Siempre serás tú (Camren Fanfic)

Capitulo 22

Tomando en cuenta que había logrado quedarme dormida casi a las 7am no entendía que demonios hacia despierta a las 9am, solo dos horas después.

Suspiré frustrada antes de intentar levantarme. Algo lo impedía y volteé recordando la turbulenta madrugada de la que fuí parte. La ojiverde dormía plácidamente. Una de sus piernas seguía sobre las mías impidiéndome abandonar la cama, sus brazos seguían aferrados a mi cintura como si su vida dependiese de ello.

Estaba hermosa. Sus facciones se mostrabas relajadas, en calma. Su cabello estaba regado ligeramente por la almohada. Sus labios entreabiertos y su piel como si fuese posible estaba aún más pálida.

Era jodidamente hermosa.

Aparté el cabello de su frente para dejar un casto beso en ésta. Traté de zafarme de su agarre aunque todo mi cuerpo gritaba en desacuerdo. Minutos después lo había logrado.

Me quedé observándola desde el umbral de la puerta de mi habitación, recordé cada cosa que había dicho, el dolor en sus ojos, las cicatrices de su espalda y sé que se me harían incontables las cicatrices que poseía internamente.

Negué eliminando el pensamiento de la ojiverde prácticamente destrozada y me encaminé a mi santuario. Había una cantidad increíble de papeles regados por todos lados pero no me importó, al fin y al cabo nadie nunca entraba aquí.

Tomé la cámara negándome rotundamente a no obtener una fotografía de tal obra de arte. Caminé por el pasillo situándome nuevamente bajo el umbral, hice una toma desde lejos y me acerqué. Tomé aproximadamente unas diez fotos, era increíble. Salía hermosa en todas y cada una de ellas. Estaba embobada.

Lauren se removió ligeramente adoptando una nueva posición, había quedado en posición fetal con sus manos a un lado de su cabeza, su cabello se había apartado de su rostro dándome una mejor apreciación. Tomé unas tres más y me acerqué a ella para arroparla, dejé otro beso, ésta vez en su mejilla y caminé de nuevo a mi santuario.

Bajé cada una de las fotos al ordenador creando una carpeta con su nombre. Cerré la puerta para luego acercarme al equipo de sonido, presioné el botón de play y "Una y otra vez" de Manuel Medrano llenó el silencio. Sonreí. Amaba las canciones en español más aún porque era mi lengua materna.

Me quedé en silencio no solo escuchando la canción como tantas veces, esta vez quería sentirla porque algo me decía que describía lo que quería decirle a la ojiverde que dormía plácidamente en mi habitación.

Siento que no te he dejado de pensar desde ese momento

Que contigo estaría bien

Que tus ojos son perfectos

Y pienso que ya es hora de empezar algo en serio

Y creo que nada me impide

Decirte que estaría bien

Besarnos una vez y otra vez

Hacer el amor por siempre una y otra vez

Tocarnos una vez y otra vez

Sentir tu piel junto a la mía

Una vez y otra vez y otra vez

Corrí hacia mi escritorio tomando un papel y un bolígrafo. Extrañamente pensar en la ojiverde o en mis sentimientos hacia ella me hacían escribir, sentir el doble de lo que normalmente lo hacía, al parecer había encontrado mi musa.