Siempre pensé que en mi mente solo habría espacio para el vóley...era todo lo que me importaba, era todo lo que me llenaba, era todo lo que amaba...al menos eso pensaba, pero cuando lo conocí todo cambio. era tan radiante que llegaba a ser molesto...
Estaba muy avergonzado, sorprendido y confundido. Nunca imagine que esto llegara a suceder ¡yo declárame a un hombre! Nunca se me cruzo eso por la cabeza, pero lo había hecho sin miedo.
La verdad es que nunca espere ver a Hinata de esta manera, pero hacía que mi corazón palpitara con fuerza y me impidiera respirar. Era obvio que tarde o temprano, también terminaría enamorándome de él.
Observe como Hinata puso su mano en su pecho, y apretó su camisa en el lugar en donde estaba su corazón.
-¿Ahora qué? -
-Ah, si... Supongo que podríamos intentar salir.
-¿Salir?
-Si...
-¿a dónde?
Lo mire con ironía, en serio no pudo evitar reír.
-Tonto, no a un lugar, hablo de que salgamos de manera romántica, una cita esas que tu tanto querías.
En ese momento jure verlo aún más rojo de lo que se había puesto antes.
-Ah...P-pues...
-Podemos...- lo mire atento como pidiendo su aceptación
-Supongo que podemos intentarlo, ¿no? -volvió a reír muy nervioso, lo mire sorprendido
no pensé que le diría que sí tan fácilmente.
-¿Estás bromeando?
-¿Cómo podría bromear con algo como eso? -Hinata me miró ofendido.
Me acerque un poco a él y nos besamos una vez más de una manera cálida y romántica.
Ambos estábamos agitados, los latidos de nuestros corazones se habían vuelto uno sólo. Sus labios eran exquisitos Podría pasar toda la noche probándolos.