportunidad perfecta para detallarla. Era hermosa, joder.

Sin duda alguna tenía sus atributos bien acertados. Pude notar un pequeño piercing en su nariz que combinaba a la perfección con su forma de vestir. Un jeans negro un poco rasgado por las rodillas se acentuaba perfectamente a sus piernas, junto con una camisa de the 1975, una chaqueta de cuero negra descansaba encima de ésta, completando su atuendo con unas botas negras de corte bajo. Quería decir que su forma de vestir me daba una ligera impresión del tipo de chica que era, pero no, no podía, sabía que no era así. De estar tanto y tantas veces en ese lugar aprendí que no debe juzgarse un libro por su portada. Y algo me decía que con ella no sería la excepción.

Sus ojos seguían taladrándome. Sabía que debía moverme, hacer algo, pero simplemente no podía. Como si de leer mi mente se tratase caminó confiadamente acercándose a mí, no tenía ninguna expresión en su rostro, no mostraba miedo, ni molestia, tampoco diversión. Ella solo estaba en neutro o así se mostraba, imperturbable. Antes de llegar a mi encuentro recogió el libro que aún permanecía en el suelo y me lo entregó, de nuevo, sin decir ni hacer nada.

Sin más pasó rozando mi hombro, su olor llenó al instante mis fosas nasales. Volteé a su encuentro para agradecerle pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta al ver que ella caminaba decidida hacia la salida del lugar, sin voltear, sin despedirse, sin darme la oportunidad de observarla un segundo más.

Me quedé paralizada mirando la salida sin poderme creer lo que había pasado. Dejándome totalmente desconcertada. Minutos después reaccioné caminando hacia la bibliotecaria que sin mucho entusiasmo me sonrió. Hizo el papeleo de rutina, registrando el libro en el sistema y salí de la biblioteca aún con la pequeña pero tonta esperanza de encontrarla nuevamente.

Suspiré notando como el frío salía pesadamente de mi boca, saqué los audífonos conectándolos a mi teléfono, "Stars" De Alessia Cara llenó el eco de las conversaciones a mi alrededor. Sacudí mis manos tratando de dispersar el frío y las metí en los bolsillos de mi abrigo caminando distraídamente de vuelta a casa pero sin apartar mis pensamientos de la hermosa ojiverde.

Un tiempo después me encontraba frente a mi casa, era sencilla pero agradecía el hecho de vivir sola inmensamente. Escribir no me daba mucho pero si me alcanzaba para vivir cómodamente. Y yo estaba bien con eso. Abrí ligeramente la puerta dejando mi abrigo en la entrada de forma desordena y cerrando al instante. La pequeña mochila que anteriormente colgaba en mi hombro terminó en el suelo a un lado del abrigo. Tiré las llaves hacia la mesa del comedor que sobresalía de la pequeña sala de estar. Caminé a la cocina bebiendo un poco de agua antes de dejarme caer pesadamente en el sillón.

Sin quererlo recordé a la chica de la biblioteca. Sus ojos no mostraban ningún tipo de emoción al verme. Había dejado de tararear y golpear ligeramente la estantería. Parecía ¿molesta? ¿Incomoda? No lo sabía, pero si sabía que la situación no había sido de su agrado. Aún no entendía lo que había pasado. De verdad quería hablarle, aunque todo ese desastre era de esperarse, suelo ser torpe y arruinar todo en los momentos en lo que menos debería.

Me torturé unos veinte minutos más reprochándome lo estúpida que fuí al tropezarme para luego terminar suspirando frustrada. Caminé hasta mi mochila sacando el libro que había tomado para la semana, "Hopeless" sobresalía en la portada con unas letras negras curvadas ligeramente dándole un aspecto interesante. Lo había tomado para intentar entender a las personas que lo habían leído antes de mi, para sentir lo que ellos sintieron al leerlo, para saber qué los llevo a tomarlo, a hacerlo una parte de su vida. No podía dejar de ver las marcas que tenia por todos lados, pequeñas gotas de agua que pensaba eran lágrimas lo que me hacia querer leerlo aún más rápido. El libro había pasado por centenares de manos que no podía contar porque simplemente no lo sabía pero algo me decía que sería una parte importante de mi vida y sin retrasarlo un segundo más deje que sus palabras me invadieran el alma.

Me sentía frustrada. Suspiré cerrando el libro de golpe. Llevaba quince minutos leyendo el mismo párrafo. Al principio la historia me atrapó y estoy segura que acabara destruyéndome el corazón pero en medio de un descuido sus ojos verdes nublaron mi imaginación haciéndome leer un mismo párrafo más de diez veces sin tener ni la menor idea de lo que decía.

Froté mis ojos levemente antes de levantarme del sillón con pesadez, fuí hasta el cuarto de baño encontrándome con mi reflejo al instante, sin prestarle mucha atención a las ojeras bajo mis ojos abrí el grifo, tomé un poco de agua lanzándola suavemente a mi rostro en un vago intento de eliminar su imagen. Miré la silueta reflejada en el espejo frente a mi. Mi cabello estaba despeinado, el rubor en mis mejillas era notorio al igual que las pequeñas ojeras que comenzaban a formarse.

Sin quererlo su imagen volvió a mí. Su porte serio y decidido. Su rosto sin expresión alguna. Sus ojos verdes que me miraban sin emoción. Su voz... ¿Cómo se sentiría escuchar su voz?

- "¿Quién demonios eres?" – Susurré levemente esperando una respuesta que nunca llego. –"Voy a encontrarte. Yo debo encontrarte..." – Mi voz fue desapareciendo y me golpeé internamente por lo idiota que estaba siendo.

Pero supongo que mis palabras habían sido ciertas a pesar de que quería convencerme de que no era así, fuí cada día luego de ese, durante las últimas tres semanas.

Siempre serás tú (Camren Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora