Epílogo: Amantes eternos.

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Creo que te he amado desde el instante en que te vi.
Sara Grue, Agua para elefantes.


Eran amantes eternos, buscarse y encontrarse una y otra vez era su karma.
Isabel Allende, Retrato en Sepia.

(Can't pretend de Tom Odell)


Magnus despertó a Alec con un beso en su hombro.
Alec sintió el tacto de los labios de Magnus y quedó embelesado por el amor de su marido.
Ambos se encontraban en su luna de miel y una vez que regresaran a Idris, Alec empezaría a estudiar arquitectura y a ejercerla, muestras, Magnus continuarían con sus estudios como medico.
-Estamos cerca de Roma. Y de la cascada.
-Es cierto, Magnus. Podríamos ver la cascada. Aun no puedo creer todo lo que ha cambiado.
-A mi me alegra. Me alegra poder estar contigo en esta vida, Alec.
-Siempre te amare y te amaré en está y en la siguiente, Magnus.
-Aunque tardáramos mucho en encontrarnos?
-Si vivo es porqué te amo, mi Magnus. Ven, acompañame a ver la cascada, me pregunto como será de día.

***

Miles de años después...

Alec Lightwood veía las ruinas de Roma con absoluto asombro.
Nunca había estado en Roma antes y amaba la ciudad. A pesar de ser su primera vez allí.
Pero no había venido solo, el había venido con su prometido Magnus Bane.
Ambos vivían en Estados Unidos y se habían conocido en la universidad. Alec estudiaba arquitectura y Magnus historia antigua. Tras un año de novios, se comprometieron. Ahora estaban de vacaciones en Roma, un mes antes de la boda.
-Alec- lo llamó Magnus. Alec llegó corriendo al lado de su prometido.
En cuanto llego, Magnus le mostró un grabado en piedra de una pareja, ambos eran hombres.
-Veo que están admirando el grabado- dijo un guía de turistas que estaba a su lado.
-Sabe quienes son?- preguntó Alec.
-No se sabe mucho sobre ellos. Solo se sabe que vivieron en el siglo III a.C y que el hombre alto era hijo de un general y que se enamoró de un esclavo que había sido vendido por sus padres. Ambos lucharon por estar juntos y lo lograron. Dicen que uno se convirtió en arquitecto y el otro en medico. Probablemente vivieron muchos años. Son iguales a ustedes si me lo permiten decir.
Alec y Magnus se sonrieron y se imaginaron como aquéllos dos jóvenes amantes de hacía tanto tiempo.
-Te amo- le dijo Magnus mientras le daba un beso.
-Yo también te amo.
-Cien veces pienso en ti.
-Que?-preguntó Alec. Porqué le parecía que había escuchado esa frase antes?.
-Cuándo no estoy contigo, pienso cien veces en ti.

-Acaso crees, Magnus Bane, que me conquistarás con tus románticas frases así de sencillo?

-Creí que ya lo había hecho.

Fin

Caigo Cautivo (Malec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora