Capitulo 2: Corazon que no olvida.

2.2K 209 16
                                    

Once años después...

Alec se apresuró a buscar las ropas de su amo. Era una mañana tranquila y rutinaria como muchas otras.
Se levantó temprano y junto con los otros esclavos, limpió la casa. Luego buscó las ropas de su amo y fue a levantarlo. Le gustaba ver a Magnus dormir, tan tranquilo y hermoso. Pero sabía que tenía que cumplir con sus obligaciones.
Recordaba el día que había llegado a la casa del general Asmodeo. Le habían dicho que su papel era convertirse en compañero de Magnus, un amigo que lo acompaña y a la vez le sirviera. Al principio, el estaba asustado, pues, que niño de siete años no estaría asustado después de ser separado violentamente de su familia y luego ser puesto como esclavo de una de las mas grandes familias militares de Roma?
Pero Magnus (quien contaba con nueve años entonces) procuró hacer que Alec se sintiera bien y disfrutara de su compañía. Por supuesto, el pequeño de pelo negro aún seguía siendo un sirviente y como tal, debía cumplir con las obligaciones que tenían los demás sirvientes. Pero la mayor parte del día, se la pasaba jugando con su dueño. A Magnus le divertía el chico y cuánto mas pasaba el tiempo, mas cercanos se volvían y con lo que fue al principió una amistad en la infancia, se convirtió en amor cuando llego a la flor de la madurez.
Cuando Alec extrañaba a su familia, Magnus le tomaba la mano y le decía que sería su nueva familia por siempre.
Pero Alec sabía que un sirviente no podía estar con alguien del estatus social de Magnus, por lo tanto, le bastaba con estar al lado de su amo por el resto de su vida.
Aunque pensara, que el joven no sentía lo mismo.
-Señor-le dijo Alec a Magnus mientras salía de sus pensamientos- Señor, tiene que levantarse.
Alec empezó a moverle el brazo a Magnus. Le gustaba esa sensación. La sensación de la piel de Magnus. Tan dorada y tan suave.
Magnus abrió los ojos lentamente.
-Siempre es un placer verte, Alexander-dijo Magnus- Pero te ordeno que para la próxima no me levantes tan temprano.
-Lo lamento, señor. Pero hoy tenemos que entregar las ofrendas al templo de Jupiter.
-Es cierto-decía mientras se levantaba- Sabes si Catarina estará esperándonos?
-Mandó un emisario esta mañana. Dijo que estará esperándonos
-Muy bien-dijo Magnus- Prepara el equipo y las ofrendas. Partiremos de inmediato.
-Ya lo hice, señor.
-Siempre tan atento, Alexander.
Magnus le regalo una sonrisa y Alec se sonrojó. Magnus salió de la cama y estaba completamente desnudo. Alec sabía que a Magnus le gustaba hacer eso y el siempre era el encargado ( al ser su sirviente privado) de vestirlo.
Luego, ambos chicos salieron de la estancia y se dirigieron al templo de Jupiter. Dejaron las ofrendas al igual que otras personas y le rezaron al dios. Magnus vio como su amigo mirada con atención la arquitectura.
-Sabes, Alec- empezó Magnus- que puedo liberarte si quieres. Podrías cumplir el sueño que me dijiste hace mucho tiempo.
El de ser un gran arquitecto.
-Una vez quise ser guerrero, pero eso cambió cuando perdí mi libertad. Sobre lo de ser arquitecto, también fue un sueño infantil.
-No digas eso.
-Además, Magnus, soy esclavo y el esclavo no tiene otra vida que no sea la de servir a sus superiores. Lo dice la marca que recibí cuándo te conocí.
-Pero puedo liberarte y ayudarte. Para mi eres mas que un sirviente, sos mi amigo.
-Aunque lo hicieras, no conozco otra forma de vida. No te preocupes, estar contigo es lo único que quiero. Me siento mas libre a tu lado, de lo que sería con un par de planos y un lápiz.
Magnus sonrió tristemente. Siempre que hablaba sobre eso con Alec y siempre terminaban igual. Sabía que el chico quería ser arquitecto, el le enseñó a leer a Alec y a pesar de que eso no estaba permitido, siempre lo veía leyendo un libro sobre arquitectura o admirando los templos.
Se preguntó cómo sería si nunca hubiera conocido a Alec y siempre se asustaba con eso.
Le asustaba vivir en un mundo en el que nunca recibiera la bella sonrisa del chico de ojos color azúl. Le asustaba vivir sin la presencia de Alec.
Ambos continuaron caminando hasta que encontraron a Catarina esperándolos.
-Buenos días, muchachos- le dijo la chica- hoy es un buen día para honorar a los Dioses.
-Por supuesto, amiga mía-dijo Magnus.
-Continuaremos con tus lecciones.
Catarina llevo a Magnus y a Alec al hospital.
Ellos conocieron a Catarina cuando vino con su padre a la casa de los Bane.
Ella es hija de un general importante y cuándo se volvió adulta, decidió estudiar medicina y Magnus, mas adelante, decidió seguir sus pasos. Al principió, Asmodeo no estuvo de acuerdo con la decisión de su hijo, pues el quería que siguiera sus pasos y se uniera al ejército, pero término aceptando pensando que un médico, también podría ser buena imagen.
Magnus fue al hospital y Catarina le continuó enseñando el arte de la curación. En el centro del hospital, había una gran estatura de Esculapio*, el dios de la medicina.
Alec veía a Magnus hacer su trabajo. Luego, a su amo le dieron la tarea de atender a unos soldados y en ocasiones, temía que su amigo Ragnor ( un general muy respetado) decidiera llevarse a Magnus como medico personal* y Alec siempre pensaba que no importara dónde fuera, el seguiría a Magnus.
Lo quería demasiado como para acompañarlo a donde sea. Lo quería demasiado como para no querer alejarse.

***

Magnus llegó cansado a la casa y Alec siempre atento, le preparó la cama.
A Magnus siempre le gusto la compañía del chico y a pesar de que abandonó hace mucho la idea de estar con el, en cuánto se quedó dormido, al igual que todas las noches, soñó con el.
Soñó que el y Alec vivían juntos y que se amaban. Soñó que Alec no era esclavo y que juntos tenían una familia y vivían todo el tiempo que los Dioses le permitían.
Soñaba con el sirviente que en secretó quería, como si solo pudieran estar juntos en las fantasías y en el reino de los sueños.

----------------

* Esculapio: Dios romano de la medicina y la curación. Su versión griega es Asclepio.

*En la antigua Roma, los generales, solían llevar a la batalla, médicos personales.

Caigo Cautivo (Malec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora