Siempre serás tú (Camren Fanfic)

Capitulo 16

Lauren tomaba mi mano impidiéndome bajar del auto, no me quejaba puesto que lo único que deseaba era que se quedara conmigo o extender el poco tiempo que me quedaba junto a ella.

La cita había sido perfecta, no era que tuviese mucho con lo cual comparar pero entre las pocas, esta había sido la mejor. Luego de regar pintura por todo el lugar, nuestro cuerpo, nuestra ropa y un poco en el lienzo, Lauren extendió una manta en el suelo y sacó de su mochila emparedados junto con algunas frutas. En varias ocasiones tuve que alejarme de ella para no escucharla, mi estomago dolía constantemente por la risa que ella provocaba y esa era simplemente una de las cosas que tanto amaba de ella.

-"No quiero dejarte ir." – Murmuró besando mi mano. Hice pucheros haciéndola reír, intentado negarme rotundamente a su partida.

-"No quiero que me dejes ir." – Contesté sin apartar mi mirada de sus ojos.

-"¿Crees que sería muy apresurado pedirte que te quedes a dormir conmigo?" – Dejó la pregunta suspendida en el aire –"Digo, no de esa forma... Quiero decir de dormir realmente, sin segundas intenciones, pero si no quieres esta bien, lo entiendo, no hace fal..." – La besé sin poder evitar reír en sus labios.

-"Estás divagando Lauren." – Le dije sin alejarme mucho de ella.

-"Lo siento." – Se disculpó sin poder borrar la sonrisa que escapaba a hurtadillas de su rostro.

-"Me encantaría dormir contigo." – Noté como la sonrisa en su rostro resplandecía sin intenciones ser ocultada.

Ella se acercó tomando mis mejillas uniendo nuestros labios una vez más. Sus labios suaves chocaron contra los míos sin una pizca de torpeza. Su lengua toco la mía enviando corrientes eléctricas por toda mi cuerpo. Nuestros labios iniciaron algún tipo de baile encajando a la perfección, como si estuviesen hechos el uno para el otro.

-"Hora de ir a casa." – Susurró antes de alejarse un poco.

Sin más hizo rugir el motor de su auto, éste comenzando a recorrer las calles segundos después.

La noche había caído suavemente, la ciudad era alumbrada por la luz de la luna dándole un hermoso toque a las calles solitarias, las pequeñas bicicletas de mis vecinos ya estaban guardadas en los garajes y probablemente estuviesen cenando juntos. Sonreí.

La vida tenía sus altos y bajos, eso lo sabía pero cada pequeño gramo de felicidad enmendaba cualquier mal rato yes que de eso se trataba, de disfrutar los buenos momentos y que los malos vinieran para enseñarnos a valorar la felicidad que aunque no era constante, completa ni definitiva, estaba ahí, de momentos, en ocasiones pero estaba y era maravilloso.

Lauren tocó la bocina saludando al portero y éste cabeceó hacia ella devolviendole el saludo. Aparcó el auto en su sitio para luego apagar el motor y salir de éste caminando al asiento del copiloto. Como cada vez abrió la puerta para mi extendiendo su mano, la tomé agradeciéndole con una leve sonrisa. Activó la seguridad del auto y tomó mi mano entrelazándola con la de ella para comenzar a caminar hacia el edificio. Caminamos envueltas en un silencio cómodo, ella me miraba de reojo en el ascensor y yo reía haciendo que ella también riese.

Llegamos a su respectivo piso y se dirigió a la única puerta en éste. Abrió la puerta para mi dejándome pasar y me permití observar una segunda vez. Todo estaba exactamente como la primera vez que estuve aquí. Lauren golpeó levemente la puerta y la miré confundida.

Ella sonrió mostrando su dedo indice en señal de que esperara. Segundos después el pequeño cachorro corrió disparado hasta Lauren quien ya se encontraba arrodillada a la espera de su gran amigo. Lauren reía ligeramente mientras el cachorro movía su cola con una rapidez impresionante y lamia todo su rostro.